Buen Día
# San Martín y Bolívas dos arterias vitales
A medida que la calle 25 de Mayo se consolida como una arteria lenta y de paseo, la calle San Martín y Bolívar, comenzaron a convertirse en las arterias aliviadoras del tránsito del microcentro en horas picos. No obstante estas vías de comunicación entre la Costanera y bulevard Pedro Jurado, aún requiere ser dotada de una mayor infraestructura de señalizaciones, como semáforos sincronizados en intersecciones estratégicas, que posibiliten hacer de estas calles una alternativa rápida y segura para atravesar la ciudad.
También debería plantearse la necesidad de evitar el estacionamiento en la mano izquierda, para liberar a ambas arterias y el tránsito pueda ser fluido, sobre todo entre Av. Rocamora hasta calle Mitre donde transitan la mayoría de las líneas de colectivos, remises, y centenares de vehículos.
En calle Bolívar falta terminar aún la pavimentación desde Avellaneda hasta el bulevar Pedro Jurado, que es la única calle de acceso al Hospital que no está asfaltada, y es la que utilizan los servicios de emergencias para llegar hasta la guardia del nosocomio.
El debate para comenzar a diseñar las calles Bolívar y San Martín como arterias de fácil y fluida circulación debe comenzarse lo más antes posible para aliviar el tránsito del microcentro.
# Una oportunidad para los jóvenes ruralistas
El conflicto del campo que duró más de 120 días, dejó una gran enseñaza cívica para los jóvenes que desde hace tiempo, integran los diferentes cuadros de la Federación Agraria y su participación comenzó a ser más activa.
Durante este fin de semana se desarrollo en nuestra ciudad el XIV Encuentro provincial de jóvenes de la Federación Agraria, uno de los tantos espacios que tiene esta organización agropecuaria, para formar sus dirigentes, que serán el recambio generacional de la institución.
Son estos espacios, donde los jóvenes pueden plantear sus ideas, intercambiar sus experiencias y darse cuenta de la cruda realidad que les toca vivir a muchos de ellos, al llevar adelante sus emprendimientos familiares en el campo.
Es en estos ámbitos donde se discuten las soluciones a un problema que el país enfrenta desde hace décadas y los sucesivos gobiernos no pudieron resolver.
Estamos hablando de la constante migración de los adolescentes que nacieron y se crearon en el campo a la ciudad. Al carecer las zonas rurales de escuelas de enseñanza media, se ven obligados a desplazarse a las ciudades, y con el tiempo también se van sus padres, despoblando así los pequeños pueblos rurales, hasta convertirle en casi fantasmales.
Será a esta nueva generación de dirigentes, la cual le tocará, exigirles a los sucesivos gobiernos, resolver esta deuda histórica de la política Argentina con los jóvenes ruralistas. Esa constante migración de su juventud le saca al campo la savia, la innovación y prosperidad de los pueblos rurales.
Por cuestiones conyunturales y falta de políticas de promoción para los pequeños productores, muchos jóvenes han tenido que renunciar a su hábitat para buscar su futuro en los centros urbanizados; una realidad que debe cambiar
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