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Fiscal Juan Ignacio Candioti: “La banda de Daniel ´Tavi´ Celis inundó Paraná de drogas”
El fiscal Juan Ignacio Candioti dio por probada la relación entre el narco Daniel “Tavi” Celis y el ex intendente de Paraná Sergio Fausto Varisco.
El fiscal general del Tribunal Oral Criminal Federal de Paraná, José Ignacio Candioti, estableció como probada la relación del narco Daniel “Tavi” Celis y el ex intendente de Paraná, Sergio Fausto Varisco, por el cual el primero se valió de la estructura Municipal para la distribución de drogas. Incluso fue más allá porque determinó cómo fue el financiamiento para esas actividades ilícitas por parte del poder político de la intendencia bajo la gestión de Varisco y el rol que tuvieron varios de sus colaboradores más cercanos como el ex concejal Pablo Hernández y la funcionaria Griselda Bordeira, entre otros. Gracias a ese financiamiento, la banda de Celis, que se encontraba quebrada económicamente, pudo volver a comercializar grandes cantidades de marihuana y cocaína.
En declaraciones formuladas al programa Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral) y que reprodujo Análisis Digital también sostuvo que esta causa fue una de las más difíciles y extensa que se haya ventilado en la Justicia Federal en los últimos 20 años. “Nunca hubo una causa con 32 imputados. La más grande era la causa (Elbio) Caudana, que finalizó en diciembre del año pasado, y que tuvo veinte imputados y significó un desafío el saber si podíamos estar a la altura de las circunstancias. Pudimos demostrar la responsabilidad de los veinte condenados. Y ahora afrontamos una causa con 32 procesados”, reflejó el fiscal Candioti para dar cuenta de la magnitud de las dos causas, que además tuvo, tiene y seguirá teniendo resonancias políticas importantes por el involucramiento del apellido Varisco como procesado en delitos vinculados con el narcotráfico.
Describió cómo se utilizaba la estructura Municipal tanto en los aspectos operativos para la distribución de la droga y el nombramiento de determinadas personas en áreas sensibles para garantizar la actividad ilícita. Todo con la anuencia política de Varisco, que también recibió financiamiento político de Celis para su campaña electoral de 2015.
También reflejó cómo esta banda comercializaba a gran escala el estupefaciente y cómo luego planificaron la logística para abastecerse vía aérea. Aseveró que la banda incluso nutría de drogas a otros líderes narcos ya condenados como Nicolás “Nico” Castrogiovanni o la de Víctor “Cabeza de Fierro” González, por ejemplo.
Para el fiscal no hay dudas: hay un correlato, un nexo entre las dos causas y por eso se unificaron. Gracias a las escuchas a Celis, la Policía Federal Argentina pudo determinar que aún desde su lugar de detención, seguía organizando la actividad delictiva.
Resaltó que “hubo una multiplicidad de operadores judiciales que siempre hasta ahora vieron lo sucedido de una determinada manera. Así lo hizo el juez Federal Leandro Ríos, quien llamó a indagatoria. Posteriormente, el juez dicta el procesamiento porque entiende que no solo hay sospechas razonables sino probabilidad en cuanto a la comisión del delito. Se recurre ante la Cámara Federal, donde tres jueces confirman el procesamiento. Hubo un fiscal que ahora ya no está, que realizó el requerimiento de la elevación a juicio porque entendió que había méritos para esa instancia. Por eso decimos que existieron una multiplicidad de operadores judiciales, que siempre coincidieron en ver esto en un sentido incriminante”.
En ese marco, el fiscal valoró la investigación que se realizó, el cúmulo de pruebas documentales y los aportes de diversos testigos que le permitieron sostener la acusación, además de demostrar el daño causado a la población. Este último aspecto fue sensible también para valorar el pedido de las penas. “Inundaron a Paraná de estupefacientes”, graficó para luego reflexionar “sobre todas esas personas que consumieron esas sustancias y el daño que se les generó”.
Candioti es desde octubre de 2012 titular de la Fiscalía General ante el Tribunal Oral Criminal Federal de Paraná. Desde esa fecha hasta la actualidad ha llevado aproximadamente cien juicios vinculados solo con el narcotráfico. Y ese dato lo tiene fresco porque en su alegato, aseveró que se estaba ante uno de los juicios más importantes en la historia judicial entrerriana.
A continuación, la entrevista realizada por el programa Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral) y reproducida en el portal Análisis Digital.
-En su historial, ¿esta es la causa más difícil que le tocó impulsar como parte acusadora?
-Diría que se encuentra entre las dos o tres más difíciles. Recuerdo que hace aproximadamente diez años, en Santa Fe, tuve una causa por lesa humanidad. Fue la causa contra el ex juez santafesino Víctor Hermes Brusa y que la presidió el doctor Roberto López Arango; y por una serie de cuestiones que no vienen al caso ahora exponer, fue muy importante. En los primeros días de esas audiencias ocurrieron cosas que hicieron difícil la tarea.
