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Fin de año, evaluación y expectativa
Llegar a fin de año siempre es una oportunidad para mirar hacia atrás, para evaluar lo vivido y lo sucedido. Pero también nos sirve para mirar hacia adelante y expresar nuestras expectativas.
Por Waldemar Oscar von Hof (*)
Especial para EL ARGENTINO
Hemos pasado por un año donde la experiencia del encierro, y luego la posibilidad de realizar los encuentros presenciales, nos han marcado. Aunque estamos viviendo la realidad de que lo virtual ha venido para quedarse y estamos sumidos en una hiperactividad tratando de responder a las dos formas de encuentros. Este tiempo de pandemia nos obligó a buscar nuevas formas de relacionarnos, pero también puso al descubierto la necesidad del encuentro presencial. En tal sentido la enseñanza es que debemos seguir cuidándonos, imponiéndose la utilización del barbijo y en lo posible aceptar la realidad de la vacunación para poder sobrevivir.
Como ministro quiero aprovechar este espacio para los agradecimientos.
En primer lugar, a los que hicieron posible el sostén de la congregación con sus aportes mensuales, con sus ofrendas en dineros, en tiempo y en trabajo. Cada una de las diez comunidades fue sostenida con esmero y ahínco a partir del compromiso de los que trabajan por el mantenimiento de los edificios y de las actividades.
Un gracias inmenso a las catequistas que hacen posible el trabajo con niños, con adolescentes y con jóvenes, para que ellos crezcan en un contexto de contención y de valores que les ayude a sobrevivir en la sociedad. Debo un agradecimiento muy especial a cada una de nuestras obras diaconicas y de servicio que fueron sostenidas bajo esta perspectiva.
El Hogar de adolescentes en Urdinarrain, donde docentes y talleristas día a día salieron al encuentro de las necesidades pedagógicas y de nutrición de un grupo de niños que es acompañado en sus tareas escolares, brindándoles un espacio y la ayuda correspondiente, incluso ofreciendo un transporte para llevarlos de sus viviendas al hogar y a la escuela.
En este último tiempo La Cigarra, aquí en Gualeguaychú, ha trabajado de una forma nueva ya que las talleristas tuvieron que acompañar a padres y a los niños en la resolución de sus tareas a nivel virtual. A los niños, mediante los talleres, se les transmite valores en un contexto donde la educación está en falta. Hemos terminado el año con un cierre festivo y la celebración de un pesebre viviente, en el barrio 348, donde los niños expresaron su alegría y su capacidad actoral. Junto a las familias se vivenció el significado de un encuentro en paz.
Al personal, a los directivos, a los familiares de los residentes de la Colonia de Ancianos, a todos aquellos que brindan una donación y muchas horas de trabajo, para que esta obra pueda continuar. En este año hemos logrado la ocupación completa de las plazas, con una larga lista de espera, gracias al esmero de los que llevan adelante esta institución.
Por último, a nuestra Caja de Emergencia, a los que ofrendan y donan para que los elementos ortopédicos y el dinero en efectivo esté a disposición de aquellos que lo necesitan en un momento de emergencia.
Debo un agradecimiento especial a todos los que se expresaron en contra de la pintada que hemos sufrido en nuestro templo el sábado 18 de septiembre. Hemos podido experimentar que, en contra de las expresiones de violencia, no estamos solos y que somos muchos los que apelamos a la paz, al dialogo y al entendimiento mutuo.
Gracias a donaciones, y a los espacios brindados por los medios de comunicación, hemos podido estar presente en la sociedad mediante columnas, mensajes y comunicados.
En la historia de la multiplicación de los panes Jesús agradece lo entregado por el niño, solamente cinco panes y dos peces, pero a partir de este agradecimiento se produce la multiplicación, como nos lo cuenta el evangelio de Marcos en el capítulo ocho. Hemos experimentado una y otra vez esta realidad, agradeciendo lo poco que hay, surgen nuevas posibilidades y la provisión de los elementos, para salir al encuentro de las necesidades, se multiplican.
Al mirar hacia adelante surgen expectativas. Creo que esta pandemia puso en evidencia la labilidad de nuestro sistema de salud, lo sensible de nuestro sistema educativo y la posibilidad de la corrupción en nuestra casta política. Pero también la realidad de que personal de la salud y gestores en la educación han puesto el cuerpo trabajando hasta poner en riesgo su salud y su vida. En relación al tercer punto, creo que la alta participación en el derecho al voto que ha expresado nuestra ciudadanía en estas elecciones intermedias, habla de una democracia que está madurando y tiene conciencia republicana. Como profetas de nuestro tiempo debemos seguir reclamando una sociedad y un estado que profundice su accionar en favor de la salud, en favor de la educación y en favor de un gobierno que gestione con transparencia.
Creemos y soñamos que el Reino de Dios se irá construyendo entre nosotros gracias al agradecimiento a Dios y a nuestros pequeños granos de arena, para ello la paz recibida del niño recién nacido nos es de muchísima ayuda. Que cada uno de ustedes pueda comenzar el año 2022 bajo esta certidumbre.
(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y escritor.