Por las lluvias y endicamientos ilegales hay cerca de 150 mil hectáreas anegadas en Ceibas y Paranacito
La ausencia del Estado en ejercer controles sobre endicamientos ilegales, efectuar dragados y limpieza de los arroyos pluviales, provoca desde hace años que las grandes superficies de campo queden bajo agua por tiempo prolongado tras inundaciones. Productores advierten que este inconveniente los está llevando al quebranto.
Pasaron ya nueve años desde que se intentó armar un consorcio entre los productores de la cuenca del Ñancay, y el aporte monetario del Estado, con el fin de limpiar el arroyo y mejorar el escurrimiento del agua hacia el Río Uruguay, pero ese trabajo mancomunado no logró concretarse, y hoy unas 150 mil hectáreas están anegadas e improductivas entre los municipios de Paranacito y Ceibas.
La situación se agravó más este invierno con el exceso de precipitaciones y las alcantarillas tapadas en los arroyos que ralentiza el escurrimiento del agua de los campos. Cada vez que hay repuntes del Río Paraná y Uruguay, acompañado de fuertes precipitaciones, las escenas comienzan a ser desgarradoras para las familias y productores de la zona, chicos sin clases por estar las escuelas inundadas, rodeos de animales que son evacuados a campos altos o trasladados a feedlot para evitar que mueran ahogados, considerables pérdida de peso y mortandad por mal nutrición animal y caminos deteriorados.
Esto es lo que le sucede a las familias de residencia permanente y los propietarios de los campos que están ubicados en las riberas de los arroyos Ñancay, arroyo Hondo y el Salado hasta la ruta 14 y acceso a Villa Paranacito, se encuentran hoy ante la asfixiante situación de tener sus propiedades totalmente cubiertas de agua tanto de lluvias como de crecientes de los ríos Uruguay y Paraná.
Esta situación se prolongará por muchos meses a raíz de la imposibilidad de escurrimiento por sus causes naturales, debido a que estos se encuentran totalmente cubiertos por terraplenes que forma la propia vegetación con árboles en sus lechos que jamás fueron limpiados para poder llevar a cabo su función. A todo esto, se le debe agregar la acción de los propietarios y empresas que con la construcción de endicamientos, terraplenes, compuertas realizadas en sus predios sin la más mínima consulta ni autorización para su construcción ni tampoco teniendo en cuenta el daño que le ocasiona al vecino que tiene su propiedad aguas arribas.
Nota completa edición papel.
La situación se agravó más este invierno con el exceso de precipitaciones y las alcantarillas tapadas en los arroyos que ralentiza el escurrimiento del agua de los campos. Cada vez que hay repuntes del Río Paraná y Uruguay, acompañado de fuertes precipitaciones, las escenas comienzan a ser desgarradoras para las familias y productores de la zona, chicos sin clases por estar las escuelas inundadas, rodeos de animales que son evacuados a campos altos o trasladados a feedlot para evitar que mueran ahogados, considerables pérdida de peso y mortandad por mal nutrición animal y caminos deteriorados.
Esto es lo que le sucede a las familias de residencia permanente y los propietarios de los campos que están ubicados en las riberas de los arroyos Ñancay, arroyo Hondo y el Salado hasta la ruta 14 y acceso a Villa Paranacito, se encuentran hoy ante la asfixiante situación de tener sus propiedades totalmente cubiertas de agua tanto de lluvias como de crecientes de los ríos Uruguay y Paraná.
Esta situación se prolongará por muchos meses a raíz de la imposibilidad de escurrimiento por sus causes naturales, debido a que estos se encuentran totalmente cubiertos por terraplenes que forma la propia vegetación con árboles en sus lechos que jamás fueron limpiados para poder llevar a cabo su función. A todo esto, se le debe agregar la acción de los propietarios y empresas que con la construcción de endicamientos, terraplenes, compuertas realizadas en sus predios sin la más mínima consulta ni autorización para su construcción ni tampoco teniendo en cuenta el daño que le ocasiona al vecino que tiene su propiedad aguas arribas.
Nota completa edición papel.
Este contenido no está abierto a comentarios