Los corsos barriales crecen
Los Corsos Populares “Matecito” culminaron con éxito su Edición 2013. Durante cuatro viernes fueron 14 murgas y conjuntos carnavalescos de diferentes barrios de la ciudad los que desplegaron todo su encanto, creatividad y responsabilidad; en el marco de esta fiesta que año a año convoca más y más público.
En diferentes escenarios y enfrentando muchas veces dificultades, no sólo organizativas sino también en las propias murgas y conjuntos, este corso de los barrios y de la gente ha ido creciendo de manera llamativa en los últimos años, imponiéndose como la fiesta más auténtica del pueblo.
Aquí no hay clases sociales, inhibiciones y mucho menos vergüenza. Aquí cada grupo transmite lo que desea celebrar, criticar o mejorar de diversos aspectos de la vida. Aquí no hay diferencias de ningún tipo porque en esta celebración son todos iguales. Esa es la identidad que generan los corsos barriales.
Y hay un dato que merece ser destacado. Muchas murgas surgen de las entrañas de barrios con muchas carencias. Por eso vale reconocer el esfuerzo que muchas familias realizan a lo largo del año para poder hacer los trajes, armar sus carrozas y comprar todo lo que les hace falta para poder concretar este sueño de identidad.
Ojalá que no se acabe nunca el eco de las cornetas y que esta fiesta nunca pierda sus raíces populares que la legitiman.
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