La primera dosis te la regalan
Por Fundavida
Vista la derogación de la Ley de la Madera la indignación es muy grande y difícil de apaciguar, pero hay que tratar de entender lo que realmente pasa, aunque el impulso sea dejarse dominar por la bronca y sumar adjetivos al enorme inventario de calificaciones indecorosas con que se están completando los perfiles del gobierno y los legisladores provinciales.
Hay que contenerse y pensar, porque entender es el único camino para recuperar la senda que nunca debimos abandonar, de otra manera quedamos prisioneros de la misma dialéctica que, en su ejercicio, nos está destruyendo.
“No permitiré que salgan rollizos sin elaborar de la provincia para alimentar las celulósicas que nos contaminan”. Hace apenas unos meses el actual gobernador mintió estas, hoy crueles, palabras a la sociedad en ocasión de asumir funciones.
Luego, habiendo tomado despacho, procedió a juntar sus discursos de campaña y arrojarlos a la hoguera, siempre encendida, en la que se consumen la moral y los valores de nuestra clase política.
El viernes anunció que dio la orden a Julio Solanas, Juan Manuel Huss, Juan José Bahillo y Mayda Cresto para que den quórum en la sesión extraordinaria de diputados de ayer para que Cambiemos pueda rebajarle los ingresos a los jubilados. Sin tocar, claro, las jubilaciones de privilegio de ellos mismos, que superan más que generosamente los mínimos que cobran millones de argentinos.
Si hubiera dicho lo que iba a hacer no hubiera sido electo. ¿En la costa del río Uruguay hubiera tenido los votos que tuvo si hubieran sabido que derogaría la Ley de la Madera? ¿O el de los jubilados si hubieran sabido que ordenaría dar quórum a legisladores entrerrianos para la sesión en la que se les reducirían sus retribuciones? Podemos seguir, pero el inventario sería largo y por sobre todo, como dicen los animadores: lo mejor todavía está por venir.
La explicación del alineamiento incondicional del gobierno provincial con el gobierno nacional tiene razones económicas, aunque de cualquier manera debemos señalar que a Bordet se lo ve muy relajado y feliz cuando interactúa y comparte escenario con el presidente y su gabinete.
Cuando asumió se hizo cargo de un tesoro provincial exhausto y una deuda pública agobiante, y por razones obvias no podía, ni puede, echarle la culpa a la pesada herencia recibida. Prestamente, el Ministro Frigerio, el mismo que planea un mega barrio náutico ilegal en su estancia ubicada en los humedales entrerrianos, rodeada de un dique también ilegal, comenzó a darle generosos auxilios financieros para resolver los ahogos y como todos sabemos, esa generosidad es como la de los traficantes de drogas, que la primera dosis te la regalan y, después que te hacés adicto, te cobran las que siguen.
El costo a pagar es arriar las banderas y apoyar todas las iniciativas del gobierno nacional, especialmente las que significan dar carta blanca al saqueo de nuestros recursos naturales. Aunque esta primavera forzada se le terminará en un año, porque, seguramente, unos meses antes de las próximas elecciones a gobernador, el gobierno nacional le soltará la mano para que se caiga a pedazos y así imponer su propio candidato, entre los que destaca, oh casualidad! precisamente el Ministro del Interior.
El actual gobernador entonces recibirá el premio consuelo de algún cargo legislativo para que tenga inmunidad parlamentaria, por las dudas, o se retirará a disfrutar de su jubilación de privilegio mientras a nosotros los entrerrianos nos quedará una provincia devastada, una naturaleza saqueada, una economía concentrada y enajenada y un no-futuro para quienes nos sucedan.
Es un drama de final abierto, porque por estos días las calles han recuperado escenarios de conflictividad social que hace mucho no veían. Todo es posible en esta Argentina post moderna que demasiadas veces nos agobia.
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