Un testigo que vivía en el albergue de menores, ratificó los abusos de Gustavo Rivas
Uno de los cuatro adolescentes que concurrían a la vivienda del abogado Gustavo Rivas -denunciado por corrupción de menores y facilitación de la prostitución- declaró el martes en Tribunales, ante la fiscal Martina Cedrés.
El joven, que en el 2007 tenía 14 años, confirmó lo indicado el último lunes por un preceptor del albergue oficial “Manuel Alarcón”, que dependía del entonces Consejo Provincial del Menor. Dijo que tanto él como otros tres chicos que también estaban alojados en ese establecimiento, concurrieron a la casa de calle Mitre 7, donde reside Rivas, para practicarle favores sexuales a cambio de dinero.
No obstante, el joven sostuvo que él no tuvo relaciones sexuales con el abogado, pero sí sus otros compañeros. “Yo me quedaba abajo, en el living y no subía a la habitación”, remarcó, mientras sus amigos, que también tenían 15 años, cumplían con las exigencias del letrado en cuestión. Dijo que él se enteró de sus amigos, que a ellos les pasaba primero una película pornográfica y luego los manoseaba, les practicaba sexo oral y se hacía penetrar cuantas veces fuera necesario. También sostuvo que un joven de unos 21 años, que trabajaba en el albergue, era quien oficiaba de nexo entre ellos y Rivas, aunque habría fallecido. “Si precisan dinero, tienen que ir a lo de Gustavito. Yo les organizo”, les manifestaba siempre y tras ello acordaba los encuentros en la casa de Mitre 7, a escasos metros de la Jefatura Departamental de Policía y a 200 metros del Palacio de Tribunales, consignó Análisis.
De esta manera se ratificó lo denunciado en el mediodía del lunes por un entonces operador del albergue de menores que funcionaba en la esquina de calles Bolívar y San Lorenzo, en la Costanera. Este último declaró en detalle cómo Rivas le pagaba diez pesos cada uno, a cuatro pibes de entre 15 y 16 años, a cambio de sexo. “Ese dinero lo utilizaban para luego comprar algo de droga y tras ello retornaban al albergue”, indicó el ex operador de los jóvenes, que declaró bajo “identidad reservada”, ante la Fiscalía de Gualeguaychú.
Según su relato, Rivas los hacía ir todos los viernes, en horario vespertino, “bañados y perfumados”. Incluso, les pedía entrar de a uno a su domicilio de calle Mitre 7 y el resto de los pibes tenían que esperarlo en la plaza San Martín. Cada uno de ellos sometía sexualmente al conocido abogado y cuando terminaba con tal tarea, debía ir hasta la plaza y avisarle al siguiente, para que también cumpliera con los requerimientos sexuales del letrado. Los pibes tenían entre 15 y 16 años y sabían que debían estar antes de las once de la noche en el albergue. Siempre estaban no más de dos horas en cercanías de la casa de Rivas, para cumplir con esos requerimientos atroces.
Colegio de Abogados. El presidente del Colegio de Abogados de Gualeguaychú, Ignacio Pérez Núñez, confío a EL ARGENTINO que “si Gustavo Rivas es condenado por la Justicia, se le retirará la matrícula como abogado”, tal como establecen los estatutos de esa institución. “Como Colegio no tenemos vocación para actuar corporativamente en casos como éste y cada uno es responsable de sus actos y debe rendir cuenta en la Justicia”, dijo Pérez Núñez, quien agregó que espera que la Justicia actúe con rigurosidad y hasta sus últimas consecuencias.
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