La irresponsabilidad de los padres la pagan los hijos
En esta columna, el 7 de octubre nos referimos al valor de la perseverancia en la actitud decidida de las autoridades de hacer cumplir la obligación de los motociclistas de circular con el casco colocado.
Y observamos que a partir de la legislación municipal ya no debemos lamentar los estados de gravedad extrema de los protagonistas de siniestros.
A pocos días de este comentario, un llamado a LINEA DIRECTA afirmó “las motos se han adueñado del tránsito. Ya no le dan importancia al uso del casco, transitan a toda velocidad y después tenemos que lamentar accidentes”.
El llamado también aludía a los controles, pero para ser justos, debemos decir que de poco servirán los controles, multas, retenciones de vehículos y demás si cada uno no se hace responsable de sí mismo.
Lo más grave de estos casos de viajar en moto sin casco es cuando se llevan chicos sobre el vehículo, los que teniendo un desarrollo físico para portarlo, no lo llevan porque los adultos responsables de ellos no se los colocan.
En el caso de los bebés, la situación se torna más preocupante aún porque para ellos no hay estos elementos en el mercado.
Debe decirse sin vueltas que la patria potestad otorga derechos y obligaciones y entre estas últimas, la de velar por la buena salud de los hijos.
Viendo circular progenitores con sus chiquitos sin protección, cabe preguntarse qué entienden por preservar a sus hijos.
Podrá aducirse que no se cuenta con capacidad económica para pagar un transporte, pero esto para nada justifica someter a los pequeños a correr semejante riesgo.
En consecuencia, quien insista en este comportamiento debería ser pasible de sanciones más duras, aunque esto suene antipático.
En Gualeguaychú la obligatoriedad del uso del casco protector no se discute desde hace tiempo, ya lo dijimos.
Por esto indigna la desidia de tantos progenitores, los mismos que tras desatender las medidas de seguridad son los que piden que obre un milagro.
A pocos días de este comentario, un llamado a LINEA DIRECTA afirmó “las motos se han adueñado del tránsito. Ya no le dan importancia al uso del casco, transitan a toda velocidad y después tenemos que lamentar accidentes”.
El llamado también aludía a los controles, pero para ser justos, debemos decir que de poco servirán los controles, multas, retenciones de vehículos y demás si cada uno no se hace responsable de sí mismo.
Lo más grave de estos casos de viajar en moto sin casco es cuando se llevan chicos sobre el vehículo, los que teniendo un desarrollo físico para portarlo, no lo llevan porque los adultos responsables de ellos no se los colocan.
En el caso de los bebés, la situación se torna más preocupante aún porque para ellos no hay estos elementos en el mercado.
Debe decirse sin vueltas que la patria potestad otorga derechos y obligaciones y entre estas últimas, la de velar por la buena salud de los hijos.
Viendo circular progenitores con sus chiquitos sin protección, cabe preguntarse qué entienden por preservar a sus hijos.
Podrá aducirse que no se cuenta con capacidad económica para pagar un transporte, pero esto para nada justifica someter a los pequeños a correr semejante riesgo.
En consecuencia, quien insista en este comportamiento debería ser pasible de sanciones más duras, aunque esto suene antipático.
En Gualeguaychú la obligatoriedad del uso del casco protector no se discute desde hace tiempo, ya lo dijimos.
Por esto indigna la desidia de tantos progenitores, los mismos que tras desatender las medidas de seguridad son los que piden que obre un milagro.
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