Buen Día
# Para reflexionar
Una nena de once años que concurre a quinto grado de la escuela “J. J. Valle” de Concordia está embarazada. Otra nena de trece años que concurre a la misma escuela, está a punto de dar a luz.
El dato es más que preocupante. La infancia se está quedando en el camino. No han aprendido todavía a ser jóvenes y ya son madres. El dato debe convocar a la vergüenza y a la reflexión como comunidad.
Lo que ocurre en Concordia no es un hecho aislado. Se estima que a nivel nacional son cientos de miles las menores que se convierten en niñas-madres. No alcanzaron a conocer su cuerpo que tendrán un bebé.
Junto con este tema de la maternidad infantil hay que sumarle el de la paternidad infantil. Otro drama que no siempre se tiene en cuenta.
Cuando se habla del divorcio de la familia y la escuela, de la ausencia del padre con la educación de sus hijos, se está hablando también a las claras y con todas las letras de la deserción del Estado y de las instituciones con respecto a las problemáticas que aquejan a la comunidad.
Así se marcha a la deriva, sin rumbo, sin modelos.
Seguramente ahora que se ha hecho público el caso de Concordia, actuarán reactivamente los equipos interdisciplinarios de la Justicia del Menor y la Familia como de la Educación y la Salud. Dicho sea de paso, llegan tarde y no siempre actúan bien.
Las autoridades de Salud, Educación y Justicia deberían realizar un severo examen de conciencia, porque sencillamente no son ajenos a la construcción de esta realidad.
No alcanza con decir que son víctimas de la pobreza. No es suficiente ese diagnóstico. En todo caso son víctimas de la ineficiencia de las autoridades, de los profesionales, de los muchos equipos que se articulan pero que no tienen capacidad de anticipación ni de prevención.
Una alumna de once años está embarazada y otra de trece que concurre a la misma escuela está a punto de ser mamá. ¿Alguna vez alguien hará algo para evitar el aniquilamiento de la infancia? ¿Cuántos niños están expuestos a este aniquilamiento de la infancia?
# Una situación que no cambia
Ayer la falta de trabajo en la infraestructura escolar volvió a ser noticia, lamentablemente una mala noticia en la ciudad. Fue en el Colegio Luis Clavarino, uno de los edificios históricos de la ciudad, pero pudo haber sido en cualquier otra escuela, de las muchas que sufren la inacción de los organismos oficiales.
Son los mismos organismos que envían a los medios informes con cifras de supuestas inversiones en infraestructura, pero que muestran día a día su ineficacia para solucionar los problemas que aquejan a diferentes edificios escolares en toda la provincia.
Las soluciones no deben ser discurso de campaña, deben ser materia urgente, porque la realidad indica que los edificios escolares requieren arreglos y mejoras que no llegan, con el lógico riesgo que significa para los alumnos, profesores y todos los que concurren a dichas escuelas.
La realidad es cruel y preocupante. En la provincia, son cientos los establecimientos escolares que sufren enormemente los problemas de infraestructura. Muchos de esos edificios son parte de la historia de la educación en la provincia, pero ni siquiera eso hace posible que se trabaje, que lleguen las partidas y que no se corran más riesgos innecesarios.
Evidentemente, las autoridades, en materia infraestructura, se siguen sacando un aplazo gigante.
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