Alberto Bahillo y Rufino Baggio, dos pioneros de la industria local
El domingo 13 de octubre de 1991, el periodista Carlos Micheloud realizó por LRA 42 Radio Nacional Gualeguaychú, una entrevista a don Rufino Pablo Baggio y Alberto José Bahillo.
Ambos industriales (pioneros a nivel local en sus rubros), participaron de esa audición radial en el marco de la edición número 100 del Boletín Oral que en esos años realizaba la Corporación del Desarrollo y que se estimulaba bajo la consigna “Preparando el mañana… con ideas, imaginación y trabajo”, una frase elaborada por Daniel Hernández, en aquel entonces responsable de tareas del Parque Industrial y actualmente titular de Defensa Civil de la Municipalidad de Gualeguaychú.
Con motivo del Día de la Industria, EL ARGENTINO rescata de los archivos este material para que las generaciones actuales y futuras conozcan el pensamiento de dos de los pioneros industriales que tuvo la comunidad: Alberto José Bahillo, quien hizo de su apellido el nombre de una empresa de vanguardia y Rufino Pablo Baggio, el hombre que construyó lo que hoy es considerado una empresa nacional líder en su rubro: RPB. Ambos están fallecidos, pero sus testimonios siguen siendo muy actuales.
Por Carlos Micheloud (*)
Alberto José Bahillo
-¿Cómo se inicia la actividad fabril en 1966?
-En 1966 empezamos en la Costanera. Compramos el edificio de Dacal padre y lo reformamos. Era una casa y la convertimos en un local comercial. Empezamos a elaborar las cremas heladas y nos insertamos en el mercado local. Fuimos muy bien recibidos desde un primer momento. Gualeguaychú nos brindó su apoyo en forma casi unánime. Terminada la primera temporada, ampliamos con una fábrica de masas y tortas, poniendo la reventa en calle España y tuvimos otro gran éxito.
-¿España y qué?
-Pegada a lo de Van den Doreen. España y casi 25. Después de explotarla diez años, vendimos la fábrica de masas al personal, tanto en la comercialización como la elaboración.
-No se adelante tanto. ¿Cuando comienza en el 66 con las cremas heladas, ya tenía antecedentes?
-Lo he hecho toda la vida. Conozco el ramo, el oficio. Y ese conocimiento me permitió seleccionar a la gente, formarla y armar un equipo de colaboradores que no me han defraudado en estos 25 años de vida. Tengo la suerte de tener muy buenos colaboradores y gente con ganas de trabajar y gente con ganas de aprender.
-¿Trajo alguna persona de otro lugar para elaborar estos productos o fue gente de Gualeguaychú que fue aprendiendo el oficio?
-Fue gente de Gualeguaychú que fue aprendiendo. Fui creciendo no en forma explosiva, sí fue de manera permanente, pasito a pasito. Y esto me permitió ir preparando gente. También en el segundo año incorporamos la calesita para darle dulzura y cariño a los niños. Fue algo simpático para la comunidad y especialmente para los niños. Tenemos que admitir que nos ayudó mucho. Luego la fábrica de masas la vendimos. Durante tres años no me dediqué a las masas y postres. Inicié el negocio bailable “Bárbaro”. Lo inicié solo y después se asoció el señor (Horacio) Rivas, que es el actual propietario. Estuve en “Bárbaro” unos tres años y luego le vendí mi parte a Horacio Rivas.
-Comenzamos con cremas heladas en 1966, siguió con masas y después el boliche bailable tan popular...
-Después retomamos el Cine “Palma” y también el Teatro Gualeguaychú, al cual le hicimos una gran reforma. Tanto el cine como el Teatro estaban muy abandonados, en muy mal estado. Y lo equipamos. Me estaba olvidando, antes de “Bárbaro” tenía el boliche “Bang” que funcionaba donde estaba la antigua Confitería “París”. Compré ese boliche bailable le pusimos una confitería de atención al público, en el patio puse “El Galetto”. Siempre brindé mi mayor atención a la heladería. Las demás cosas que emprendía, lo hacía sin descuidar mi base que era la heladería.
