Regimiento de Tanque 12
Despiden a cuatro suboficiales que pasan a retiro
Los suboficiales participaron de misiones de paz en Chipre y dedicaron 35 años de servicio al Ejército Argentino. Agradecieron al jefe de la unidad por el agasajo.
Ayer a la mañana los oficiales y suboficiales del Regimiento de Tanques 12 “Dragones Coronel Zelaya”, despidió a cuatro miembros de sus filas tras haber dedicado 35 años de servicio al Ejército Argentino.
El reconocimiento fue para el suboficial mayor herrador, Andrés González, los suboficiales mayores de caballería Carlos María López, Orlando Rafael Basualdo y Juan José Flores.
En el homenaje al personal que pasa a retiro hubo una formación de todos los soldados del Regimiento en la Plaza de Armas, acto que estuvo presidido por el jefe de la unidad, el teniente coronel Germán Errasti, el segundo jefe el mayor, Fernando Tereso, acompañado por oficiales y suboficiales retirados.
Tras la entrega de recordatorios, el suboficial mayor Orlando Basualdo, habló en nombre de sus compañeros de arma que pasan a retiro.
“Después de 35 años de trajinar castrense, me parece increíble que hayamos sido tan afortunados de habernos hecho viejos en nuestro Ejercito”, remarcó Basualdo.
“Hemos vivido días magníficos y sentimos el orgullo de pertenecer al Ejército Argentino y de haber contribuido al engrandecimiento de nuestra patria. Aprendimos mucho en especial a reconocer el talento del prójimo mirando hacia arriba y hacia abajo. La vida militar nos ha regalado la camaradería, esa forma única, peculiar e indestructible con la que los soldados expresamos la amistad. Nuestros recuerdos son precisamente eso, la franca camaradería, el de compartir experiencias personales y profesionales”, dijo.
Y agregó: “Les entregamos a los jóvenes de hoy la misión de seguir continuando esa misma camaradería y le pedimos que tengan fuerte el sentido de pertenencia”, y les aconsejó: “Que no falte el alma en lo que emprendan, que esté en el espíritu del hombre su deseo de educarse, de aceptar sacrificios, de no conformarse con las apariencias esperando que esto supla lo fundamental, les pedimos que continúen perseverando con el esfuerzo para hacer de nuestra institución y de nuestra patria un mejor Ejercito y una mejor Argentina con la ayuda de Dios”.
Para terminar la emotiva ceremonia, el jefe de la unidad los miró fijo a los ojos a los cuatro suboficiales, y a viva voz les dijo: “sepan ustedes que la misión fue cumplida”.
Al finalizar el acto se realizó un desfile de los efectivos de la unidad, para luego pasar a un almuerzo de camaradería.
El reconocimiento fue para el suboficial mayor herrador, Andrés González, los suboficiales mayores de caballería Carlos María López, Orlando Rafael Basualdo y Juan José Flores.
En el homenaje al personal que pasa a retiro hubo una formación de todos los soldados del Regimiento en la Plaza de Armas, acto que estuvo presidido por el jefe de la unidad, el teniente coronel Germán Errasti, el segundo jefe el mayor, Fernando Tereso, acompañado por oficiales y suboficiales retirados.
Tras la entrega de recordatorios, el suboficial mayor Orlando Basualdo, habló en nombre de sus compañeros de arma que pasan a retiro.
“Después de 35 años de trajinar castrense, me parece increíble que hayamos sido tan afortunados de habernos hecho viejos en nuestro Ejercito”, remarcó Basualdo.
“Hemos vivido días magníficos y sentimos el orgullo de pertenecer al Ejército Argentino y de haber contribuido al engrandecimiento de nuestra patria. Aprendimos mucho en especial a reconocer el talento del prójimo mirando hacia arriba y hacia abajo. La vida militar nos ha regalado la camaradería, esa forma única, peculiar e indestructible con la que los soldados expresamos la amistad. Nuestros recuerdos son precisamente eso, la franca camaradería, el de compartir experiencias personales y profesionales”, dijo.
Y agregó: “Les entregamos a los jóvenes de hoy la misión de seguir continuando esa misma camaradería y le pedimos que tengan fuerte el sentido de pertenencia”, y les aconsejó: “Que no falte el alma en lo que emprendan, que esté en el espíritu del hombre su deseo de educarse, de aceptar sacrificios, de no conformarse con las apariencias esperando que esto supla lo fundamental, les pedimos que continúen perseverando con el esfuerzo para hacer de nuestra institución y de nuestra patria un mejor Ejercito y una mejor Argentina con la ayuda de Dios”.
Para terminar la emotiva ceremonia, el jefe de la unidad los miró fijo a los ojos a los cuatro suboficiales, y a viva voz les dijo: “sepan ustedes que la misión fue cumplida”.
Al finalizar el acto se realizó un desfile de los efectivos de la unidad, para luego pasar a un almuerzo de camaradería.
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