Esperan un pico de crecida en veinte días
Alerta desde el sector público a evacuar el ganado de las islas
Entre 800 mil y un millón de cabezas de ganado están en zona de riesgo de inundación, pertenecientes a las zonas bajas de la provincia, especialmente islas y campos de departamentos del sur entrerriano.
Las lluvias intensas sobre la alta cuenca en Brasil acentúa, día a día, el pico de caudal en el tramo argentino del río Paraná.
Intendentes, técnicos y funcionarios de Hidráulica, Vialidad, del Instituto Nacional del Agua, representantes legislativos, entre otros sectores, participaron de un encuentro convocado por la Secretaría de la Producción de Entre Ríos, donde se dio la voz de alerta para evacuar a los animales.
La intención fue poner sobre la mesa la real situación, que se calificó como de “emergencia”, y buscar alternativas para evitar la catástrofe que motivó la inundación de 2007, cuando murieron millares de cabeza de ganado en Entre Ríos.
Los registros más dramáticos hablan de la muerte de 300 mil cabezas en aquella oportunidad.
Según el panorama que trazó la directora del Instituto Nacional del Agua, Dora Goniadzki, ahora podemos estar frente a una situación más grave aun que la que se vivió hace dos años en esta provincia, porque a las lluvias en el Brasil se le suma que los embalses brasileños están llenos.
Como primera medida, se acordó emitir un comunicado claro hacia los productores asentados en zonas de vulnerabilidad para que comiencen a retirar su hacienda. “Hay que movilizar el ganado antes de que sea tarde y evitar tener que malvenderlo”, advirtieron.
También se acordó plantear ante la Nación estrategias de exportación a fin de acelerar la salida de los animales de los campos. De igual manera se comenzó a organizar alternativas para la instalación de puertos fluviales y corrales de emergencia, al tiempo que se estudiarán medidas de protección de los vientres de las vacas madres.
“Lo imprescindible es que aquellos productores pequeños que puedan hacerlo, ya comiencen a movilizar los animales”, resumió el intendente de Victoria, César Garcilazo. También estuvieron representados los municipios de Ibicuy, Ceibas, Villa Paranacito, entre otros.
Se concluyó que la tarea de evacuación no será sencilla, pero se barajaron decenas de alternativas que siguen en estudio en tiempo de descuento. Para dar una dimensión de la tarea, el director de Ganadería estimó que se necesitará un movimiento equivalente a 6,7 millones de camiones para evacuar toda la hacienda.
Cuando las aguas embravecidas salen de su cauce por la creciente, no hay promesas de obras públicas que la puedan detener.
La creciente –ya se sabe por experiencia generacional- se llevan lo mucho o poco que se tiene. El río no perdona y tampoco espera. Se lleva animales, huertas, bienes muebles y también fotografías familiares irrecuperables… en fin… se lleva todo. Queda la pena, la tristeza que embarga el alma y la gente tomando mate con la mirada en el piso dirigiendo la la bronca. Y en medio de la inundación, la necesidad vital de volver a comenzar, a pesar de todo y de todos. Y en ese contexto, volverán las nuevas promesas de colchones y chapas, pero nada de lo nuevo será comparable con lo que se ha perdido. Volver a empezar. La frase debe ser leída con todo el peso de la historia que se repite. Ya se dijo: El río no perdona y tampoco espera.
El Gobierno provincial viene trabajando en tareas preventivas desde agosto ante el anuncio de la posible llegada de crecidas que pueden vivirse en la zona sur de Entre Ríos.
Desde la Dirección de Ganadería –que depende de la Secretaría de la Producción- se han reunido en varias instancias con los intendentes de Villa Paranacito, Ceibas e Ibicuy, dado que se teme que las lluvias en Brasil puedan acelerar las acciones.
“Sabemos que contra el agua no podemos luchar. Pero sí debemos buscar la mejor manera de convivir con ella cuando viene”, dijo en uno de esos encuentros realizados en agosto la intendenta de Villa Paranacito, Carmen Toller.
En aquellos encuentros también participaron autoridades de los regimientos, las direcciones de Vialidad e Hidráulica, Defensa Civil y autoridades del Consejo General de Educación y el Ministerio de Salud y Acción Social, entre otros.
Eso no es todo, desde el Instituto Nacional del Agua, su directora Dora Goniadzki, advirtió que se puede producir una situación aún más grave que la pronostica en un primer momento y más intensa de la que se vivió en el 2007.
“En esta ocasión el problema es que se están registrando las mismas lluvias que en la primavera de 2006, pero la diferencia desfavorable es que ahora los embalses brasileños están llenos, a diferencia de lo que ocurrió en 2007”, dijo la funcionaria nacional. “Si en enero próximo llega a llover igual que en el mismo mes de hace dos años, la inundación será peor que la de 2007”, pronosticó.
Por su parte, abonando esta teoría, el intendente de Ibicuy, Horacio Durrell, dijo que a mediados de noviembre habrá un nivel de 4,70 metros en Rosario y que en los posteriores quince días esa masa de agua se estará sintiendo en su localidad.
# El río no perdona
Un comunicado de prensa del ex intendente de Villa Paranacito, Luis Fernando Kirpach, manifiesta la misma perspectiva pero contextualiza con igual preocupación la demora de obras que hubieran podido resistir mejor la creciente de los ríos.
Kirpach critica que “desde hace 18 años gobiernan los Melchiori en Villa Paranacito” y no han hecho las cosas como corresponde.
“Pasaron los gobiernos del partido justicialista, con Carlos Menem, Néstor Kirchner y ahora Cristina y en la provincia Mario Moine, Jorge Busti en dos mandatos y ahora Sergio Urribarri, pasaron los senadores justicialistas Abelardo Pacayut y Eduardo Melchiori. Es decir, pasaron 18 años y siguen hablando de los dragados y las obras que nunca hacen”, criticó el ex intendente.
Kirpach agregó que lo preocupante además de la creciente son las gestiones de gobierno que nunca hacen las obras que deben hacer.
Con respecto al camino de acceso que ahora están construyendo, el dirigente radical recordó que “en los primeros cuatro años –gestión Sergio Montiel-Kirpach en el período 1983 a 1987- se licitó y se adjudicó a la empresa Dos Arroyos el acceso de 20 kilómetros para que haga el asfaltado completo”. Y continúo: “Llegó Busti y anuló el contrato que luego se le pagó a la empresa, y nos quedamos sin acceso asfaltado”.
En ese marco, insistió: “Hace 18 años que están en el gobierno y sólo han realizado diez kilómetros, que tienen 6 ó 7 centímetros de espesor de asfalto y a sólo meses ya estuvieron tapando los baches que se produjeron como ocurrió en el kilómetro 7,5 a la altura de la Estancia La Madre”.
Lejos de las polémicas de los políticos, los productores e isleños saben que el río no perdona y no espera. Y cuando el agua arrase lo mucho o poco que ellos tienen, se llevará en realidad todo lo que poseen; mientras los políticos seguirán debatiendo quién es el mejor.
Los productores e isleños volverán a sus hogares cuando las aguas así lo permitan; porque las aguas desenfrenadas jamás arrasarán con la esperanza y la identidad de esta gente. Volverán a leer y a escuchar las mismas polémicas, en los mismos actores políticos, hasta la creciente que viene.
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