-Usted se concentra en el rubro alimentación…
-Así es y así nace la fábrica de dulce de leche. Ese emprendimiento me costó un gran sacrificio. Es una planta modelo. Creo que es la única en el país que tiene un equipo continúo de elaboración y está hecho con moderna tecnología argentina. Esto es así porque el dulce de leche es argentino. Nuestra fábrica de dulce de leche no será la más grande en cuanto a capacidad de producción, pero sí lo es en cuanto a higiene y tecnología. Es lo más moderno que existe actualmente en el país. (Nota de la Redacción: Bahillo se desprendió de la fábrica de dulce de leche en 1997).
-¿La fábrica fue ideada para ser instalada en el Parque Industrial o estaba pensada para otro lugar?
-No, no. Nació con la idea de ser instalada en el Parque Industrial.
-¿La planta llegó a su máximo nivel de producción?
-No. Estamos trabajando con mucha capacidad ociosa. Nos falta la oficina de comercialización. Quiero ganar el mercado de la misma forma que lo hice con los helados: no crecer de golpe para no caerme. Y a medida de que crezco se acentúe la calidad del producto en base a la elaboración con materias primas seleccionadas. La higiene es fundamental en el rubro alimenticio. En este rubro sin higiene no hay producto final bueno.
Rufino Pablo Baggio
-¿Cómo es la planta y la producción que se hace en Rufino Baggio?
-Quiero agradecer a la Corporación por haberme citado para hablar de la industria. Recién habló Bahillo y quiero decir que sus productos son de inmejorable calidad. Nuestra producción en la ciudad es bastante conocida. Producimos jugos y edulcorantes y tal vez no sea tan conocida nuestra producción de plásticos y productos químicos. Estos productos plásticos y químicos son producidos en nuestra planta más austral del país, en Ushuaia.
-¿Hacen esa producción únicamente para el consumo de la empresa?
-Surgió como una necesidad de la empresa, en razón de que la calidad de nuestros proveedores no nos conformaba. Por esa razón hemos tenido que orientarnos hacia esos productos. En realidad hoy las empresas están casi totalmente integradas. Con la excepción de la etiqueta, todo el resto del producto tiene una elaboración nuestra: tanto lo que está dentro como fuera de la botella. La botella es elaborada con nuestro propio compuesto, que es realizada en Ushuaia y hasta las tapitas son producidas por nosotros, en razón de que hemos tenido problemas en ese tema.
-La empresa encuentra problemas en su expansión…
-El problema es que queremos llegar a una calidad total si es posible. Para eso estamos produciendo en nuestra empresa cambios para fomentar la conciencia dentro del personal. El personal es de primera agua, de muy buena calidad. Casi todos nuestros empleados son de Gualeguaychú, sólo una pequeña parte es de Entre Ríos y otra aún más pequeña es de Corrientes.
-Ustedes tienen una planta de jugo en Corrientes…
-Exactamente. Tanto la planta de Gualeguaychú como de Corrientes y Villa Mercedes en la provincia de San Luis están totalmente integradas. La única planta que produce compuestos plásticos es la de Ushuaia.
-¿Qué cantidad de empleados poseen?
-En Gualeguaychú son aproximadamente 350 personas. Unas cien en Corrientes y 120 personas en Villa Mercedes.
-¿Tienen una planta más adelantada tecnológicamente que otras?
-Tratamos que todas las plantas tengan las mismas tecnologías, porque el resultado final es el producto. Habrá algunas diferencias, pero queremos equilibrar toda la parte tecnológicas.
-La provisión de la fruta es normal. ¿De dónde se trae esa materia prima?
-De acuerdo a la época, porque la zona de Corrientes tiene en el primer término del año una primera elaboración en esa provincia con pomelos y naranjas del Norte. Y se va usando la fruta a medida que va pasando la temporada hacia más al Sur. Y en los últimos meses del año la fruta que se consume es de la zona más al Sur de la producción citrícola de la Mesopotamia que es Concordia.
-¿Existe alguna diferencia en la calidad de la fruta como naranja o pomelo superior entre Corrientes y nuestra provincia?
-En realidad no. La calidad de la fruta es en general muy buena.
-¿Tienen una comercialización aparte de sus productos o ustedes se encargan de ese rubro?
-Nosotros trabajamos generalmente por tres canales: los mayoristas, los distribuidores y algunos supermercados. Esa es la forma de comercialización que tenemos. Pero siempre es directamente desde la empresa.
