# Terminar con los baches
Otro año que queda en la historia. Se nos va el 2007 y con el, precisamente, quedó atrás el gobierno municipal de Daniel Irigoyen.
No vamos a entrar en muchos detalles porque en realidad se cristalizaron numerosas obras, particularmente en los distintos barrios y en sectores alejados del centro, pero cierto es que el ex -presidente municipal no pudo cumplir con una importante promesa que le hizo a la comunidad gualeguaychuense, a los contribuyentes frentistas que estaban al día con el pago de sus impuestos: el reasfaltado de las calles.
No sabemos con precisión que va a ocurrir con el nuevo gobierno en este sentido, pero felizmente ya tenemos una imagen de cambios y que los hechos han comenzado a sustituir a las palabras. Y que justo que se haya elegido a la calle principal para el reinicio del esperado reasfaltado.
Así es. Si venimos del Oeste por calle Urquiza, cuando giramos la zona del hospital y encaramos hacia el centro, nos encontramos con este detalle renovador y con una arteria que aparte de cambiar la imagen, transmite seguridad y agilidad en el desplazamiento de los automotores, ventaja que a nadie habilita para intentar ?picadas? o algo parecido que pueda dar lugar a cualquier tipo de accidentes.
Esperemos que pasadas las tradicionales fiestas se reinicien y con nuevos bríos este tipo de obras que tanto necesitamos y que tanto influyen en el crecimiento de la ciudad.
# Hay arterias olvidadas
El estado y la presentación de las distintas calles da para mucho y lo aprovechamos. No obstante que a meses de su inauguración prácticamente se está haciendo de nuevo el bulevar Montana, en varios sectores, debemos reconocer que se hizo un buen trabajo en el sector Norte donde el asfaltado de Santiago Diaz ha sacado del barro a muchos vecinos y ha permitido el descongestionamiento de la calle Magnasco, detalle que no es menor si tenemos en cuenta el empuje comercial de la mencionada zona y el marcado crecimiento poblacional en forma paralela.
Esto es positivo, pero no nos quedemos con las ponderaciones. Sigamos adelante y prestémosle atención a aquellas arterias que desde años están olvidadas y han dado lugar a numerosas quejas de los mismos frentistas y hasta de algunos conductores que no exageran cuando dicen que pueden dejar parte de sus vehículos por el pésimo estado en que se encuentran.
Quienes a diario nos siguen y están atentos a línea directa, por ejemplo, saben que estamos haciendo referencia a las calles que alguna vez fueron de adoquín, en el centro como la cuadra de Andrade, entre Rucci y avenida Rocamora y las que se encuentran en el sector de la Costanera que ya no sirven más.
San Martín, entre Caseros y Alem y Bolívar entre Camila Nievas y Alem ya tienen que estar en la agenda de las nuevas autoridades, no solo por la ubicación, sino además por lo que representan para Gualeguaychú en el orden turístico, por encontrarse en el umbral de la avenida Costanera.
Lo de ayer sirve para las estadísticas, lo que importa es lo que se hace hoy y lo que se proyecta para mañana. No hay tiempo para parar y hay que mirar hacia delante. Gualeguaychú exige y debemos responder con obras, una sana costumbre que debemos adoptar.
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