A dos años del fallecimiento de Amalia Jurado de García ( 11/08/13)
Siempre extrañamos a Amalia Jurado como una muy buena persona que se esperaba con cariño y especial interés, no sólo en su familia, sino también en la escuela o en la iglesia. Para recordarla presentamos una de las páginas escritas con el seudónimo de Maia.
El poeta Guillermo Santos Ledri, evaluó estos escritos reunidos en un libro, sosteniendo que ella “Pone de manifiesto su espiritu sensible en cualquiera de las instancias humanas que ha vivido: sea como esposa, como madre, como maestra o como amiga. Son relatos de situaciones cotidianas que la autora ha ido recogiendo a lo largo de su existencia, sobre todo en sus años activos y productivos de su vida. En tanto vivencias de hondo sentido humano, seguramente regocijarán al lector en un doble sentido: o con una sonrisa dibujada en su rostro o con lágrimas de emoción compartida“.
CARLITOS
Ayer llovía a la hora de entrada a la escuela, pero Carlitos llegó de lejos, de casi tres leguas .Caballo y niño chorreaban gotas de fría llovizna penetrante. Traía el pullover grueso y rústico, que el Ropero Escolar le había dado, arrolladito debajo del brazo. ¡No sea que se le mojara! Pero...
-¡Hola, Carlitos!, ¿ Estás muy mojado?
- Y que tiene, ¡total!...
Y el gesto impertinente, torpe y, hosco, tan propio de él.
Llegó a la escuela cuando tenía diez años. Algo sabía. Una buena maestra le había enseñado...pero muy poco recordaba. A mí me tocó la dicha de ver el milagro del despertar de su alma. El milagro del alma que se asoma al rostro. Cuanta dicha de ver el milagro del despertar de su alma. El milagro del alma que se asoma al rostro. Cuando expliqué la germinación de la semilla, Carlitos era un espectáculo: su boca entreabierta, de dientes encimados y desparejos, los ojos fijos, tieso, expectante, listo para vibrar, dos suspiros hondos y emocionados cuando finalizado un cuento ayudado con diapositivas, rompía con el más puro de los aplausos...
-Mañana tienen que calcar el mapa en sus casas - dije un día.
Cuando salíamos para arriar la bandera, Carlitos se quedó último y me dijo con ese aire arrogante de los niños que sólo tienen de sobra... la soberberbia de ser pobres:
-Señora, ¡yo no lo hago!
- Pero, ¿por que?
-En -En mí casa no hay ventanas de vidrios para calcar...
-No importa, Carlitos, no importa...
Y tomándole el hombro salimos juntos hacia el mástil...No importa, tu escuela, tu maestra, todos los que formamos este amplio hogar, que es la escuela, te abriremos ventanas de luz y belleza en tu alma.
Maia
Dentro de una justa política educativa, se espera de los gobernantes, reconocimiento a aquellos docentes destacados. Este es el caso de Doña Amalia a quien hasta el día de hoy recordamos sus ex-alumnos- que ya superamos los 40, 50 y 60 años de edad- y también los viejos vecinos de Pueblo Belgrano. Precisamente se está a la espera de gestiones que habría iniciado la dirección Departamental de Escuelas, respecto al nombre de la Escuela primaria N°229 ( Curva de Fiorotto), reconociendo a quienes nos precedieron. Ya que los pueblos que no reconocen su pasado, sus dignos precesores, están sembrando un futuro incierto.
En este caso con mayor razón aún, ya que el nombre que hoy es Escuela Primaria“Infantería de Marina“, aludiendo a la institución que cobijara la triste y famosa ESMA ( cárcel clandestina de detención).
De manera alguna esto significa desconocer los esfuerzos de integración de nuestras fuerzas armadas, realizados en los años de Democracia. El cambio de nombre en nada debilita este esfuerzo, sino que pone los hechos históricos en el lugar que corresponden.
“Doña Amalia“ fue una de sus primeras maestras y directora durante 25 años, destacándose por sus cualidades, aquellas que facilitan el crecimiento ciudadano, base de una democracia real.
CARLITOS
Ayer llovía a la hora de entrada a la escuela, pero Carlitos llegó de lejos, de casi tres leguas .Caballo y niño chorreaban gotas de fría llovizna penetrante. Traía el pullover grueso y rústico, que el Ropero Escolar le había dado, arrolladito debajo del brazo. ¡No sea que se le mojara! Pero...
-¡Hola, Carlitos!, ¿ Estás muy mojado?
- Y que tiene, ¡total!...
Y el gesto impertinente, torpe y, hosco, tan propio de él.
Llegó a la escuela cuando tenía diez años. Algo sabía. Una buena maestra le había enseñado...pero muy poco recordaba. A mí me tocó la dicha de ver el milagro del despertar de su alma. El milagro del alma que se asoma al rostro. Cuanta dicha de ver el milagro del despertar de su alma. El milagro del alma que se asoma al rostro. Cuando expliqué la germinación de la semilla, Carlitos era un espectáculo: su boca entreabierta, de dientes encimados y desparejos, los ojos fijos, tieso, expectante, listo para vibrar, dos suspiros hondos y emocionados cuando finalizado un cuento ayudado con diapositivas, rompía con el más puro de los aplausos...
-Mañana tienen que calcar el mapa en sus casas - dije un día.
Cuando salíamos para arriar la bandera, Carlitos se quedó último y me dijo con ese aire arrogante de los niños que sólo tienen de sobra... la soberberbia de ser pobres:
-Señora, ¡yo no lo hago!
- Pero, ¿por que?
-En -En mí casa no hay ventanas de vidrios para calcar...
-No importa, Carlitos, no importa...
Y tomándole el hombro salimos juntos hacia el mástil...No importa, tu escuela, tu maestra, todos los que formamos este amplio hogar, que es la escuela, te abriremos ventanas de luz y belleza en tu alma.
Maia
Dentro de una justa política educativa, se espera de los gobernantes, reconocimiento a aquellos docentes destacados. Este es el caso de Doña Amalia a quien hasta el día de hoy recordamos sus ex-alumnos- que ya superamos los 40, 50 y 60 años de edad- y también los viejos vecinos de Pueblo Belgrano. Precisamente se está a la espera de gestiones que habría iniciado la dirección Departamental de Escuelas, respecto al nombre de la Escuela primaria N°229 ( Curva de Fiorotto), reconociendo a quienes nos precedieron. Ya que los pueblos que no reconocen su pasado, sus dignos precesores, están sembrando un futuro incierto.
En este caso con mayor razón aún, ya que el nombre que hoy es Escuela Primaria“Infantería de Marina“, aludiendo a la institución que cobijara la triste y famosa ESMA ( cárcel clandestina de detención).
De manera alguna esto significa desconocer los esfuerzos de integración de nuestras fuerzas armadas, realizados en los años de Democracia. El cambio de nombre en nada debilita este esfuerzo, sino que pone los hechos históricos en el lugar que corresponden.
“Doña Amalia“ fue una de sus primeras maestras y directora durante 25 años, destacándose por sus cualidades, aquellas que facilitan el crecimiento ciudadano, base de una democracia real.
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