Entre Gualeguaychú y Larroque
La ruta provincial 16 está en condiciones deplorables
No tenemos temor en caer en ninguna clase de exageración cuando afirmamos que la ruta provincial 16, entre nuestra ciudad y Larroque, es un verdadero peligro para la integridad física de las personas, por el estado calamitoso en que se encuentra.
Solamente por un verdadero milagro, aseguramos, no se han producido desgracias mayores en cuanto a pérdidas de vidas humanas, aunque ya han habido incontables accidentes donde algunas secuelas físicas han quedado en algunas personas que han protagonizado episodios en donde, sí, las pérdidas son cuentiosas por el estado en que quedaron los ehículos siniestrados.
De todo esto son testigos y elocuentes informantes especialmente las personas que ha diario -o al menos con cierta frecuencia- transitan por la mencionada ruta 16.
Las quejas que llegan a nuestra Redacción no son de ahora, porque al menos de dos años a esta parte las mismas se reiteran, aunque cada vez con mayor preocupación y enojo.
Es que si entes el tramo que era motivo de comentarios inquietantes se circunscribía al que va de Gualeguaychú a Larroque, ahora se le suma el comprendido entre esta última ciudad y Gualeguay.
Casi nadie deja de reconocer que (al menos de un tiempo a esta parte) Vialidad Provincial realiza trabajos que tratan de ser de mantenimiento. Pero tampoco ninguno duda en afirmar que tales aregglos son nada más que un paliativo ante la situación desastrosa, que requiere soluciones de fondo y urgentes, antes que haya que lamentar penosos incidentes.
Baches que se tapan y vuelven a abrirse en pocos días, falta de señales de todo tipo, hundimiento de la calzada en muchísimos tramos, son algunos de los problemas visibles que espantan a los viajeros.
Muchos indican que la rotura del piso se debe al paso de pesados camiones, tránsito que no sucedía antes de que se habilitara el puente Victoria-Rosario.
Y la existencia de esta conexión sobre el río Paraná también ha significado la enorme diferencia que hoy existe en cuanto al uso de la ruta 16 por parte de automovilistas provenientes de la provincia santafesina, que hoy la han descubierto como paso casi obligado hacia esta zona de Entre Ríos, o a países limítrofes.
Claro está que la prefieren por muchas razones. Una de ellas (y de suyo importante) es porque Gualeguaychú y su Carnaval, las termas, o lo que sea, significan la apertuura y el acceso a otros paisajes que los santafesinos y cordobeses del sur, o los pampeanos del norte, no tenía incorporados a sus posibilidades, ni a su interés.
Pero para venir o irse, necesitan cruzar por la desastrosa ruta 16.
Donde encuentran puentes sin barandas, con su ¿cinta asfáltica? sin líneas de ninguna naturaleza (ni amarillas, ni dobles, ni curvas, nada), con banquinas inexistentes.
Y a ello le agregan el desconocimiento total de la ruta, que pretenden circular a altísimas velocidades.
Por todo eso (a lo que se podría agregar muchísimo más) el que no haya ocurrido aún una tragedia de magnitud, es un milagro. Con todas las letras.
Los "despistes" habidos han sido con suerte total y abosluta, porque cualquiera de ellos podría haberse convertido en cualquier cosa. Lamentable siempre.
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