Se sumará un querellante en la causa por abuso sexual contra el cura Escobar Gaviria

Fue el primer caso, el de R, un nene de 11 años que fue monaguillo en la parroquia y a quien el cura abusó. Este caso quedó caratulado como “Promoción de la corrupción agravada”. Después, se presentó una segunda víctima, identificada como A. Se trata de un joven mayor de edad: este caso también se caratuló como “Promoción de la corrupción”. Luego, se presentó “S”, que sólo denunció “tocamientos” por parte del sacerdote, y entonces se lo tipificó como “abuso sexual agravado”. Y finalmente G, también se caratuló como “Promoción de la corrupción agravada” por la figura de sacerdote de Escobar Gaviria.
El cura fue apartado de sus funciones de párroco, obligado a abandonar Lucas González y recluido, se presume, en la casa general de la Cruzada del Espíritu Santo, en calle Comandante Espora al 500 de Paraná. Todo eso, por disposición de la Justicia y también del arzobispo de Paraná Juan Alberto Puiggari.
Pero el abogado Mariano Navarro presume que no todo es tan así: que la libertad de movimiento de la que goza el sacerdote podría ubicarlo muy próximo a Lucas González, y que el contacto con los menores, eventuales víctimas, continúa. Por eso el querellante quiere pedir medidas más estrictas, y avanzar sobre la posibilidad de que existan más víctimas de los abusos de Escobar Gaviria.
Uno de los denunciantes de Escobar Gaviria tuvo que abandonar Lucas González ante el escarnio. El pueblo, convertido en la caldera del diablo, le resultó arisco y tuvo que emigrar. Volvió en los últimos días y asistió a los carnavales locales, pero allí no la pasó bien: recibió la agresión de parte de leales al cura. Antes había soportado la mirada desviada de la jefa del cuerpo de Bomberos Voluntarios adonde trabajaba. “Si vos lo denunciás al cura, te vas a tener que ir de los Bomberos”, le dijo, indolente, la mujer, según publicó el sitio Entre Ríos Ahora.
Entonces se fue. No sólo de Bomberos. También se fue de Lucas González. Ahora, su caso está en manos de un abogado querellante. Y la causa por los abusos cobra otro impulso. Un impulso que dejará a Escobar Gaviria al borde del juicio oral.