Veinte familias reclaman una vivienda desde hace años
Una veintena de familias plantearon sus necesidades habitacionales por las redes sociales. Decidieron unirse para gestionar entre todos el sueño de la vivienda propia. La semana pasada le plantearon la problemática al intendente Juan José Bahillo quien se comprometió en atender los casos más urgentes.
El grupo de vecinos de Gualeguaychú que se conocieron en las redes sociales con “hashtag” los, “que seguimos esperando nuestra vivienda” que Magalí Gallop creó en Facebook para convocar a otros vecinos de la ciudad, que estuvieran atravesando una acuciante necesidad de obtener una vivienda propia.
Pronto, las adhesiones no tardaron en llegar y desde hace un mes decidieron asociarse entre los vecinos para comenzar a gestionar grupalmente ante las autoridades de una vivienda.
Algunos de ellos como le sucede a Magalí se anotaron en 2002 en el registro de necesidad habitacional de la Dirección de Viviendas de la Municipalidad de Gualeguaychú y en el IAPV y desde entonces recorrió un largo camino para alcanzar un sueño que cada año parece inalcanzable.
Magalí es viuda, madre de tres hijos, trabaja de empleada doméstica y a pesar que desde hace cuatro años volvió a tener una pareja, le es difícil acceder a un terreno.
Juan Carlos Guevara, es empleado de una estación de servicio, y es padre de una nena con hidrocefalia que ha sido sometida a varias intervenciones quirúrgicas. Desde el 2005 está anotado en el registro único de demandantes de vivienda en el IAPV, pero tampoco la suerte lo favoreció.
Hoy vive en la casa de su suegro en una habitación que se construyó en el fondo de la casa, pero aclara “que no es el lugar adecuado para que viva mi hija”.
Ambos participaron del primer sorteo de 200 viviendas del barrio de calle Roffo al Norte, que se hizo en el IAPV, luego de más de veinte años, para atender la demanda habitacional del registro de demandantes, pero no tuvieron suerte.
Al ver la inauguración del barrio de “La Toto”, donde más de 80 familias del asentamiento de Montana y 1° de Mayo lograron tener una vivienda propia, muchas de las veinte familias que hace años están alquilando o viven en condiciones de hacinamiento en casas de familiares.
Nota completa edición papel.
Pronto, las adhesiones no tardaron en llegar y desde hace un mes decidieron asociarse entre los vecinos para comenzar a gestionar grupalmente ante las autoridades de una vivienda.
Algunos de ellos como le sucede a Magalí se anotaron en 2002 en el registro de necesidad habitacional de la Dirección de Viviendas de la Municipalidad de Gualeguaychú y en el IAPV y desde entonces recorrió un largo camino para alcanzar un sueño que cada año parece inalcanzable.
Magalí es viuda, madre de tres hijos, trabaja de empleada doméstica y a pesar que desde hace cuatro años volvió a tener una pareja, le es difícil acceder a un terreno.
Juan Carlos Guevara, es empleado de una estación de servicio, y es padre de una nena con hidrocefalia que ha sido sometida a varias intervenciones quirúrgicas. Desde el 2005 está anotado en el registro único de demandantes de vivienda en el IAPV, pero tampoco la suerte lo favoreció.
Hoy vive en la casa de su suegro en una habitación que se construyó en el fondo de la casa, pero aclara “que no es el lugar adecuado para que viva mi hija”.
Ambos participaron del primer sorteo de 200 viviendas del barrio de calle Roffo al Norte, que se hizo en el IAPV, luego de más de veinte años, para atender la demanda habitacional del registro de demandantes, pero no tuvieron suerte.
Al ver la inauguración del barrio de “La Toto”, donde más de 80 familias del asentamiento de Montana y 1° de Mayo lograron tener una vivienda propia, muchas de las veinte familias que hace años están alquilando o viven en condiciones de hacinamiento en casas de familiares.
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