- Y de esta acusación suya, ¿qué fue lo más difícil?
-Existieron varias cuestiones. Por un lado, tenía que demostrarle al Tribunal a través del análisis de la prueba documental y testimonial, que no se trataban de hechos aislados; sino que había una concatenación y una verdadera organización. Y había que hacerlo en un alegato que duró dos días, del cual evitamos que fuese tedioso sin perder el dinamismo y principalmente la objetividad y la rigurosidad de una acusación. Para eso hicimos y hablo en plural porque fuimos tres fiscales los que actuamos junto a los doctores (Leandro) Ardoy y (Carlos) García Escalada. Lo primero que hicimos fue una división de tareas y empezamos con un análisis de la causa conocida como Narcoavioneta: hicimos un relato de los hechos, valorar la prueba documental; posteriormente introducirnos en la causa Lemos (Narcomunicipio) y analizar entre sí los testigos de una manera concatenada. Y, fundamentalmente, tratar de demostrarle al Tribunal dos cuestiones que para nosotros son básicas y que nos daban tranquilidad en cuanto a la tarea; que, si bien era difícil, estábamos sustentados en pruebas importantes. En la primera investigación había una hipótesis que reflejaba que se comercializaba estupefacientes a gran escala; pero además en un momento determinado, esta organización empezó a planear el desembarco de esa gran cantidad de estupefaciente a Entre Ríos vía aérea. Entonces, todo lo que iba diciendo la Policía Federal Argentina a raíz de su análisis y lo que el Juzgado Federal iba interpretando era que iba a venir una avioneta, que se iban a alquilar campos, que se iban a hacer pistas clandestinas.
¿Y qué pasó? ¿Llegó el estupefaciente? Sí llegó. ¿De qué manera llegó? Por vía terrestre o fluvial, no. Llegó por una avioneta y descargó un cargamento de más de 300 kilos. Entonces era decirle al Tribunal que todas las interpretaciones que se iban dando en las escuchas y en los seguimientos, se vio corroborado por el procedimiento del 28 de mayo. Nadie inventó nada, sino que se estaba interpretando lo que se estaba tramando.
-Habló de dos cuestiones que para ustedes eran básicas. ¿Cuál es la segunda?
-Daniel Celis detenido por esa causa, qué dijo la investigación: está detenido, pero aun así sigue haciendo sus “negocios”. Trae cocaína desde Buenos Aires con mulas, se comercializa e intervienen determinadas personas. Entonces, se solicita un allanamiento, se realiza ese procedimiento y qué se encontró: había droga; tres kilos de cocaína de máxima pureza, arriba de la mesa había dinero en efectivo en cantidad suficiente; es decir, estaban haciendo un pleno acto de comercio. Lógicamente, ¿cómo la Policía lo sabía? Porque tenía escuchas (el fiscal se lleva la mano simulando un teléfono) directas. Y en esas conversaciones decían vamos a ir la semana que viene; bueno, te voy a buscar a la terminal; la traes vos, etcétera. También esa hipótesis se vio corroborada con un procedimiento. Por eso en nuestro alegato tratamos de mostrar, mencionando todas esas pruebas, que lo sucedido tenía su correlato con la investigación que se había desarrollado anteriormente.
-Una cosa son los hechos objetivos, la investigación que realizó la Policía Federal, la actuación del juez federal. Pero, todo eso tenía un contexto. Incluso cuánto le habrá costado a usted separar lo que muchos murmuraban en Paraná, en el sentido de que “no debía ser tan así” porque se conocía a Varisco de casi toda la vida.
