Docentes vuelven a denunciar errores en las liquidaciones

 
Gervasoni consideró que los docentes no deberían presentarse en las escuelas “hasta que el gobierno no abone hasta el último peso que adeuda”.
En diálogo con AIM, la sindicalista advirtió que volvió a repetirse la misma situación de meses anteriores, y denunció que “muchos docentes vienen cobrando mal desde el cambio de sistema. Me pregunto… ¿dónde va la plata que no recibieron estos meses? ¿quién se queda con el dinero? ¿quién se equivoca en la liquidación? No deberíamos presentarnos en las escuelas hasta que el gobierno abone hasta el último peso que adeuda”, arengó.
Para la militante social, sólo la lucha en la calle resolverá este problema, que se suscita desde hace meses: “Deberíamos estar dentro del Consejo General de Educación o de las departamentales de Escuelas, hasta que el gobierno dé respuestas a ese trabajador que perdió dinero de su sueldo por los ‘errores’ de los funcionarios”.
Gervasoni ironizó: “Mientras tanto, como somos hijos de la burocracia hemos implementado más burocracia. Quiero ver qué contesta el gobierno respecto a lo que cobró mal tal o cual docente, como dando legalidad a ese acto”.
La dirigente consideró que el gobierno “no solo pretende que aceptemos aumentos irrisorios, sino que también se queda con la plata del salario del trabajador. ¿Será que la necesitan para los controles payasescos que pretenden implementar?”, refiriéndose a la implementación del control facial del docente, que el gobierno quiere aplicar para llevar un registro on line de la hora de ingreso y de egreso de la escuela. El procedimiento permitiría más de un registro por día, atendiendo a la dinámica de las escuelas secundarias donde el profesor tiene módulos distribuidos a lo largo de toda la jornada escolar.
“Ya es lo último que podíamos esperar. El presidente del CGE, José Luis Panozzo, está leyendo mucho 1984, la novela de George Orwell que propone la manipulación de la información y practica la vigilancia masiva y la represión política y social. Ridículo, pero real”, se ofuscó Gervasoni.