Incendiaron una camioneta en forma intencional en Urquiza al Oeste
En la noche del miércoles se produjo un atentado directo con un elemento incendiario, que provocó importantes daños en un vehículo estacionado frente a la Cooperativa Textil, a la altura de la Parada 5 de Urquiza al Oeste.
El ataque ocurrió pasadas las 21, cuando Héctor Morales, dueño de una camioneta Chevrolet C10 Custom, estaba trabajando en sus habituales tareas dentro de la Cooperativa.
En esa instancia fue que un compañero, que se retiraba del lugar una vez concluida su jornada de trabajo, regresó alarmado para avisarle que se estaba incendiado su vehículo.
De inmediato se dispusieron las medidas como para evitar que el fuego se propagara e hiciera presa de toda la camioneta, utilizando matafuegos y otros elementos adecuados.
No obstante, cables, partes de plásticos y otras importantes partes de la C10 fueron afectados por las llamas que, de no haberse logrado advertir a tiempo el fuego por la casual salida del compañero de trabajo de Morales, muy otra hubiera sido la situación ya que, en la camioneta, había colocados dos tubos de gas de 70 kilos cada uno. No hay que decir que si el fuego hubiera hecho estallar los artefactos, los daños causados hubieran sido enormes, con el riesgo consiguiente para las personas que estaban trabajando dentro de la planta.
Que se trató de un acto criminal no caben dudas, puesto que a metros de la camioneta Chevrolet incendiada se encontró una botella con restos de un líquido inflamable (especie de ‘molotov’), que se habría arrojado contra el rodado.
El caso quedó en manos de la Policía, que trabaja en la investigación pertinente. Cabe agregar que, sospechosamente, un compañero del damnificado que se retiró un poco antes de que se produjera el atentado, manifestó haber visto dos motocicletas que se acercaban desde el lado del aeródromo justo cuando él tomaba el camino hacia la ciudad en su bicicleta. Al parecer esos motociclistas nunca lo pasaron en el camino, algo muy raro, por lo que sobre ellos ha caído algún manto de sospecha.
En esa instancia fue que un compañero, que se retiraba del lugar una vez concluida su jornada de trabajo, regresó alarmado para avisarle que se estaba incendiado su vehículo.
De inmediato se dispusieron las medidas como para evitar que el fuego se propagara e hiciera presa de toda la camioneta, utilizando matafuegos y otros elementos adecuados.
No obstante, cables, partes de plásticos y otras importantes partes de la C10 fueron afectados por las llamas que, de no haberse logrado advertir a tiempo el fuego por la casual salida del compañero de trabajo de Morales, muy otra hubiera sido la situación ya que, en la camioneta, había colocados dos tubos de gas de 70 kilos cada uno. No hay que decir que si el fuego hubiera hecho estallar los artefactos, los daños causados hubieran sido enormes, con el riesgo consiguiente para las personas que estaban trabajando dentro de la planta.
Que se trató de un acto criminal no caben dudas, puesto que a metros de la camioneta Chevrolet incendiada se encontró una botella con restos de un líquido inflamable (especie de ‘molotov’), que se habría arrojado contra el rodado.
El caso quedó en manos de la Policía, que trabaja en la investigación pertinente. Cabe agregar que, sospechosamente, un compañero del damnificado que se retiró un poco antes de que se produjera el atentado, manifestó haber visto dos motocicletas que se acercaban desde el lado del aeródromo justo cuando él tomaba el camino hacia la ciudad en su bicicleta. Al parecer esos motociclistas nunca lo pasaron en el camino, algo muy raro, por lo que sobre ellos ha caído algún manto de sospecha.
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