-RPB es Rufino Pablo Baggio. ¿La empresa es enteramente familiar o hay socios que no se conocen?
-La empresa, o mejor dicho el grupo está constituido como en su origen esencial y totalmente familiar. Lo que sí ha tenido que variar con el transcurso del tiempo y de la producción la organización de la empresa. El punto de partida fue un pequeño almacén de ramos general y despacho de bebidas que hace muchos años fundó mi madre en calle España y 3 de Caballería. Ahí estuvo el origen. Era muy pequeño… un típico almacén de barrio.
-¿Cómo siguió?
-Cuando comencé a participar del negocio lo fui diversificando y pasando a vinos. Primero trajimos en cascos. Allí hicimos algo que fue muy famoso en la ciudad: La Veneciana. Se vendía en damajuanas, en litros… era una romería total. Después pusimos planta de fraccionamiento y por ciertas razones de mercados pasamos a los jugos. Y nos encontramos hoy con esto.
-¿Cuánto tiempo estuvieron en el casco urbano antes de instalarse en el Parque Industrial?
-Y estuvimos aproximadamente quince años. Si queríamos evolucionar teníamos que trasladarnos. Al principio, como es lógico, en todo cambio tuvimos problemas. Padecimos mucha resistencia, incluso del personal que no quería trasladarse al Parque. Mejor dicho, les quedaba incómodo. No era la costumbre de la gente la de viajar tanto y ahora estamos todos muy contentos porque estamos mucho más cómodos. Hoy sino contáramos con todo lo que tenemos en el Parque Industrial, sería imposible. Creo que el Parque Industrial ha sido una gran solución para Gualeguaychú y esperemos que se desarrolle como todos pensamos y queremos.
-Toda la familia Baggio quedó prendida de la planta elaboradora de jugos. Nadie quiso independizarse…
-Así es. Y es una cosa que hasta a mí me ha llamado la atención. Porque una vez que los hijos salen de la ciudad, se van a estudiar –como han ido mis hijos - muchos quedan prendado de Buenos Aires. Pero en este caso, pasó a la inversa. Ellos están prendados a Gualeguaychú y no quieren abandonar Gualeguaychú y solamente viajan bajo la necesidad de hacer negocios. Me encanta lo que ha sucedido. Se puede seguir haciendo planes porque hay gente dispuesta a tomar la posta.
Con motivo del Día de la Industria, EL ARGENTINO rescata de los archivos este material para que las generaciones actuales y futuras conozcan el pensamiento de dos de los pioneros industriales que tuvo la comunidad: Alberto José Bahillo, quien hizo de su apellido el nombre de una empresa de vanguardia y Rufino Pablo Baggio, el hombre que construyó lo que hoy es considerado una empresa nacional líder en su rubro: RPB. Ambos están fallecidos, pero sus testimonios siguen siendo muy actuales.
Por Carlos Micheloud (*)
Alberto José Bahillo
-¿Cómo se inicia la actividad fabril en 1966?
-En 1966 empezamos en la Costanera. Compramos el edificio de Dacal padre y lo reformamos. Era una casa y la convertimos en un local comercial. Empezamos a elaborar las cremas heladas y nos insertamos en el mercado local. Fuimos muy bien recibidos desde un primer momento. Gualeguaychú nos brindó su apoyo en forma casi unánime. Terminada la primera temporada, ampliamos con una fábrica de masas y tortas, poniendo la reventa en calle España y tuvimos otro gran éxito.
-¿España y qué?
-Pegada a lo de Van den Doreen. España y casi 25. Después de explotarla diez años, vendimos la fábrica de masas al personal, tanto en la comercialización como la elaboración.
-No se adelante tanto. ¿Cuando comienza en el 66 con las cremas heladas, ya tenía antecedentes?
-Lo he hecho toda la vida. Conozco el ramo, el oficio. Y ese conocimiento me permitió seleccionar a la gente, formarla y armar un equipo de colaboradores que no me han defraudado en estos 25 años de vida. Tengo la suerte de tener muy buenos colaboradores y gente con ganas de trabajar y gente con ganas de aprender.
