BUSCAN AL CONDUCTOR Y HAY UN OPERATIVO CERROJO PARA LOCALIZARLO
“Se me apagaron las luces dos segundos”, contó el agente de tránsito atropellado
Matías Pallarini, el agente municipal que en la madrugada del domingo fue embestido por un conductor que escapó de un control de alcoholemia, relató a EL ARGENTINO los minutos eternos que pasó agarrado con sus manos del limpiaparabrisas y todas las maniobras evasivas que intentó el joven uruguayo para perderlo.
El protagonista de la historia más importante de todo el fin de semana en Gualeguaychú es un hombre de 41 años, padre de un niño de 9 años y de una beba de 3 meses, que desde hace 8 años trabaja como agente de la oficina de Tránsito de la Municipalidad de Gualeguaychú. En la mañana del domingo, mientras se desarrollaba un control de alcoholemia dispuesto en Doello Jurado y Ayacucho, el conductor de un Peugeot 308, que manejaba un joven de 23 años, domiciliado en Fray Bentos, atropelló a Pallarini y lo llevó en el capot por varias cuadras hasta que el agente no resistió más y terminó cayendo del rodado que iba a toda velocidad.
El agente contó a EL ARGENTINO que tras la confirmación del test de alcoholemia, “se lo invitó a bajar del vehículo, pero luego y con la excusa de que no tenía baterías en el teléfono se metió de nuevo al auto. Decía que tenía que llamar a su madre en Uruguay, y después encendió el auto, también con la excusa de que la batería no le cargaba si el auto no estaba encendido”, relató Pallarini.
El municipal explicó que conocen todas las excusas que ponen los automovilistas que se resisten al secuestro de sus vehículos y por eso se le insistía continuamente que apagara el auto, pero el joven conductor -que se encuentra prófugo y con orden de detención - aprovechó un momento en que otros agentes atendieron a otro automovilista para acelerar y escapar.
“Estuvo con el auto encendido entre 5 y 10 minutos, y cuando vio que había otro operativo con otro auto y que mis compañeros fueron a ese procedimiento, él acelero. El auto ya estaba fajado”, indicó Pallarini. “La única puerta que faltaba fajar era la del conductor porque decía que quería avisar a su madre”, agregó.
Pallarini explicó que para evitar ser atropellado, “y no me pase por arriba, me agarré de donde pude, fue algo instintivo, fue lo único que atiné a hacer”. A partir de ahí lo llevó montado en el capot del auto y a toda velocidad por varias cuadras. “Hacia zigzag para revolearme y me llevó hasta Alberdi y Goldaracena. Aceleraba y frenaba de golpe para que me cayera. Yo le gritaba que parara que no se iba a ir lejos, que la ciudad era chica, que parara y yo me bajaba, pero doblaba como venía y a contramano. En una o dos oportunidades frenó y cuando me estaba por bajar aceleraba de golpe. Estaba enceguecido”, contó.
Pallarini terminó cayendo al piso. “Iba por Goldaracena y dobló en Alberdi a contramano y yo me caigo. Se me apagaron las luces dos segundos”. El hombre sufrió un golpe en la cabeza producto del impacto contra el asfalto. “Tengo un chichón en la cabeza, arriba de la sien, golpes en la cadera, en el hombro izquierdo y en las dos manos”, describió a EL ARGENTINO sobre el resultado que le dejó la experiencia. Afortunadamente, y luego de los exámenes que le realizaron, no tuvo heridas de gravedad, pero se encuentra con reposo en su casa, con inyectables y pastillas.
Este caso quedó grabado en varias cámaras de seguridad de diferentes viviendas, donde se pudo ver el resultado del procedimiento, pero según explicó Pallarini, este tipo de hechos son más comunes de los que se conocen. “Tengo una compañera con un hombro operado hace una semana porque un auto le pegó con el parabrisas cuando escapaba. Otros que salen marcha atrás con riesgo a terceros. En Gualeguaychú está heavy con el tema del tránsito”, consideró.
Por estas horas se busca intensamente al conductor, que logró escapar del procedimiento, y la Policía ha dispuesto un operativo cerrojo para evitar que logre salir de la ciudad. Se ha alertado a los puestos de control caminero y a Gendarmería Nacional para evitar que cruce a la República Oriental del Uruguay. Se cree que aún permanece escondido en Gualeguaychú.