Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Opinión

.

Navidad: compromiso, presencia y disfrute

Navidad: compromiso, presencia y disfrute

.


Por Waldemar Oscar von Hof (*)

Especial para EL ARGENTINO

 

De niño teníamos el compromiso de participar todos los años de los pesebres vivientes que armaban las catequistas en nuestra iglesia. A los varones nos tocaba hacer de pastorcitos cuando éramos los más pequeños, luego teníamos la posibilidad de ser alguno de los reyes magos. A las chicas les tocaba hacer de angelitos de pequeñas, luego podían llegar a ser María o alguno de los ángeles de la anunciación. Yo estudiaba con frenesí los papeles asignados, aunque por mi timidez me tocaba decir frases cortas y generalmente no me animaba a decir frase alguna.

El ensayo, llevado adelante en el tiempo previo a la navidad, requería de nuestro compromiso y de nuestra presencia en los ensayos, esto implicaba caminar varios kilómetros bajo el sol de verano misionero debiendo olvidarnos de las tardes de baño en los arroyos. Era en cierta forma un compromiso con el imperativo de nuestros padres, pero recuerdo que lo hacíamos con alegría, ya que, esto muy bien pensado por las catequistas, nos premiaban con galletitas dulces y jugos muy refrescantes. Claro y éramos merecedores del “paquete” de regalo que nos traía papa Noel, al finalizar la celebración en la nochebuena. A pesar de los nervios, de los miedos escénicos, y de la superada timidez, recuerdo con cariño estas participaciones ya que al final todo se transformaba en un disfrute festivo.

El compromiso y la presencia se hacen visibles en la escena del pesebre. Los ángeles, mensajeros de Dios, que son testigos de la alegría del nacimiento, anuncian la venida del hijo al mundo para ser Luz, Paz y Pan.

Luz. El padre de San Juan el Bautista, Zacarías, cuando se entera del embarazo de su hijo anuncia que éste preparará el camino al que ha de ser “la luz matinal del cielo que está a punto de brillar (…) para dar luz a los que están en oscuridad y en sombra de muerte” (San Lucas 1:78-79). Durante su camino por esta tierra Jesús se llama a si mismo “Luz del mundo” para que todos vieran. Al sanar al ciego lo hace como expresión de la superación de las oscuridades. (San Juan cap. 9).

Paz. El mismo Zacarías termina su profecía afirmando que Jesús es el que nos guiará al camino de la paz. Los ángeles anuncian el nacimiento del niño cantando que haya paz entre los hombres de buena voluntad y en la entrada triunfal a Jerusalén, el pueblo vuelve a cantar estas mismas loas, al que trae la paz. Una y otra vez Jesús desea la paz a los que sana y por último al partir de entre los suyos les desea la paz mas de una vez.

Pan. Cuando los profetas soñaban con la venida del mesías al mundo creían que este iba a salir al encuentro de las necesidades de la gente. Se soñaba que ya no iba a haber hambrientos. Jesús mismo se planteó como el “pan de vida” (San Juan 6:48). Para demostrarlo multiplicó el pan en un momento de hambre entre la multitud y ofrece su cuerpo en la última cena como el pan.

Al hacerse Luz, Paz y Pan Jesús hace realidad su compromiso y su presencia en el mundo, tan necesario hoy, como hace dos mil años.

Las incertidumbres, las violencias y el hambre aun hoy son una realidad que nos hacen estar en la oscuridad como humanidad. En nuestro país el hambre, expresado en un alto porcentaje de pobreza nos asombra. Las violencias en los asaltos y entre los jóvenes nos dejan sin palabras. Una sociedad y una dirigencia política que no encuentra un rumbo certero en su búsqueda de soluciones en estos aspectos confirman esto.

Necesitamos urgentemente, en esta navidad, volver la mirada hacia Jesús que se nos ofrece como alimento, como pacificador y como iluminación hacia un compromiso y una presencia real en nuestro accionar a favor de esta propuesta. Cada uno de nosotros podemos ser un poco de Luz, un poco de Paz y un poco de Pan en nuestro pequeño contexto reflejando algo de lo que fue el niño de Belén. Solamente así vamos a disfrutar verdaderamente de estas fiestas, porque seremos parte en la construcción de una sociedad mejor casi como cuando participábamos de los pesebres vivientes de nuestra niñez.

¡Feliz Navidad!

 

(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y escritor.

    ComentariosDebés iniciar sesión para poder comentar