El pueblo quiere saber
Se habla mucho de la necesidad de establecer parámetros claros en materia de transparencia en la gestión pública.
Se trata de un concepto del que difícilmente alguien pueda oponerse. Pero a decir verdad, la primera transparencia es la de dar a conocer a los contribuyentes a cuánto ascienden los sueldos y asignaciones de cada uno de los funcionarios políticos, sean éstos electos o no.
¿Cuánto ganan los diputados nacionales Juan José Bahillo y Atilio Benedetti?
¿Cuánto realmente embolsan los senadores nacionales Pedro Guillermo Guastavino y Alfredo De Angeli? ¿Y los diputados y senadores provinciales: Leticia Angerosa, Sergio Kneeteman, Nicolás Mattiauda?
Además, sería importante saber cuánto se necesita para mantener sus estructuras de funcionamiento: contratados y asesores.
Y los funcionarios a nivel nacional: ¿Cuánto cobra como asesor contable en la Comisión Administradora del Río Uruguay el contador Javier Melchiori? Y es más, ¿cuánto ganan su presidente y delegados?
Lo mismo para los intendentes del Departamento y los concejales.
Sería un ejemplo que cada uno blanqueara esta situación. No hacerlo, oscurece las mejores intenciones en materia de transparencia.
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