Ser hipócrita
Por que seremos así, porque nos escondemos, por que tanta falsedad, ¿nos sentimos débiles si somos sinceros? No nos damos cuenta de nuestras propias contradicciones. La hipocresía es un mecanismo de defensa que solo alimenta el engaño y la doble moral. Ojalá dejemos atrás dicha conducta y nos relacionemos en forma abierta y sincera, sabiendo que contamos con el respeto y comprensión de nuestros semejantes.
La naturaleza humana es mezquina y lamentablemente todos alguna vez, por interés o por miedo, por no enojarse, por celos o envidia, por necesidad o por piedad, hemos sido hipócritas, pero debemos reconocerlo, donde nos empezamos a acostumbrar, perdemos, negociamos la dignidad y después el resto.
La hipocresía es una pantalla, un tipo de mentira, una manera de ser, por ahí una búsqueda de lo que no se es. La gente se da cuenta y le sigue el juego es el…”baile de la ronda de la hipocresía”…No se va a ningún lado es inconsistente, se dice algo y se hace otra cosa, son los miedos a la franqueza, es miedo a la verdad.
Un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad.
Hipocresía es el fingir cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o se experimentan. Es el arte de mentir hacia fuera y hacia adentro.
La palabra proviene del latín “hypocrisis” y del griego que significa “fingir”. La hipocresía consta de dos formas, la simulación y el disimulo. La simulación es mostrar lo que se desea aparentar, en cambio el disimulo oculta lo que no se quiere mostrar.
Ejemplo actual tratar de llegar socialmente a cualquier precio rodeado de cosas y objetos, …”el personaje tiene en la frente un cartelito que dice, quiero llegar, quiero ser alguien, necesito una identidad social”… es un grito desesperado, pues sabe que no es nada, que vale por lo que tiene, no por lo que es, pues carece de un intelecto, una cultura, una formación, no es fraternal y mucho menos espiritual. Le sacas lo material, los relojes caros, los autos de alta gama, la lancha, el chalet, las tarjetas y esta vacío. Lo das vuelta como una bolsa plastillera y no sale nada. Serían la simulación y el disimulo juntos, esconde su imagen, no le gusta, se avergüenza de su condición social, de su barrio, de su casa, de sus padres, de donde proviene, no acepta su realidad, se resiente.
Esto es grave no se dice, pero se ve, esta en todos lados, acá, allá, en el club, en la empresa, en la política, en la calle.
Mirándolo de otro lado el personaje puede tener una amante, pero la esposa no; sería “la infiel”, la traición, o sea una doble moral. Condena el adulterio a los gritos en la parroquia, pero él si lo hace.
Los franceses campeones en este tema decían “femme comme il faut”, (mujeres como es debido), limpiando y cocinando la guarida del guerrero, mientras el no rinde cuentas…
“Cientos de inmigrantes se mueren en el Mediterráneo y nuestra sociedad inmoral e hipócrita esconde la basura debajo de la alfombra” J.M. Serrat
Las religiones toman posición al respecto los hebreos lo llaman “chanep” (Libro de Job). En la Biblia Jesús condena a los fariseos como hipócritas, los Budistas le dicen “asceta”, en el Islam critican a los “munafiq”.
Vivimos en una sociedad individualista y consumista, el individualismo conduce al egoísmo, al egocentrismo a preocuparse únicamente de la felicidad personal, no se tiene un sentido comunitario y mucho menos solidario. El hombre de hoy tiene pobreza espiritual y para llenar ese vacío interior, se llena de cosas materiales. Así nace la codicia en los hombres.
Para comenzar a cambiar la Sociedad de Hoy debemos empezar por la Familia como núcleo central de la Sociedad, es decir Educar y Formar nuestros hijos en los Valores Morales, ya que ellos son el futuro, únicamente así podremos aproximarnos a una mejor sociedad.
Ref.: Moliere
Por Guillermo Pellegrini (*)
(*) Guillermo Pellegrini es maestro normal y licenciado en Ciencia Política
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