-A nosotros, como equipo, el desarrollo de la audiencia de debate nos dio la tranquilidad de saber que las pruebas estaban y eran más de una. Hay una declaración de Lemos muy importante y nosotros dijimos en el alegato que ese aporte no era la única prueba. Al igual que en la otra causa que había algo mucho más que las escuchas, porque hubo un procedimiento que permitió el secuestro de más de 300 kilos de marihuana en una avioneta. Y en la causa vinculada al Municipio, decíamos que había mucho más que la declaración de Luciana Lemos: Había pruebas importantes, había anotaciones en cuadernos que tenían determinada información. Pero, además había entregas de dinero en el Municipio que a nuestro criterio no se podían justificar. Por otro lado, no es que ahora la Fiscalía elaboró esta teoría. Hubo una multiplicidad de operadores judiciales que siempre, hasta ahora, vieron lo sucedido de una determinada manera. Así lo hizo el juez Federal Leandro Ríos, quien llamó a indagatoria. Posteriormente, el juez dicta el procesamiento porque entiende que no solo hay sospechas razonables sino probabilidad en cuanto a la comisión del delito. Se recurre ante la Cámara Federal, donde tres jueces confirman el procesamiento. Hubo un fiscal que ahora ya no está, que realizó el requerimiento de la elevación a juicio porque entendió que había méritos para esa instancia. Por eso decimos que existieron una multiplicidad de operadores judiciales, que siempre coincidieron en ver esto en un sentido incriminante. Y todo eso también nos dejaba tranquilos, porque todos los operadores judiciales consideraban que había elementos. Y finalmente, lo que nos dejó mucho más tranquilos fue en el correr de las audiencias, la declaración de los testigos. Por ejemplo, el testigo Frías fue terminante. Y lo dijimos en el alegato: cuando la doctora (Lilia) Carnero le pregunta si a su criterio (Frías era el investigador) esa plata que recibía Luciana Lemos de parte de (Griselda) Bordeira y de (Pablo) Hernández para qué era. Y la respuesta de Frías fue clarita: era para adquirir estupefacientes. Y la doctora Carnero le pidió razones de esos dichos, que justifique por qué dice eso. Y Frías declaró que notaron que la organización estaba quebrada y cuando empezaron a recibir esa plata empezaron a traer la droga desde Buenos Aires. Contundente. Y como esa, existieron varias declaraciones. Por eso decimos que teníamos pruebas documentales, pruebas testimoniales, informes de la Policía realizados por peritos que habían intervenido en el caso Skanska, en la causa IBM Banco Nación, es decir, con una trayectoria intachable y dieron cuenta que ni conocían a los funcionarios municipales. Contaron que le pidieron una pericia y detectaron innumerables irregularidades y las dieron a conocer. Todo ese cúmulo de pruebas nos iba dando la tranquilidad para realizar una acusación seria y sustentada, caso contrario, no lo hubiéramos hecho. De hecho, hubo personas a la que no acusamos y le pedimos la absolución porque consideramos que, desde las pruebas y los elementos reunidos en el juicio, no se había acreditado con un grado verosímil que habían sido los presuntos autores del delito. Y uno de ellos estaba preso y salió en libertad. Del mismo modo con el padre de Daniel y Miguel Celis; el abogado defensor planteó que tenía problemas de salud; nosotros vimos que esos problemas estaban acreditados e incluso no podía hablar normalmente. ¿Y qué hicimos? Lo consentimos y dijimos que, si no estaba presente en juicio, que se suspenda provisoriamente y la causa se hará en el momento en que él pueda asistir.
-El miércoles pasado, en esa misma silla estuvo el actual intendente de Paraná, Adán Bahl. Y le preguntamos qué iba a hacer con aquellos empleados municipales que, a través del acuerdo Varisco-Celis, ingresaron a la comuna en diferentes reparticiones, incluso la mayoría de ellos sin ir a trabajar. Bahl sostuvo que está trabajando con la Policía para poder determinar bien quién es quién, porque la situación es muy grave. Y usted remarcó que toda una estructura ingresó al Municipio.
-Eso me hace acordar varias cosas. Una testigo que es empleada municipal y que fue muy gráfica, contó por qué se había presentado a la Justicia a declarar. Dijo que le daba mucha bronca que se dijera que los funcionarios no lo conocían a Daniel Celis, cuando estaba probado que lo conocían. Además, dijo que cuando entró la gente del “Tavi” (por Daniel Celis) al Municipio se empezó a comercializar las sustancias estupefacientes y veíamos el daño que eso generó. Ese testimonio fue muy conmovedor, porque habló justamente del daño causado. Pero, en relación con eso y con la prueba, la propia funcionaria Municipal Griselda Bordeira es la que le manda un audio al concejal Pablo Hernández y le dice que él y Sergio (por Varisco) metieron la droga en el Partido. No lo dice Luciana Lemos, no lo dice la Policía Federal, no lo inventa el juez Federal Leandro Ríos; sino que lo dice la propia Bordeira. Otro audio de una militante radical de toda la vida que manifiesta su bronca porque la llevaban a repartir “merca”. Al momento de merituar la pena dijimos el daño que se ha causado no solo con la causa Lemos (Narcomunicipio) sino con la otra causa de la avioneta (Narcoavioneta), porque no sólo fueron esos 300 kilos de estupefacientes. Lo que nosotros creemos que se ha acreditado, es que esta organización de Celis era proveedora a su vez de otras organizaciones más pequeñas y que hemos juzgado en el Tribunal. Por ejemplo, la causa (Nicolás “Nico”) Castrogiovanni, la de (Víctor) “Cabeza de Fierro” González, y le proveían de estupefacientes. Por eso en esta causa hay innumerables escuchas donde “Tavi” Celis habla con Cristián Silva o con su pareja Fernanda Orundes Ayala o con Miguel Leguizamón y ordena que vayan a lo de “Cabeza de Fierro” a cobrarle y efectivamente van y cobran el dinero. Entonces sostenemos que ese abastecimiento a estas organizaciones más pequeñas generó que hayan inundado a Paraná de estupefacientes. Y concluimos reflexionando sobre todas esas personas que consumieron esas sustancias el daño que se les generó y que también debe ser cuantificado para una pena y a nuestro entender que debe estar acorde a la gravedad de los hechos cometidos.