Tras el robo en la Villa Malvina, uno de los autores quedó detenido pero por violencia de género

Entre el 13 y el 15 de julio, al menos dos delincuentes aprovecharon el receso de vacaciones de invierno e ingresaron en tres ocasiones durante ese fin de semana a la escuela Villa Malvina. Entraron por las ventanas de las aulas de planta baja, aprovechando que las celosías no cerraban correctamente. Una vez dentro, y con tiempo suficiente para recorrer distintas dependencias, se llevaron siete televisores 43” que estaban en las aulas y uno de 32” del buffet. De este lugar también cargaron una cafetera y una máquina de cortar fiambres.

Cuando la Policía, más precisamente el personal de Criminalística llegó al establecimiento escolar, confirmó que el sistema d alarma y detección de movimiento no se activó, pero pudieron obtener pruebas gracias al sistema de cámaras de seguridad que permitieron establecer que al menos dos personas fueron las que entraron al edificio con el rostro cubierto.

No entraron con vehículo al predio, por lo cual se sospechó que tenían apoyo logístico fuera del lugar para poder cargar esa cantidad de objetos. Pero esas imágenes obtenidas, aportadas por los directivos, permitieron a la Policía identificar a uno de los delincuentes que ingresó.

Cuando este hombre, que no tiene una dirección fija, tomó conocimiento que era buscado en distintas casas de familiares, se presentó voluntariamente en la Policía y allí el fiscal Lucas Pascual solicitó un allanamiento que no tuvo los resultados esperados. No pudieron encontrar nada de lo sustraído y por ello – si bien está identificado y ligado a la causa por las pruebas fílmicas – quedó en libertad.

Posteriormente a eso, y según pudo saber EL ARGENTINO, el personal de Investigaciones pudo recuperar la máquina de cortar fiambres que ya se encontraba dentro del mercado negro de compra y venta. El autor del hecho la habría vendido a una persona y ese la había vuelto a vender a un tercero que la entregó voluntariamente cuando la Policía logró ubicar el objeto. 

Lo demás, hasta el momento no se ha podido recuperar. Desde que se cometió el primer robo en la madrugada del sábado 13 de julio hasta que se realiza la denuncia 48 horas después, pasó un tiempo que en este tipo de casos permitió a los delincuentes deshacerse rápidamente de lo sustraído.

El único aprehendido recuperó la libertad tras el allanamiento, pero luego volvió a ser detenido en el marco de una denuncia por violencia de género ocurrida en la zona norte de Gualeguaychú y gracias a este nuevo hecho que lo tiene como protagonista fue que se pudo requerir una medida preventiva. El Juez de Garantías dictó un arresto domiciliario por 10 días que cumple en la casa de su madre en calle San Carlos.