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Sabores

¿Palitos de maíz?

¿Palitos de maíz?

Hay veces que uno siente la necesidad de justificar cuestiones que no siempre son justificables. No planteo aquí si antes era mejor que ahora. Siempre hubo planteos que tienen sus razones y estas son propias de cada uno de nosotros, que las aprobemos o las descalifiquemos.


Pero como ya lo he comentado en otro artículo anterior, la tecnología ha evolucionado a la par de las necesidades del hombre. Y también sostengo que cualquier organización, empresa, o microemprendimiento, tiene su razón de ser en la rentabilidad del negocio, sea confeccionar ropa, como elaborar alimentos.
Se preguntaran el porqué de esta introducción.
Parado en la puerta de la Facultad, veo a los chicos que salen de un colegio cercano, que pasan al mediodía comiendo bolsas llenas de los famosos snaks, de todos los colores formas y sabores. ¿Porque a alguien se le ocurrió diseñar semejante cosa? Simplemente porque existe una herramienta que disponen las empresas y que la canalizan a través del marketing, que les brinda la posibilidad de detectar cual es una necesidad insatisfecha de la gente, de sus potenciales clientes. No piensen si es bueno o no para la salud. Piensen esto, desde el punto de vista del empresario que tomó la decisión de elaborar un producto de esta naturaleza; materia prima de bajo costo, tecnología relativamente accesible, alto margen de rentabilidad y producción masiva. ¿Quién no querría tener un producto así? Recuerdo cuando mis hijos venían de un cumpleaños y le preguntaba que había comido y respondían contentos: chizitos!!!!. De esto se trata este artículo.
Tal dimensión de popularidad adquirió este producto entre los niños y adolescentes que al cabo de cierto tiempo empezaron a levantarse voces de alerta en relación a los aspectos nutricionales negativos que empezaron a aparecer entre los consumidores. Es un alimento que contiene un elevado porcentaje de grasas (de las malas!!!) y alto valor energético que contribuyen (entre otras cosas) a una obesidad temprana y una predisposición a enfermedades no transmisibles (presión sanguínea alta, problemas cardiovasculares, y otros).
Es por ello que Sebastian y Daniel se plantearon desarrollar un producto hecho con las mismas materias primas que todos los que existen en el mercado, como lo es la harina de maíz, pero reemplazar las materias primas que le dan mala fama desde el punto de vista nutricional, por otras más sanas, teniendo en cuenta que es un producto ampliamente aceptado por los jóvenes, y que de esa manera podría –eventualmente- ser utilizado como medio para suplir carencias nutricionales.
Los objetivos de su proyecto los tenían muy en claro, pero debían defenderlos con argumentos valederos y sustentados desde el punto de vista científico, tecnológico y de marketing, ya que era –y aún lo es- imposible sacarlos del mercado.
Así pues, se contactaron con una conocida empresa local que disponía de la tecnología necesaria para hacer los chizitos a partir de la harina de maíz y comenzaron a realizar diferentes pruebas, para ver la posibilidad de poder fortificarlos con diversos nutrientes, con la finalidad de hacer un producto que mantuviera las mismas características de los existentes en el mercado, pero con aportes nutricionales adecuados a los procesos tecnológicos por los cuales debían pasar.
Les llevó mucho esfuerzo llevar adelante su propuesta de trabajo. No solo debían enfrentarse a la carencia de tecnología adecuada para que su producto quedara con la cantidad de nutrientes que deseaban, sino también contra el escepticismo de varios que no creían en el desarrollo de productos como este.
En estos siete años que han pasado desde esa experiencia hasta hoy, la tecnología ha cambiado mucho. Y no solo la tecnología, el mercado también. Hoy en día pueden desarrollarse este tipo de alimentos haciéndolos más sanos, y que mantengan las características que inicialmente lo hicieron muy popular. Hay otras alternativas saludables, que hacen que este producto al que nos hemos referido, haya disminuido su frecuencia de consumo, aunque siguen siendo muy populares.
La preocupación de los estudiantes de la Licenciatura en Bromatología por elaborar, diseñar alimentos sanos, ha sido una constante. Siempre han procurado hacerlos sin el agregado de conservantes, salvo en aquellos casos que tecnológicamente es imposible prescindir de ellos para la obtención de un producto que pueda llevarse a la industria. Podemos detectar además, la importancia que tiene la formulación de una adecuado plan de marketing, usando una herramienta muy poderosa como lo es la publicidad -si está bien utilizada- para comunicar las bondades de los productos desarrollados. En este caso en particular, la interacción con la industria, les dio la posibilidad de conocer diferentes procesos de elaboración de snacks, como así también a lo referido a la toma decisiones para poner en la calle un determinado producto.

Por Horacio Aleu


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