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Corsos Matecito: Los Abuelos Divertidos, una murga donde conviven la vitalidad, la juventud y la alegría
Ejemplo de que la edad no es un impedimento para cumplir los sueños y continuar en actividad, Los Abuelos Divertidos conforman una asociación que tiene distintos talleres y proyectos.
Uno de ellos es desfilar en los corsos populares Matecito, aunque lo hagan fuera de competencia. EL ARGENTINO tuvo la posibilidad de dialogar con Patricia Brochero, coreógrafa de la murga; Dolores Carro, la tesorera; Miguel Torres, vocal de la Comisión; Ana Gómez y Stella Maris Kratzer, ambas integrantes de la Comisión y de la murga. Los representantes del grupo hablaron sobre su participación en los corsos y las demás actividades que realizan, a la vez que expresaron que las puertas están abiertas para todos aquellos abuelos que deseen sumarse.
- ¿Cuándo surgió el conjunto carnavalesco de Los Abuelos Divertidos? ¿Cuál es el objetivo que persiguen en la asociación a través de la murga y de los demás proyectos?
Patricia Brochero: Hace dieciséis años que la asociación se hace presente en los corsos barriales Matecito. En sus inicios, Los Abuelos Divertidos conformaban una murga. Luego, debido a algunos cambios en la estructura, el grupo pasó a formar parte de la categoría de conjunto carnavalesco.
En realidad, esto nace como un taller municipal y está contenido dentro de un programa que intenta dar un lugar nuevo a los adultos mayores. El propósito es evitar el sedentarismo en las personas grandes. La gente llega a la tercera edad, se jubila y se queda encerrada en la casa sin tareas para realizar. La murga nace para que los adultos puedan salir de su casa, encontrarse con sus pares y divertirse, y también ponerse en contacto con el arte. Siempre estamos reivindicando a la vejez desde un lugar muy activo. Nosotros tratamos de no victimizar a los miembros de la murga por la edad, todos son útiles y cumplen diferentes roles.
En la actualidad superamos los cien integrantes, pero siempre aceptamos más incorporaciones. Lo bueno de la murga es que de alguna manera contiene varias generaciones, ya que muchos adultos mayores van con sus hijos y nietos.
Ana Gómez: Este conjunto carnavalesco, si bien participa en el corso barrial, tiene otros talleres durante todo el año. Hacemos una obra de teatro basada en la misma proyección que hacemos en el corso popular. También participamos de otro evento muy importante que es el 25 de mayo en el Corsódromo, donde tenemos nuestro stand y bailamos folclore.
Dolores Carro: Es hermoso para nosotros. Es una fiesta divina de los abuelos porque nos divertimos y recaudamos dinero para nuestra murga.
Patricia Brochero: Además, el año pasado se le pidió colaboración al conjunto carnavalesco para que asista a una escuela rural y represente a personajes populares, que era el tema que justo estaban trabajando los chicos. Así que un grupo concurrió y representó a personajes de las leyendas que van pasando de generación en generación para que los estudiantes los puedan conocer.
Todos los eventos en los que participamos se utilizan para mostrarnos en sociedad, pero también para autosustentarnos y poder comprar los elementos que necesitamos. No se paga una cuota por los talleres, es totalmente gratuito. Para el corso compramos telas y a cada integrante se le da una cantidad para que pueda confeccionar su propio traje. Tenemos costureras, un diseñador, a nuestro director Víctor Hugo Lapido... La verdad es que tenemos un equipo bien conformado.
Dolores Carro: Tenemos actividades todo el año, gracias a Dios. La verdad es que no tenemos motivos para decir que no encontramos nada para hacer.
- Como conjunto carnavalesco, ¿cuál es la historia que eligieron contar en esta edición de los corsos Matecito?
Patricia Brochero: Nuestra murga tiene una identidad bien marcada. Se intenta reivindicar una cultura y una política latinoamericanas y nos movemos dentro de ese eje. Este año nuestro conjunto presenta la propuesta “Patria con polleras”, que trata de traer de nuevo a todas aquellas mujeres históricas que están en la oscuridad, que han quedado en la sombra porque la historia siempre fue escrita por los hombres. Las mujeres han quedado relegadas y realmente fueron guerreras que han luchado codo a codo con los hombres. Algunas incluso estuvieron en frente de batalla y no son conocidas. Entre las mujeres representadas están Juana Azurduy, Rosarito Vera Peñaloza y María Elena Walsh, por mencionar algunos ejemplos.
Ana Gómez: Este año la característica distintiva que tenemos son los paraguas, que llevan el nombre de cada personaje.
- ¿Podrían contar a qué personajes representan ustedes y cómo fue la preparación?
Stella Maris Kratzer: Yo represento a Victoria Ocampo, que tuvo su importancia y era contraria a las ideas del gobierno de su época. Se entrevistó con Eva Perón, donde ella le pidió que bregara por el voto femenino. Ellas tuvieron sus diferencias, tenían ideologías distintas...
