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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Sabores

Sopa de verduras

Sopa de verduras

Por Horacio Aleu (*) - Si, es cierto…ya no es época de sopas. Este mensaje tiene dos formas de interpretarlo o tantas como uno pueda imaginarse; intentemos algunas de ellas: estamos a fines de octubre, ya no hace tanto frio como para tomarse una sopa calentita.


¿Cuántos de nosotros toma sopa ahora? Digo ahora pensando que estoy en el 2010. Con seguridad muchos de los lectores de este suplemento tienen la edad suficiente, para recordar el olor a sopa proveniente de la cocina de la casa, sea la suya, sea la de la abuela, cuando incorporaba distintas verduras y hortalizas, o simplemente cuando se hacía el clásico puchero y el caldo que quedaba, con esa capa de grasa que flotaba en la superficie producto del caracú, o del osobuco!!!!. Eso sí, tomábamos una cucharada y el frio desaparecía por completo de nuestro cuerpo debido a la cantidad de calorías que incorporábamos.
Los tiempos han cambiado y eso también se refleja en la forma con que comemos, Mirando desde el punto de vista de la salud, es posible que se coma un poco mejor ahora. Si ahora miramos desde el punto de vista nutricional, eso no lo puedo asegurar. Debo aclarar que estas apreciaciones, además de ser opiniones personales, son también dichas en forma general. Digo esto pensando que antes utilizábamos muchos ingredientes naturales, frescos, y que ahora no es tan así. Las urgencias que nos imponemos y nos imponen hacen que la sopa ahora venga en un sobrecito, a la que agregamos un poco de agua caliente y en menos de dos minutos esta lista. Lejos de las horas que le llevaba a nuestra madre y/o abuela, lavar, cortar y cocinarlas. Con este panorama, Analía, Gimena y Mariela se plantearon objetivos claros que intentaban rescatar aquellas formas de preparar la sopa, con las formas actuales de consumo de este sabroso alimento. Transcribo aquí cuál era ese propósito extraído del informe que presentaron al finalizar el año académico que resumía todo lo hecho durante ese año de cursada: “El desarrollo de una sopa de vegetales lista para consumir nace como un modo de prolongar la vida útil de hortalizas que, por su naturaleza, entran en un pronto deterioro en estado fresco. Se eligen como materias primas: zapallo, papa, batata, zanahoria, espinaca, zapallito de tronco, cebolla, cebolla de verdeo, acelga, morrón, perejil, ajo, orégano, sal y agua. Se parte de una materia prima de buena calidad, controlándose exhaustivamente la misma en el momento de su compra, efectuando una selección y acondicionamiento. El lavado (etapa de especial cuidado), pelado y trozado son los pasos que siguen antes de pesar los ingredientes según la formulación. Durante la cocción se adquieren las características organolépticas y reológicas(1) que hacen al producto final atractivo para el consumidor. Una vez que se tienen las hortalizas cocidas, son conducidas al procesado y mezcla con el fin de lograr la consistencia adecuada. La sopa en este momento está lista para ser envasada en latas de 330 cm3 de capacidad, a las que se esteriliza y empaca para la comercialización. Las expectativas sobre esta sopa de vegetales son buenas, considerando el resultado obtenido de encuestas de valoración por parte del consumidor que concluyeron en un 84% de aprobación.”
Podemos darnos cuenta, que utilizaban una receta “de las de antes” para hacerla, poniendo un especial cuidado en la selección de las verduras y hortalizas. Podríamos además, plantearnos la utilidad de envasar en latas, pero debemos pensar que la propuesta no presentaba la opción de ser en polvo, sino que podíamos ponerla en baño maría y ya estaba lista para consumirla. Como ya sabemos, esto que resulta sencillo de leer, no lo es al intentar hacer un alimento en forma masiva, y que mantuviera las características que se destacaban en la sopa hecha en casa. Esto es porque los diferentes ingredientes que se utilizaban, tienen diferentes tiempos de cocción, y no solo tiempos, sino también formas de cocción diferentes, porque algunos necesitan un poco mas de agua que otros.
Debían hacerlo de manera tal, que el agua de cocción residual -lo que sería el caldo- debía incorporarse al envase, como la parte líquida que caracterizaba al producto. Esto debía ser así, porque aquellas vitaminas y nutrientes que poseen las verduras y hortalizas utilizadas, algunas de ellas, se quedaban en el agua de cocción. Esa era la razón de su incorporación. El problema a resolver, era la parte de aceptación por parte de los posibles consumidores. Puedo decir que apostaron fuerte a este tema, porque la degustación la hicieron con chicos de la escuela primera y secundaria, y como quedó reflejado más arriba, el 84% de ellos la aceptó. Fue un reto interesante, porque si bien no se la presentaron en un envase metálico con apertura “abre fácil”, sino se la servían desde un termo en un vaso de poliuretano expandido –más conocido por la marca comercial tergopol- la aceptación mirada a través de las expresiones de los chicos al probarlas, fueron un indicio de que les gustaba, más allá de lo que se reflejó en las encuestas. Fue el premio al esfuerzo de un año de trabajo.

Referencias
1) Es la parte de la Ciencias de Alimentos que estudia la forma con que fluyen los alimentos.


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