# Abandonar al usuario
Algunas empresas de servicios públicos emblemáticas han abandonado a su suerte a sus propios clientes.
Esto ocurre con Telecom que se resiste a abrir una oficina de atención directa al público. Ocurre lo mismo con las empresas de telefonía móvil, que además algunas han generado otro malestar social como con las instalaciones de las antenas en zonas urbanas y en algunas localidades de la provincia, ya es preocupación el cierre de las oficinas de atención al cliente de GasNea.
Se trata de empresas que obtienen importantes ganancias pero sin brindar un servicio de atención al cliente como corresponde. En muchos casos, la derivación telemática o por teléfono es un verdadero insulto a la paciencia de los usuarios y una marcada deficiencia de las empresas que no logran nunca dar respuestas en tiempo y forma.
Para males, los legisladores y los gobernantes han sido incapaces para establecer un mecanismo que obligue a estas empresas a dar un servicio integral como corresponde, teniendo en cuenta las abultadas facturaciones que obtienen de ciudades como Gualeguaychú y el conjunto de la provincia.
No hay lógica de mercado cuando una empresa, que tiene cautivos a una enorme porción de la población los abandona a pseudos servicios de atención al cliente y es incapaz de ofrecer atención directa. El desprecio hacia los ciudadanos no tiene explicación.
# La amenaza del río
En estos últimos días el río Gualeguaychú volvió a ser noticia y los mecanismos de alerta y emergencia se activaron para trabajar en la prevención y en la evacuación de una familia en la vera del río.
La sudestada del domingo, sumado a que el río se encontraba en un nivel relativamente alto, trajo complicaciones en la zona ribereña, el Parque Unzué se vio desbordado de agua y en algunas zonas cercanas al río, tanto en el Parque como en la zona costera del casco urbano, hubo movimientos y en algunos casos, Defensa Civil debió atender llamados de vecinos preocupados por la crecida.
El panorama cambió ayer con la merma de la intensidad del viento, aunque desde Prefectura y Defensa Civil pidieron a los vecinos mantenerse alerta ante un posible repunte de los niveles del río, sobre todo para adelantarse a una posible situación de complejidad.
Como suele suceder ante cada crecida del río, los pobladores de la zona ribereña viven con preocupación, ante la posibilidad de tener que abandonar sus casas y sufrir pérdidas en sus pertenencias.
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