LA SENTENCIA NO ESTÁ FIRME Y PODRÍA RECURRIRLA A CASACIÓN
Un policía fue condenado a prisión efectiva por amenazar con un arma a su pareja
Kevin Tijera Cano, un Cabo policial de 30 años que cumplía funciones en la Comisaría Quinta de Pueblo General Belgrano, deberá pasar tres años y medio de cárcel por distintos hechos de amenazas simples y agravadas por haber utilizado su arma reglamentaria contra su pareja.
En un juicio que se realizó en los Tribunales de Gualeguaychú, luego de una denuncia que formalizó una mujer el 1 de marzo pasado, culminó con una pena de prisión efectiva para el Cabo de la Policía, Kevin Guillermo Tijera Cano. Si bien la condena no está firme y tiene la posibilidad de presentar un recurso ante la Cámara de Casación Penal de Concordia para que sea revisada en esa segunda instancia, el vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú, Mauricio Derudi, le impuso una pena de tres años y seis meses de cárcel.
Fue acusado por la fiscal Carolina Costa de diferentes tipos de amenazas, coactivas y agravadas por el uso de arma, que sucedieron en la madrugada de ese 1 de marzo de 2024. Todo sucedió en un domicilio de calle Eva Perón al 400, donde Tijera Cano convivía desde hacía tres meses con su pareja.
Esa madrugada comenzó una fuerte discusión entre ambos, donde el condenado arrojó al piso a la mujer, golpeándola contra un ropero, pero sin ocasionarle lesiones. Ella lo echó d la casa, “cansada de que pase siempre lo mismo”, aseguró en la denuncia a la que tuvo acceso EL ARGENTINO. Fue allí donde todo se tornó mucho más grave.
El Cabo de la Policía comenzó a recriminarle los motivos por los cuales quería ella terminar con la relación y ante la insistente negativa de la mujer, el hombre tomó su arma reglamentaria y se la colocó en la cabeza. Incluso le exigió que le entregara el teléfono celular, porque estaba convencido que la mujer lo engañaba, pero como ella le dijo que no se lo iba a dar, el hombre empezó a contar: “mostrame el celular a la una, mostrame el celular a las dos”.
Al notar que la posición de la mujer no iba a modificarse, se encerró con el arma en el baño y ejecutó un disparo que asustó a la víctima e hizo pensar que había cumplido lo que le prometía si lo dejaba, pero nada de eso ocurrió. “Exploté un petardo para sacarme la bronca", le dijo.
Esa vaina fue recuperada por la Policía luego que la mujer denunció el hecho y sirvió como prueba en el juicio, como método de coacción con el fin de amedrentar a la víctima, al igual que el dermotest realizado al funcionario policial que evidenció que había disparado el arma reglamentaria.
Todo esto, entre otras pruebas recolectadas en la investigación de la causa, se utilizó para que la fiscal Costa cerrara en poco tiempo la causa, requiriera la elevación a juicio y a cinco meses de haber sido cometido el hecho, se logró una condena de prisión efectiva.