Planificar nuestra fuerza de trabajo
Nuestra ciudad debe afinar su trabajo estadístico para determinar a mediano y largo plazo qué tipo de mano de obra va a necesitar nuestra industria y de qué manera se podrá satisfacer esa demanda futura con cursos de capacitación para la reinserción laboral de nuestros jóvenes.
Da mucha satisfacción ver como se levanta la obra del nuevo Hospital Bicentenario, cuando se transita por Av. Urquiza, pero por otro lado da pena advertir que muchos puestos de trabajo que hubiera podido generar la construcción del Hospital en nuestra ciudad no pudieron ser por falta de calificación y especialidades.
Este es un claro ejemplo de la falta de planificación de una ciudad hacia el futuro, desde el año 2005 se sabía que Gualeguaychú podría llegar a ser beneficiado con esta obra, pero ni desde el Estado Municipal, ni desde el Sindicato de la Construcción se preguntaron qué tipo de mano de obra tenemos que capacitar para que se logre derramar todo lo más que se pueda en nuestra economía local, los 180 millones pesos que costará el proyecto constructivo.
Como resultado, la UTE que hoy construye el Hospital tuvo que recurrir a mano de obra de extranjeros para poder satisfacer esa demanda y decenas de albañiles de nuestra ciudad, ven como no pueden ser parte de uno de los proyectos constructivos más importantes de la historia de la ciudad.
Esta misma problemática puede verse en el sector de la inversión privada que las empresas que llevan adelante construcciones de edificios deben recurrir a mano de obra de otras provincias, al no contar aquí con los recursos humanos capacitados para trabajar en altura.
Lo que pasa hoy en la industria de la construcción local, es sólo una señal de alerta de lo que pronto podrá pasar en la industria textil, metalúrgica, la agroindustria y química, sectores que han tenido un gran desarrollo dentro de nuestra industria ¿Cuántos operarios se necesitarán en el futuro para cubrir la demanda laboral de estas empresas? ¿Qué tipo de capacitación deben tener esos jóvenes para poder formar parte de esa industria? Nadie se hace esos interrogantes y menos aún se intenta darle respuesta desde un trabajo en conjunto y coordinado del Estado, las cámaras empresariales y los sindicatos. Gualeguaychú sigue siendo hoy una ciudad con serias falencias en su planificación que nos imposibilita visualizar hacia dónde debe apuntar la calificación de nuestra fuerza de trabajo.
Este es un claro ejemplo de la falta de planificación de una ciudad hacia el futuro, desde el año 2005 se sabía que Gualeguaychú podría llegar a ser beneficiado con esta obra, pero ni desde el Estado Municipal, ni desde el Sindicato de la Construcción se preguntaron qué tipo de mano de obra tenemos que capacitar para que se logre derramar todo lo más que se pueda en nuestra economía local, los 180 millones pesos que costará el proyecto constructivo.
Como resultado, la UTE que hoy construye el Hospital tuvo que recurrir a mano de obra de extranjeros para poder satisfacer esa demanda y decenas de albañiles de nuestra ciudad, ven como no pueden ser parte de uno de los proyectos constructivos más importantes de la historia de la ciudad.
Esta misma problemática puede verse en el sector de la inversión privada que las empresas que llevan adelante construcciones de edificios deben recurrir a mano de obra de otras provincias, al no contar aquí con los recursos humanos capacitados para trabajar en altura.
Lo que pasa hoy en la industria de la construcción local, es sólo una señal de alerta de lo que pronto podrá pasar en la industria textil, metalúrgica, la agroindustria y química, sectores que han tenido un gran desarrollo dentro de nuestra industria ¿Cuántos operarios se necesitarán en el futuro para cubrir la demanda laboral de estas empresas? ¿Qué tipo de capacitación deben tener esos jóvenes para poder formar parte de esa industria? Nadie se hace esos interrogantes y menos aún se intenta darle respuesta desde un trabajo en conjunto y coordinado del Estado, las cámaras empresariales y los sindicatos. Gualeguaychú sigue siendo hoy una ciudad con serias falencias en su planificación que nos imposibilita visualizar hacia dónde debe apuntar la calificación de nuestra fuerza de trabajo.
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