Nuestra ciudad necesita imaginar su futuro
Por Luis Alberto Dalcol
(Colaboración)
Cuando se ama la ciudad en la que se vive, surge la tentación de acercar visiones para ayudar a los gobernantes en su tarea de procurar el engrandecimiento y el progreso social.
La técnica del control por selección sugiere que las mismas estén referidas a cuestiones observables, no de ponderación o elogio. En ese sentido, se acercan algunas reflexiones para su consideración - sin amparo en la hipocresía sutil o la ambigüedad - para la actual administración (en su eventual continuidad) o para quien la suceda. La brevedad del espacio la limita a cuatro aspectos: 1) concordancia con las organizaciones no gubernamentales, 2) habilitaciones comerciales e industriales, 3) uso de la tierra y 4) ideas superadoras.
Respecto del primer tema, en principio, se advierte que no existe una relación armónica con las organizaciones no gubernamentales. Así, con la Comisión Mixta de Turismo no se ha logrado coordinar la acción estatal con la acción privada; son visibles los desajustes.
A la Corporación del Desarrollo, que reúne a la mayor cantidad de instituciones locales se le quitan recursos que para su fin se había autoimpuesto el comercio local por gestión de la entidad gremial que representa al comercio y la industria.
Se crea un órgano burocrático con funciones similares, conformado por reparticiones oficiales y entes que participan en Corporación y se intenta interferir sugiriendo no asistir a la última asamblea, a entidades gremiales asociadas (según publicara la prensa y no fuera desmentido). Para dar otros ejemplos, con el Auto Club o con la Comisión del Carnaval - que reúne a varios clubes que además cumplen funciones paraestatales de educación - manifiestan públicamente reclamos de apoyo municipal (al momento de escribir esta nota se informa que se acordaría una planificación conjunta con la Comisión del Carnaval).
Las habilitaciones comerciales e industriales es un tema aún no resuelto. La legislación ha sido prorrogada en varias oportunidades y no conforma a los afectados. En reciente convocatoria en el Centro Comercial, un comerciante reclamó por la demora de su habilitación en relación a las 24 horas que se le concediera a un negocio foráneo.
La respuesta municipal fue que “venían con un paquete armado”; cuando en realidad, el proceso de habilitación es un proceso secuencial, correlativo y tiene un camino critico que no permite habilitar un negocio en el lapso otorgado (excepto para continuidad de empresa que no fuera expresado).
Sobre el uso de la tierra no fue llamada a opinar la entidad que agrupa a los principales contribuyentes sobre el aumento de la sobretasa a los inmuebles de uso comercial o industrial y sobre las modificaciones en el régimen de loteo urbano. La sobretasa es una nueva contribución, llega hasta 5 veces más que su base.
No expone prestación de servicio para los inmuebles percutidos. En las parcelaciones, más allá de la cuestión jurídica por la confiscación para el B.M.T., hace competir deslealmente - en precio (sin costo) y plazo (hasta 10 años) - con el mismo proyecto al que obliga la donación. Existen predios extensos que por destino, sus titulares no tributarán el adicional (actualmente no pagan la tasa base y acumulan revalúo sin costo de mantenimiento). En principio, en inmuebles arrendados, la tasa y su adicional no la abona el propietario sino el inquilino.
El último punto se resume en que no se ha generado una idea de importancia que nos congregue y una a todos los compueblanos. Ocupamos el tiempo en disidencias, en lugar de sumarnos a pensamientos importantes, de beneficio general. Este asunto también se observa en las organizaciones privadas y es responsabilidad de ellas producir ideas trascendentes. Una buena idea no necesita de punto de origen especial. No se está generando un Frigorífico, un Parque Industrial, un Carnaval; muestras de fuentes de trabajo privado, arrimadores de riqueza externa.
Los temas expuestos requieren inevitablemente de su revisión. Las propuestas ofrecidas se manifiestan en más Estado y no en acompañamiento al emprendedor particular; a la actividad privada, que obviamente se autosostiene y sostiene al Estado. En general, se reclama que se escucha, pero que no se receptan sugerencias. Esto expresan entidades que agrupan a profesionales en asunto de su especialidad.
Nuestra ciudad está capacitada para aspirar a más y debe hacerlo. Siempre hay tiempo para considerar rumbos. Tarde o temprano la realidad realinea a una mayor apertura del sector público al trabajo en conjunto, a la suma de todos, que resultará de beneficio para el desarrollo de la sociedad más próxima, que conformamos con nuestros vecinos.