22 de octubre: la importancia de un balotaje conservador
Javier Cubillas*
Los argentinos votaron ese domingo 22 de octubre convalidando un balotaje conservador. ¿Por qué estamos ante este escenario? Una respuesta plausible es que amplios sectores buscaron un voto conservador, un voto que volvió sobre preferencias previas a las P.A.S.O., no dando un voto resuelto hacia un outsider. Pero también, en donde los aparatos provinciales de la liga de gobernadores del peronismo ajustaron las clavijas para no seguir dándole tanto aire a Milei para que se escape hacia los 40 puntos. Le cobraron el favor de fiscalizar y ayudarlo con el voto en las P.A.S.O. en varias provincias del norte y del sur del país. Algo, sumamente esperable, y que no puede sorprender a nadie ante tantas denuncias políticas sobre este actuar de los aparatos provinciales.
Pero más allá de la jugada táctica electoral del peronismo, de retomar lo posible de su electorado y recuperar un porcentaje para ser competitivo, lo que ahora debemos entender es el siguiente escenario institucional que se comienza a configurar.
El resultado de la elección ya configuró un Congreso Nacional que deberá discutir y buscar continuos consensos si quiere producir leyes. La rosca será clave dado que entre ellas, la más urgente, se debe aprobar la ley de presupuesto de gastos e inversión para el próximo presidente. Y este esquema, configura una multipolaridad en el ámbito legislativo nacional que debe contrastarse con el sistema de balotaje que busca justamente otro resultado y efecto.
Respecto del contenido y demanda de políticas, es claro que la dimensión económica y laboral fue preponderante frente a temas como corrupción o escándalos semejantes, que nunca han sido temas parte aguas en decisiones a nivel nacional. Para la ciudadanía los temas que lo conmueven son más cercanos y directos que otros que le siguen pareciendo abstractos y esto es un dato histórico-político que se repite elección trás elección presidencial en estas latitudes.
¿Qué busca el balotaje? El llamado sistema de doble vuelta busca una posibilidad más, un tiempo más de debate y reflexión para los ciudadanos a la hora de tomar una decisión. Pero también, busca que se fortalezca las condiciones de legitimidad del nuevo presidente al darle la posibilidad de que el resultado muestre que gana con un porcentaje cercano o mayor al 50% de la ciudadanía, lo cual supone un espaldarazo necesario para un régimen hiper-presindencialista que necesita tomar decisiones y es el vértice de nuestro sistema político.
Para sintetizar, el balotaje en noviembre busca salir del resultado multipolar de octubre para ira hacia la uni-polaridad que incremente así la legitimidad de origen para gestión del nuevo presidente. En definitiva, lo empodera para tener gobernabilidad frente a actores de veto como son los gobernadores, un congreso sin mayoría propia y grupos sectoriales como sindicatos y cámaras empresariales.
Por tanto, volvemos al título, y si entendemos que el balotaje tiene un efecto conservador, lo es en términos de configuración del poder y no necesariamente debe entenderse en términos de oferta de políticas públicas. Quien gane puede ser un progresista: liberal o socialdemócrata.
El dato esperanzador entonces es que los ciudadanos podemos seguir analizando la oferta política y decidir del mejor modo posible en la elección de noviembre. Y la pregunta que queda abierta es: ¿la clase media a quién votará?. Podríamos rapidamente plantear que la disyuntiva sería: 1- optar por votar en su mayoría con intención anti gobierno a un anti sistema o bien, 2- optar por ir hacía un voto más cercano al status quo dándole una oportunidad a Massa en la medida que se acerque a posiciones pro mercado y se aleje de posiciones extremistas.
Veremos, todo sigue en nuestras manos y en nuestra elección a la hora de votar y legitimar a los nuevos dirigentes legislativos y ejecutivos nacionales.
*Analista de Asuntos Públicos.