Dolores Carro: Yo represento a Julieta Lanteri. Ella vino de Italia a los seis años con su familia y se nacionalizó en nuestro país porque quería luchar por los derechos de las mujeres y de los niños. Estudió, se recibió de farmacéutica y luego se postuló como diputada. Pero como en ese tiempo el hombre tenía más poder que la mujer, no le alcanzaron los votos para ganar. Todo lo que planeó quedó en la nada, pero igual ella siguió luchando.
Miguel Torres: Y yo represento a San Martín.
Ana Gómez: Los personajes que representamos son de nuestra historia y todos tienen su relevancia. Yo represento a Cristina Fernández de Kirchner. Estoy muy orgullosa de este personaje, aunque pueda ser controvertido. Pero fue la única presidenta electa que tuvimos, más allá de que a alguien no le guste. Cada personaje que tenemos es valioso. A todas esas mujeres de la historia realmente hay que destacarlas, sobre todo hoy que está toda la cuestión del feminismo. Por algo tenemos hoy este aluvión de mujeres, y es gracias a las que estuvieron antes.
Dolores Carro: Para poder interpretarlos tuvimos que estudiar y sumergirnos en cada personaje que nos asignaron.
Ana Gómez: Esto que nos pasa a todos en la murga es muy interesante culturalmente. Los abuelos llevan a su casa las historias y se las cuentan a sus nietos. Hay un abanico impresionante de aporte cultural que sirve para la sociedad.
Patricia Brochero: Cuando presentamos el tema, había muy pocas personas que sabían de la existencia de esas mujeres. Como equipo también debimos estudiar e investigar para poder seleccionar a los personajes. La idea de esta murga es reivindicar a las mujeres que tuvieron influencia en la historia política del país, pero no hablamos de política partidaria o de militancia. Fue un proceso muy lindo de juntarnos a leer, a estudiar y resumir para elegir a los personajes y entregarles una síntesis a quienes salen en la murga. Todo ayuda a una mejor dramatización.
- ¿Qué sienten al formar parte de un grupo como Los Abuelos Divertidos y también al poder participar de los corsos Matecito, la fiesta popular más importante de la ciudad?
Dolores Carro: El nuestro es un conjunto humano muy lindo. Yo entré porque una compañera me invitó a ver la exposición de los trajes de la murga. Al principio me negué porque no conocía a nadie, pero terminé yendo y no salí más. Y mientras tenga salud voy a seguir yendo porque me cambió la vida. He logrado hacer muchas amigas y compañeros en la murga, también en la colonia. Estoy feliz de haberme integrado a este grupo. Esto es vida para mí, es salud y es compartir... Yo estoy muy contenta.
Ana Gómez: Es muy movilizante, somos muy compañeros y nos divertimos. Además, yo fui docente y después de jubilarme sentí que aún me quedaban más cosas por hacer. Acá encontré mi lugar. Considero que lo que es bueno para uno, es necesario transmitirlo a los demás. Por eso los invitamos a que se acerquen.
El corso popular es una expresión nuestra, de nuestro pueblo. De ahí surge el carnaval. Es la expresión de la gente más sencilla, más humilde. Es el poder decir una vez al año a través de la música. A la gente le diría que tiene que asistir porque va a encontrarse con la historia interesante de las mujeres de la patria, contada por nosotros. Si bien somos adultos mayores, la murga está muy bien lograda y vale la pena ir a verla. Cuánta juventud sana tendríamos si pudiésemos conservar esta tradición...
Miguel Torres: A mí me pasó algo el año pasado, que fue el primer año en el que yo salí. Cuando voy, encuentro a mi hijo y a mis nietos... El orgullo que yo tuve al verlos no me lo saca nadie. Por eso los invito a todos los abuelos a que se animen y participen, porque son un orgullo para su familia. Los invitamos a todos. Necesitamos que nos acompañen, que vengan y se sientan bien. Hay gente que necesita despegarse de la silla y mantener la mente ocupada. A mí me pasó, yo estuve desde el año 75 hasta hace dos años atrás en el Parque Industrial y nunca más salí. No disfruté de mi familia y prácticamente no conocía Gualeguaychú.
Yo la llevaba a mi esposa, Dolores, al grupo y después me quedaba a acompañarla porque no me quería quedar en casa solo. Y ahora ya es el segundo año que estoy.
Stella Maris Kratzer: En mi caso, tengo un grupo del secundario y todas hablan siempre de las enfermedades, y la única que asiste a un taller y a la murga soy yo. Me encantaría que la gente se sumara porque si te quedás en tu casa, empiezan los dolores. Creo que todo es una cuestión mental. Además, durante el año tenemos talleres gratuitos para que la gente se acerque, como gimnasia, computación, distintos deportes, abuelos cuenta cuentos, entre muchos otros.