El río experimenta una leve bajante y las alertas se mantienen activas

En ese sentido, hay que recordar que los 3,80 metros enciende las alertas y los 3,80 metros es un indicador de la necesidad de evacuación. Lo único que ha alimentado alguna esperanza es la ausencia de lluvias en los próximos días, según el pronóstico elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional. Pero, como toda situación de contraste, también es de temer la gran masa de agua que se encuentra al norte de Salto Grande y que en algún momento deberá descender hacia la desembocadura del Río de la Plata. No obstante la situación dramática que vive la ciudad a raíz de las inundaciones, desde el área de Turismo se está previendo inaugurar el Operativo Bienvenida para el 15 de diciembre, “siempre y cuando las condiciones se mantengan en este contexto; es decir, con un río en bajante”, subrayó el intendente Juan José Bahillo. La zona del anfiteatro Municipal, en Pueblo Nuevo, se encuentra inundada. Y al igual que la vereda ancha de la Costanera y el Barrio Munilla se encuentra sin el servicio de energía eléctrica por razones preventivas. “Si hay que señalar una zona en situación de alerta, eso son los barrios ubicados en Misiones y Clavarino, La Tablita y las viviendas que se ubican entre el Arroyo Gaitán y San Francisco”, se resaltó desde Defensa Civil de la Municipalidad. Fue justamente esa zona donde se privilegió el rastrillaje sanitario articulado desde la Subsecretaría de Salud y Medio Ambiente de la comuna. Por otra parte, los desagües pluviales están todos casi colapsados, especialmente el vinculado con el Boulevard Montana y Primero de Mayo. “La zona Norte está muy comprometida y casi al límite; si llega a caer una lluvia intensa o el río experimenta nuevas subas, seguramente habrá que evacuar a más vecinos”, se calculó desde Defensa Civil. Más allá de toda especulación, es un hecho que luego de semanas de intensas lluvias, el buen tiempo parece haber dado una tregua a la alarmante situación que acosa a los habitantes ribereños. El río Uruguay se mantuvo estacionado a lo largo de toda la cuenca, y en algunos puntos –como en la ciudad- se experimentó una leve bajante. Otro dato alentador es que si bien el embalse de la represa Salto Grande registró marcas elevadas, hasta el momento no supera los 36,42 metros, y esa situación sólo podría modificarse si se producen nuevas precipitaciones. Pero, desde lo social el panorama no es tan alentador. Las enfermedades infecciosas como la leptospirosis, y el dengue están entre las más temidas. Y desde lo asistencial el trabajo no concluirá con el descenso del río, sino que allí comenzará otra etapa: es necesario brindar asistencia alimentaria y sanitaria a los más afectados, reacondicionar sus hogares, desinfectar, fumigar calles y lugares públicos, entre otras tareas. Las jornadas son largas y agotadoras, y ya no se miden en horas sino en días y semanas. En donde hay coincidencias es en permanecer alertas, acaso un síntoma de que lo peor aún no pasó, pese a estos signos alentadores.