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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Opinión

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Los que están no viven en la tierra

Los que están no viven en la tierra

Parecería que alguno de nuestros legisladores viven en el planeta Marte y no en la Tierra ni en Argentina donde las prioridades son otras.


Por Jorge Pedro Jurado

 

Es así. El Congreso en su actual composición aprobó una ley de etiquetado de productos que informa acerca de aquellos comestibles y bebidas sin alcohol que contengan exceso de nutrientes críticos tales como azúcares, grasas y sodio. Las necesidades de la gente son otras, señores congresistas.

Nuestros legisladores actuales deberían haber tratado antes leyes para acabar con la pobreza, la inflación, la inseguridad, la desocupación y siguen las firmas.

Sorprende que insólitamente las gaseosas y las golosinas que seguramente son consideradas como responsables de dañar la salud no son las más castigadas en la nueva normativa, mientras que los alimentos denominados saludables tienen otro tratamiento.

Consultados especialistas dicen que cada persona es diferente y no es lo mismo la concentración de elementos dañinos en cada bebida o alimento ya que depende del tamaño, porcentajes y como dijimos de cada individuo. Debieron nuestros legisladores discutir más a fondo el tema con especialistas y no apurarse a dictar normas que pueden ser importantes, pero no son urgentes.

Además, opino que si antes el consumidor rara vez leía las indicaciones del dorso del envase, ahora con cartelería excesivamente resaltada la confusión será mayor que por poco necesitará consultar a su médico de cabecera para saber que bebida o alimento deberá comprar.

Quien propuso que el nuevo rotulado solo sea incorporado en los alimentos procesados y queden eximidos los de dieta y los que posean en sus etiquetas personajes infantiles, dibujos animados, deportistas o mascotas dictó la pena de muerte a íconos de nuestra niñez o adolescencia. Sniff, sniff. Adiós al Capitán del Espacio y “bye bye” al tigre de las “Zucaritas”.

Me pregunto si alguna vez los legisladores harán algo para que le digamos adiós para siempre a la inflación, a la corrupción y al desempleo. Señores vivan la realidad de Argentina.

 

Otro desatino parlamentario que se halla en estudio es la mal llamada ley de envases. Un nuevo impuesto distorsivo si los hay.

Ya los ciudadanos estábamos abrumados con la carga tributaria y la existencia de gravámenes de emergencia que hacen la vida comercial e individual imposible que los políticos lanzaron uno nuevo y con finalidad insólita.

Los más grandes recordamos el impuesto de emergencia a los réditos del año 1935 (hoy ganancias) que se debe pagar aun cuando se presuma que la hay o entregar anticipos aunque después no ingrese un peso. Luego el mal llamado impuesto al cheque, el aplastante gravamen provincial de ingresos brutos y ahora ésta erróneamente llamada tasa sobre los envases. No entienden, lo hacen a propósito, quieren que sigamos en emergencia cien años más o viven en Marte.

Lo que impulsa el oficialismo en el Congreso se llenó de críticas. Mientras el proyecto, que propone crear un sistema estatal de gestión de envases desechados y financiarlos con una mal llamada tasa, la mayoría rechaza la creación de nuevos impuestos.

El fin de la normativa puede ser loable pues busca generar un sistema de gestión de residuos, pero sin dudas éste no es el camino. Pagando más impuestos no es la forma. Es como poner un IVA a mayor alícuota que obviamente redundará en mayor inflación y aumento de precios.

Entendemos que el oficialismo no cuenta con mayoría para tener quorum ni para aprobar lo enviado por el Ejecutivo. Coincidimos con el principio de economía circular para no generar residuos y más residuos que atentan contra el medio ambiente, pero este no es el camino.

Hay muchas formas de recuperación de algunos envases como los de vidrio, pero no es aceptable que, so color del medio ambiente, se cree una caja recaudatoria asfixiando nuevamente la economía.

Es así y los que no la puedan pagar entonces volverán a tener que comprar productos sueltos como cuando íbamos al almacén y nos vendían azúcar, arroz, fideos y galletitas y los envolvían en bolsas de papel de estraza o madera con las memorables orejitas que el almacenero del barrio le hacía al paquete. Señores políticos: Cien años de retroceso si esto avanza y por favor vuelvan a la Tierra. Perdón, vuelvan a poner los pies sobre la tierra.

(*) El autor de este artículo es abogado, escritor y director del periódico digital Grupo de El Censor de Gualeguaychú que se edita en la red social de Facebook.

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