Miguel Pereyra celebra toda una vida con la música
Miguel Pereyra cumple 55 años con la música y lo festejará el viernes 11 de mayo, desde las nueve de la noche, en el Teatro Gualeguaychú.
En la charla con EL ARGENTINO y desde sus 66, recordó “arranqué muy chiquito, cantando en los corsos, cuando se hacían en la 25 de Mayo. No recuerdo bien qué edad tenía, pero sí que con Cebollita éramos los únicos que andábamos cantando a la gorra, cada uno por su lado, yendo mesa por mesa”.
Los corsos quedaron en la 25 y Miguel tomó Montevideo, hasta casi san Martín. A los 14, era solista en Premir.
“Ahí estaba solito con mi guitarra, que a veces era prestada. ¿Sabés lo que me costó comprarme una?”, preguntó, para contarlo, adivinando que no sabíamos.
“Fue una odisea. Me ayudó mi vieja, porque me pedían segunda firma. La pidió a uno, a otro, hasta que la compramos. Fue en Casa Piaggio, cuando estaba en calle Urquiza”.
- ¿La tenés?.
“No. Se me rompió. ¡Lloré tanto! Iba con la guitarra en la bici. Algo pasó y me caí encima. No me olvido de esa imagen. La agarré del diapasón y se me caían los pedazos, junto con las lágrimas...”
Antes de llegar a su primera guitarra y dentro de un hogar donde tuvo, como le gusta decir, “una pobreza hermosa” Miguel supo de valorar las cosas y de la enorme felicidad por cada platita.
Papá Alfredo quedó ciego a los 48 y mamá Ramona comenzó a hacer tortas que cocinaba en un horno de barro. “Y mis hermanos mayores y yo salíamos a venderlas.La venta era un trabajo que tomábamos muy en serio. Teníamos que volver a casa y darle a papá el dinero, que lo contaba a pesar de no ver...”
Tan en serio era esto de vender tortas que Miguel dejó la escuela de día para hacerla de noche, en la Rawson.
“Por ser chico mis compañeros me protegían y como era el cantor de la escuela, se me facilitaba todo. Por eso arranqué el secundario con mucha dificultad...”
Al secundario también lo hizo de noche, primero en el Colegio y después en la ENOVA, y por la misma razón: había que trabajar.
De ese tiempo son sus participaciones en los festivales de la TV y su ingreso a la orquesta Los rebeldes con Raul Casenave, Canario Figún, Héctor Guilla, Tito Barbosa. “Estuve quince años con ellos. Y la orquesta sigue hoy, porque la rearmamos”, contó.
También compartió años con Ricardo, con el dúo Los Hermanos Pereyra.
“Ricardo es lo más importante que tuve a nivel musical. Íbamos todos los veranos a trabajar a Punta de este, Piriápolis, otras ciudades de la provincia; estuvimos en todos los Abrazo Celeste y Blanco, en Cosquín. Fuimos muy reconocidos”.
Hoy su grupo musical propio está formado por él y sus hijos Analía y Ezequiel. Y María Cielo aporta su danza. Su esposa Viviana acompaña y alienta.
Y la invitación que hizo es para el 11 de mayo, para celebrar los 55 años con la música.
“Voy a hacer temas míos que nunca hice y temas nuevos. Estaré con Chochi Duré, (uno de los mejores acordeonistas del país) que está triunfando en España. El vivió unos años en Gualeguaychú nos hicimos amigos y ahora, quiso que estemos juntos. Pero cada uno hará lo suyo” dijo Miguel.
Por entradas anticipadas hay que llamar al 3446 544732 o al 3446 630310.
Silvina Esnaola
EL ARGENTINO
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