Prestigiar la docencia
Ser maestro es un trabajo bellísimo y de gran responsabilidad, pero es una injusticia que estén tan mal pagados”, acaba de afirmar Francisco, el Papa argentino.
Y lo hizo ante los miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores, aclarando que su opinión se fundamenta en la realidad argentina, que es la que mejor conoce.
Otra vez Francisco dando en el centro.
Porque es seguro que, siguiendo como se sabe que sigue la realidad de su país, estará al tanto de las marchas, las protestas y los desencuentros de la paritaria docente nacional, referente para todas las provincias.
Y quizá sea esta intervención suya la que logre destrabar las negociaciones, para que los docentes asistan a dar clase con la alegría de poder desarrollar su vocación y los gobernantes, la satisfacción de que están cumpliendo con uno de los derechos elementales de todo ser humano, como la educación.
Que no es tenida en cuenta cuando se habla de los Derechos Humanos y menos aún, a la hora de establecer el presupuesto anual, en el que se priorizan otras cuestiones y se la relega cada vez más.
Es de esperar que las palabras del Papa Francisco no se tomarán como un agravio sino que por el contrario, pondrán su cuota de claridad en quienes gobiernan.
Personas todas que han accedido a una buena educación y por eso han podido llegar a lugares de injerencia.
Y por esta razón, se podría creer que el pueblo, la razón de sus desvelos, tendrá lo mismo e incluso más.
Y lo hizo ante los miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores, aclarando que su opinión se fundamenta en la realidad argentina, que es la que mejor conoce.
Otra vez Francisco dando en el centro.
Porque es seguro que, siguiendo como se sabe que sigue la realidad de su país, estará al tanto de las marchas, las protestas y los desencuentros de la paritaria docente nacional, referente para todas las provincias.
Y quizá sea esta intervención suya la que logre destrabar las negociaciones, para que los docentes asistan a dar clase con la alegría de poder desarrollar su vocación y los gobernantes, la satisfacción de que están cumpliendo con uno de los derechos elementales de todo ser humano, como la educación.
Que no es tenida en cuenta cuando se habla de los Derechos Humanos y menos aún, a la hora de establecer el presupuesto anual, en el que se priorizan otras cuestiones y se la relega cada vez más.
Es de esperar que las palabras del Papa Francisco no se tomarán como un agravio sino que por el contrario, pondrán su cuota de claridad en quienes gobiernan.
Personas todas que han accedido a una buena educación y por eso han podido llegar a lugares de injerencia.
Y por esta razón, se podría creer que el pueblo, la razón de sus desvelos, tendrá lo mismo e incluso más.
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