Evitar los abusos
Todos los años vuelve a hablarse de este tema y este año no es la excepción. Son recurrentes las quejas de la gente sobre quienes encuentran la posibilidad de “hacer su verano” cobrando estacionamiento en las zonas cercanas al Corsódromo, ya sea en terrenos privados o también en la vía pública.
Se ha vuelto un tema reiterativo y es evidente que no se controla o al menos no se puede evitar los abusos en cuanto a los precios que se cobran por estacionar un vehículo. Las cifras que se piden en los estacionamientos privados, en algunos casos son exorbitantes y cuesta creer con el desparpajo que se ofrece el “servicio”, que es ni más ni menos que un lugar en un terreno, en muchos casos con muy poca iluminación, sin seguridad ni nada que se la parezca.
Son contados con los dedos de una mano aquellos estacionamientos que ofrecen las mínimas condiciones de seguridad, limpieza, iluminación y, fundamentalmente, entregan al propietario del vehículo que allí se estacione, un comprobante que sea válido para cualquier reclamo. Muchas veces es solamente un papel numerado, sin dato alguno de dirección del estacionamiento, nombre del propietario y ni pensar en pedir una factura oficial por el servicio que se presta.
En la vía pública ocurre algo similar, con el agravante que en las calles aledañas al Corsódromo, es la Municipalidad quien regula el estacionamiento y la gente que allí controla debe rendir cuentas a personal municipal. Los encargados de cobrar el estacionamiento se abusan de la situación y permiten estacionan frente a garajes, abordan de mala manera a los vecinos de la ciudad que dejan sus autos estacionados frente a sus propias casas, exigiendo el retiro de los vehículos de frente a su propio garaje, lo que es ni más ni menos que una verdadera barbaridad. En este caso, al menos se abona un precio fijo, aunque se ha sabido de algunos casos en donde se han cobrado cifras superiores.
Sería interesante que desde el municipio se pudiera trabajar intensamente en controlar y regular la actividad de los estacionamientos en las noches de carnaval. Porque ante tantas quejas de abusos en los precios en diferentes puntos de la ciudad, este rubro parece no ser la excepción y seguir la corriente de querer “salvarse” en una sola temporada.
Son contados con los dedos de una mano aquellos estacionamientos que ofrecen las mínimas condiciones de seguridad, limpieza, iluminación y, fundamentalmente, entregan al propietario del vehículo que allí se estacione, un comprobante que sea válido para cualquier reclamo. Muchas veces es solamente un papel numerado, sin dato alguno de dirección del estacionamiento, nombre del propietario y ni pensar en pedir una factura oficial por el servicio que se presta.
En la vía pública ocurre algo similar, con el agravante que en las calles aledañas al Corsódromo, es la Municipalidad quien regula el estacionamiento y la gente que allí controla debe rendir cuentas a personal municipal. Los encargados de cobrar el estacionamiento se abusan de la situación y permiten estacionan frente a garajes, abordan de mala manera a los vecinos de la ciudad que dejan sus autos estacionados frente a sus propias casas, exigiendo el retiro de los vehículos de frente a su propio garaje, lo que es ni más ni menos que una verdadera barbaridad. En este caso, al menos se abona un precio fijo, aunque se ha sabido de algunos casos en donde se han cobrado cifras superiores.
Sería interesante que desde el municipio se pudiera trabajar intensamente en controlar y regular la actividad de los estacionamientos en las noches de carnaval. Porque ante tantas quejas de abusos en los precios en diferentes puntos de la ciudad, este rubro parece no ser la excepción y seguir la corriente de querer “salvarse” en una sola temporada.
Este contenido no está abierto a comentarios