Buen Día
# Se fue Picolotti, ¿y ahora?
Romina Picolotti, especialista cordobesa y asesora en su momento de la Asamblea de Gualeguaychú dejó su cargo tras dos años de actividad.
El ex presidente reparó en ella -así se dijo- tras considerarla muy eficiente como defensora de los asambleístas.
Por entonces, se nos dijo a todos los argentinos que también se consideraba al medio ambiente como un derecho humano y a la contaminación, como una violación de este derecho.
Hablamos de hace poco más de dos años.
Sin demasiadas explicaciones (éstas siempre llegan después y casi invariablemente de boca del funcionario o funcionaria desplazados) supimos del pedido de su renuncia. Y muchos sostuvieron que se debió a sus cuestionamientos al veto presidencial a la Ley de protección de los glaciares.
Pero a los ambientalistas de Gualeguaychú les preocupa ahora saber dónde está parado su sucesor, qué conocimientos de esta materia tiene (pese a su desempeño anterior) porque guste o no, se esté de acuerdo con Picolotti o no, con su integración a la Asamblea, ella pudo conocer (y no por el relato de otros) las razones de la resistencia de nuestra comunidad a la puesta en marcha y funcionamiento de la pastera Botnia.
Lo verdaderamente saludable, no sólo en términos de medio ambiente sino también en relación con la continuidad de políticas de estado, sería que Bibiloni no opusiera reparos en abrevar en la experiencia de la ex funcionaria.
Hay un camino hecho, que no debe desperdiciarse.
# Limpiar los terrenos baldíos
Con la llegada del verano y días de altas temperaturas, los terrenos baldíos con maleza, se vuelven una amenaza para todo barrio. Desde incendios hasta, roedores, garrapatas y escorpiones, es el malestar que deben soportar los vecinos en días de prolongada sensación térmica elevada.
El ultimo verano, la mayoría de las salidas que tuvieron los Bomberos Voluntarios, se debió en gran medida a sofocar incendios en terrenos baldíos, de los cuales algunos fueron intencionales y hasta tuvieron que volver al mismo lugar en reiteradas ocasiones. Esto significa un costo y un esfuerzo adicional, para los servidores públicos, que todos los veranos deben lidiar con los incendios forestales y en los campos de las zonas rurales vecinas.
Debe ser prioridad del municipio establecer un programa de emergencias para establecer un control más exhautivo del estado de los terrenos baldiós, para evitar trastornos entre los vecinos. Con las últimas lluvias que ayudará al crecimiento del césped y las altas temperaturas que se esperan para este mes, hace un escenario propicio para que solo con una chispa la maleza comience a arder.
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