-¿Trajo alguna persona de otro lugar para elaborar estos productos o fue gente de Gualeguaychú que fue aprendiendo el oficio?
-Fue gente de Gualeguaychú que fue aprendiendo. Fui creciendo no en forma explosiva, sí fue de manera permanente, pasito a pasito. Y esto me permitió ir preparando gente. También en el segundo año incorporamos la calesita para darle dulzura y cariño a los niños. Fue algo simpático para la comunidad y especialmente para los niños. Tenemos que admitir que nos ayudó mucho. Luego la fábrica de masas la vendimos. Durante tres años no me dediqué a las masas y postres. Inicié el negocio bailable “Bárbaro”. Lo inicié solo y después se asoció el señor (Horacio) Rivas, que es el actual propietario. Estuve en “Bárbaro” unos tres años y luego le vendí mi parte a Horacio Rivas.
-Comenzamos con cremas heladas en 1966, siguió con masas y después el boliche bailable tan popular...
-Después retomamos el Cine “Palma” y también el Teatro Gualeguaychú, al cual le hicimos una gran reforma. Tanto el cine como el Teatro estaban muy abandonados, en muy mal estado. Y lo equipamos. Me estaba olvidando, antes de “Bárbaro” tenía el boliche “Bang” que funcionaba donde estaba la antigua Confitería “París”. Compré ese boliche bailable le pusimos una confitería de atención al público, en el patio puse “El Galetto”. Siempre brindé mi mayor atención a la heladería. Las demás cosas que emprendía, lo hacía sin descuidar mi base que era la heladería.
-Usted se concentra en el rubro alimentación…
-Así es y así nace la fábrica de dulce de leche. Ese emprendimiento me costó un gran sacrificio. Es una planta modelo. Creo que es la única en el país que tiene un equipo continúo de elaboración y está hecho con moderna tecnología argentina. Esto es así porque el dulce de leche es argentino. Nuestra fábrica de dulce de leche no será la más grande en cuanto a capacidad de producción, pero sí lo es en cuanto a higiene y tecnología. Es lo más moderno que existe actualmente en el país. (Nota de la Redacción: Bahillo se desprendió de la fábrica de dulce de leche en 1997).
-¿La fábrica fue ideada para ser instalada en el Parque Industrial o estaba pensada para otro lugar?
-No, no. Nació con la idea de ser instalada en el Parque Industrial.
-¿La planta llegó a su máximo nivel de producción?
-No. Estamos trabajando con mucha capacidad ociosa. Nos falta la oficina de comercialización. Quiero ganar el mercado de la misma forma que lo hice con los helados: no crecer de golpe para no caerme. Y a medida de que crezco se acentúe la calidad del producto en base a la elaboración con materias primas seleccionadas. La higiene es fundamental en el rubro alimenticio. En este rubro sin higiene no hay producto final bueno.
Rufino Pablo Baggio
-¿Cómo es la planta y la producción que se hace en Rufino Baggio?
-Quiero agradecer a la Corporación por haberme citado para hablar de la industria. Recién habló Bahillo y quiero decir que sus productos son de inmejorable calidad. Nuestra producción en la ciudad es bastante conocida. Producimos jugos y edulcorantes y tal vez no sea tan conocida nuestra producción de plásticos y productos químicos. Estos productos plásticos y químicos son producidos en nuestra planta más austral del país, en Ushuaia.
-¿Hacen esa producción únicamente para el consumo de la empresa?
-Surgió como una necesidad de la empresa, en razón de que la calidad de nuestros proveedores no nos conformaba. Por esa razón hemos tenido que orientarnos hacia esos productos. En realidad hoy las empresas están casi totalmente integradas. Con la excepción de la etiqueta, todo el resto del producto tiene una elaboración nuestra: tanto lo que está dentro como fuera de la botella. La botella es elaborada con nuestro propio compuesto, que es realizada en Ushuaia y hasta las tapitas son producidas por nosotros, en razón de que hemos tenido problemas en ese tema.
-La empresa encuentra problemas en su expansión…
-El problema es que queremos llegar a una calidad total si es posible. Para eso estamos produciendo en nuestra empresa cambios para fomentar la conciencia dentro del personal. El personal es de primera agua, de muy buena calidad. Casi todos nuestros empleados son de Gualeguaychú, sólo una pequeña parte es de Entre Ríos y otra aún más pequeña es de Corrientes.
