# Que las plantas demuestren que no contaminarán
Luego de conocerse el adverso fallo del Tribunal Internacional de Justicia hacia nuestro país, en relación con nuestro pedido de una medida cautelar para detener a construcción de las mega plantas de celulosa por un tiempo determinado y suficiente para realizar un minucioso estudio de su impacto en todos los niveles, comenzamos a escuchar opiniones relativas a la actuación de la presentación insuficiente hecha por nuestro país.
Más allá de las que resultan a toda vista decididamente interesadas, rescatamos una emitida por un ciudadano que nos preguntó: ?si cualquier laboratorio de medicamentos, antes de llevar al mercado un producto, debe someterlo a exhaustivos análisis, pruebas de laboratorio y tener la fehaciente confirmación de su inocuidad, ¿no corresponde que se aplique el mismo criterio a estas fábricas de celulosa ante la certeza que los antecedentes ofrecen de la contaminación que producirán??
Dicho en otras palabras: ¿no convendrá, en las próximas presentaciones a hacer, invertir el criterio y en lugar de tener que probar nosotros la contaminación presunta, obligar a las empresas a demostrar de manera científica, positiva y terminante la veracidad de sus argumentos?
No se trata de discutir el fallo del Tribunal Internacional, sino de abrir, quizá, un camino posible hacia el objetivo de máxima que tenemos en la región y que aún con demoras cuestionables, adoptó el Gobierno Nacional.
Ya no serán entonces solamente las palabras de una y otra parte las que sostendrán el conflicto en el ámbito judicial sino demostraciones que, por la rigurosidad que impone la ciencia, resultarán veraces y en consecuencia, convincentes.
# Comisión Bicameral
La Comisión Bicameral del Congreso de la Nación tendrá a partir de esta semana en sus manos, la resolución final para que comiencen los trabajos en el postergado tramo de la autopista Ceibas-Gualeguaychú.
Los organismos de control del Estado no expresaron ninguna objeción de peso, por lo que se estima que la Bicameral deberá terminar de aprobar la iniciativa.
En caso de que esa Comisión que no se caracteriza por ser laborioso y ostenta tristes récord de no funcionamiento, demore más de seis meses para dar su veredicto, la ley indica que concluido ese plazo se deberá interpretar que su acuerdo es automático.
Sería más que oportuno para comenzar a borrar la imagen de ociosidad de esa Comisión Bicameral que los legisladores nacionales aprueben las obras antes de esos seis meses. Además de oportuno, sería un acto de justicia para una comunidad que ha transitado un largo peregrinar por los pasillos insensibles de la burocracia estatal.
Una vez que se inicien las obras del tramo Ceibas-Gualeguaychú, la empresa constructora tiene un plazo máximo de dos años para finalizarla, que será coincidente con la habilitación de la autovía Gualeguaychú-Paso de los Libres.
A partir de esta semana, cuando el expediente llegue a la Comisión Bicameral del Congreso, recién se comenzará a vivir un tiempo de descuento para ver cristalizada una pretensión que ya no tiene margen para más demoras.
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