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Diario El Argentinomartes 23 de abril de 2024
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Un informe ubicó la bajante del río Paraná como una de las 10 catástrofes ambientales

Un informe ubicó la bajante del río Paraná como una de las 10 catástrofes ambientales

Actualmente se encuentra en sus niveles más bajos de los últimos 77 años.


En 2021, los estragos del Covid-19 se extendieron por todo el planeta, causando sufrimiento y trastornos, sobre todo en partes del mundo sin suministro de vacunas ni infraestructura sanitaria. Aunque el Covid-19 dominó los titulares de los medios de comunicación masiva, la crisis climática siguió haciendo estragos, creando su propio camino de devastación en todo el mundo, señala un informe de la organización Christian Aid que identificó los diez acontecimientos climáticos más devastadores y que causaron más 1.500 millones de dólares en el año. Entre ellos se encuentra la bajante histórica del Río Paraná.

Este informe fue traducido por la Asociación Civil Periodistas por el Planeta (PxP) nacida a comienzos de 2018 con el objetivo de impulsar una nueva narrativa sobre la crisis socio ambiental.

Desde huracanes en Estados Unidos, China e India hasta inundaciones en Australia, Europa y Canadá, la enumeración del nuevo informe de Christian Aid, “Counting the cost 2021: A year of climate breakdow” también registra cinco que han tenido un impacto humano devastador, como la sequía en África y América Latina, con la bajante histórica del Río Paraná, y las inundaciones en Sudán del Sur.

Los diez sucesos más caros desde el punto de vista financiero costaron todos más de 1.500 millones de dólares de daños, con el huracán Ida en Estados Unidos encabezando la lista con 65 mil millones de dólares. Las inundaciones en Europa ocuparon el segundo lugar, con 43 mil millones de dólares, publicó el portal DiarioAR.

A menos que el mundo actúe rápidamente para reducir las emisiones, es probable que este tipo de catástrofes se agrave, insiste el informe. Steve Bowen, meteorólogo y director de “Catastrophe Insight de la aseguradora Aon”, señaló que se espera que en 2021 sea la sexta vez que las catástrofes naturales mundiales superen el umbral de los 100.000 millones de dólares de pérdidas aseguradas. Las seis han ocurrido desde 2011 y la de 2021 será la cuarta en cinco años.

A pesar de la pandemia, las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzaron un nuevo récord histórico, según un estudio de la Organización Meteorológica Mundial publicado en octubre. Y el último Informe sobre la Brecha de Emisiones publicado por el Programa de Medio Ambiente de la ONU el mes pasado mostraba que los planes climáticos nacionales que conforman el Acuerdo de París no estaban actualmente en camino de garantizar que el calentamiento global se mantenga por debajo de 1,5° C.

“La cumbre COP26 de Glasgow generó muchos titulares, pero sin reducciones concretas de las emisiones y sin apoyo financiero el mundo seguirá sufriendo.  Una de las omisiones más flagrantes de los resultados de Glasgow fue la creación de un fondo para hacer frente a las pérdidas y daños permanentes causados por el cambio climático. Esta es una cuestión que deberá abordarse en la COP27, que se celebrará en Egipto en 2022”, concluye el informe.

 

Bajante del río Paraná

 

El río Paraná se encuentra actualmente en sus niveles más bajos de los últimos 77 años. El río, que se extiende a lo largo de más de 4.880 km a través de Brasil, Argentina y Paraguay, desempeña un papel fundamental en la región como fuente de energía hidroeléctrica y una ruta comercial muy importante.

Los bajos niveles están asociados a la reducción de las precipitaciones. Las precipitaciones en los cuatro estados que rodean la cima del Paraná han caído de una media diaria de 160 milímetros en los años 90 a sólo la mitad en la actualidad.

La sequía está teniendo un gran impacto en la región. Argentina depende del río para exportar el 80 por ciento de sus productos agrícolas, una importante fuente de ingresos para el país. Y la producción de electricidad en las presas de Yacyretá e Itaipú también se ha visto afectada por los bajos niveles de agua. Otros impactos son la reducción de las capturas de peces y la mayor frecuencia de los incendios forestales.

Los expertos han sugerido que tanto el cambio climático como la deforestación -que a su vez es una causa del cambio climático- podrían haber contribuido a la actual sequía. Las lluvias en cuatro estados alrededor del río Paraná han disminuido de un máximo de 160 milímetros en 1990 a sólo la mitad de esa cantidad en la actualidad, y la mayor disminución se ha producido en los últimos diez años. Un estudio publicado este año predice que el cambio climático intensificará las sequías en Sudamérica si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

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