-Ustedes tienen una planta de jugo en Corrientes…
-Exactamente. Tanto la planta de Gualeguaychú como de Corrientes y Villa Mercedes en la provincia de San Luis están totalmente integradas. La única planta que produce compuestos plásticos es la de Ushuaia.
-¿Qué cantidad de empleados poseen?
-En Gualeguaychú son aproximadamente 350 personas. Unas cien en Corrientes y 120 personas en Villa Mercedes.
-¿Tienen una planta más adelantada tecnológicamente que otras?
-Tratamos que todas las plantas tengan las mismas tecnologías, porque el resultado final es el producto. Habrá algunas diferencias, pero queremos equilibrar toda la parte tecnológicas.
-La provisión de la fruta es normal. ¿De dónde se trae esa materia prima?
-De acuerdo a la época, porque la zona de Corrientes tiene en el primer término del año una primera elaboración en esa provincia con pomelos y naranjas del Norte. Y se va usando la fruta a medida que va pasando la temporada hacia más al Sur. Y en los últimos meses del año la fruta que se consume es de la zona más al Sur de la producción citrícola de la Mesopotamia que es Concordia.
-¿Existe alguna diferencia en la calidad de la fruta como naranja o pomelo superior entre Corrientes y nuestra provincia?
-En realidad no. La calidad de la fruta es en general muy buena.
-¿Tienen una comercialización aparte de sus productos o ustedes se encargan de ese rubro?
-Nosotros trabajamos generalmente por tres canales: los mayoristas, los distribuidores y algunos supermercados. Esa es la forma de comercialización que tenemos. Pero siempre es directamente desde la empresa.
-RPB es Rufino Pablo Baggio. ¿La empresa es enteramente familiar o hay socios que no se conocen?
-La empresa, o mejor dicho el grupo está constituido como en su origen esencial y totalmente familiar. Lo que sí ha tenido que variar con el transcurso del tiempo y de la producción la organización de la empresa. El punto de partida fue un pequeño almacén de ramos general y despacho de bebidas que hace muchos años fundó mi madre en calle España y 3 de Caballería. Ahí estuvo el origen. Era muy pequeño… un típico almacén de barrio.
-¿Cómo siguió?
-Cuando comencé a participar del negocio lo fui diversificando y pasando a vinos. Primero trajimos en cascos. Allí hicimos algo que fue muy famoso en la ciudad: La Veneciana. Se vendía en damajuanas, en litros… era una romería total. Después pusimos planta de fraccionamiento y por ciertas razones de mercados pasamos a los jugos. Y nos encontramos hoy con esto.
-¿Cuánto tiempo estuvieron en el casco urbano antes de instalarse en el Parque Industrial?
-Y estuvimos aproximadamente quince años. Si queríamos evolucionar teníamos que trasladarnos. Al principio, como es lógico, en todo cambio tuvimos problemas. Padecimos mucha resistencia, incluso del personal que no quería trasladarse al Parque. Mejor dicho, les quedaba incómodo. No era la costumbre de la gente la de viajar tanto y ahora estamos todos muy contentos porque estamos mucho más cómodos. Hoy sino contáramos con todo lo que tenemos en el Parque Industrial, sería imposible. Creo que el Parque Industrial ha sido una gran solución para Gualeguaychú y esperemos que se desarrolle como todos pensamos y queremos.
-Toda la familia Baggio quedó prendida de la planta elaboradora de jugos. Nadie quiso independizarse…
-Así es. Y es una cosa que hasta a mí me ha llamado la atención. Porque una vez que los hijos salen de la ciudad, se van a estudiar –como han ido mis hijos - muchos quedan prendado de Buenos Aires. Pero en este caso, pasó a la inversa. Ellos están prendados a Gualeguaychú y no quieren abandonar Gualeguaychú y solamente viajan bajo la necesidad de hacer negocios. Me encanta lo que ha sucedido. Se puede seguir haciendo planes porque hay gente dispuesta a tomar la posta.
(*) Carlos Micheloud es periodista y desde 1984 es el secretario Administrativo de la Corporación del Desarrollo de Gualeguaychú.
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