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El famoso "hay que rebuscarse": “Delivery” de productos de limpieza, una forma de sobrellevar la falta de empleo en la ciudad
Por las calles de Gualeguaychú se puede ver a Fabián y a Eva vendiendo productos de limpieza en un carrito de supermercado, acompañados de sus dos fieles compañeros caninos. Son el reflejo de una situación económica difícil y de la necesidad de salir adelante.
En una esquina, esperando a su pareja, Fabián come galletas secas como almuerzo, no vuelve a casa a comer sino que trabaja de corrido. Hace seis años que junto con Eva recorren diferentes calles de Gualeguaychú vendiendo productos de limpieza.
Antes de dedicarse a vender productos de limpieza a domicilio, Fabián y Eva cuidaban autos en la costanera de la ciudad pero en un momento no los dejaron más y debieron buscar una alternativa. Es así que con este pequeño emprendimiento y es así como la gente los empezó a conocer. “Las personas son muy generosas con nosotros. Hay veces que nos dan comida para llevarnos a casa y todo”, expresa Fabián.
“Yo vivo en el barrio Munilla, hoy nos toco este recorrido más céntrico. Tenemos un recorrido distinto cada día. Los lunes comenzamos por la calle Alem y después rotamos. Tenemos varios clientes fijos pero también hay gente que nos detiene en la calle”.
Fabián es insulino dependiente y realiza el recorrido con su medicación a cuestas. El “delivery” de productos de limpieza es lo que le permite a él y a Eva llevar todos los días el pan a la mesa. Sus días laborales son de lunes a viernes, mientras que el fin de semana lo dedican a descansar y a embotellar los productos.
En el carrito de supermercado, en donde llevan la mercadería, caben aproximadamente 50 botellas con diferentes productos de limpieza. El más pedido por la gente es la lavandina, que cuesta $80 el litro. “Por lo del covid la gente compra mucha lavandina”, explica Fabián.
La pareja de vendedores tiene dos hijas, una de 16 años y la otra de 17. Durante el verano ellas salen a trabajar con sus padres, y durante el año se dedican a la escuela.
Sujeta al carrito de supermercado hay una sombrilla que utilizan los días de lluvia. “Salimos hasta cuando llueve, sino quién nos va a dar de comer. Nadie. No tenemos ayuda de nadie nosotros, está difícil. Hasta hacer un guiso sale mucha plata”.
A la gente no le pasa desapercibida la imagen, e incluso se detiene para acariciar a los dos perros de la pareja: una simpática perrita con chaleco rosa y un perro que Fabián cuenta tiene cáncer y está en tratamiento. Diariamente salen con sus dueños y resultan una atractiva herramienta de marketing porque las personas se acercan y compran, muchas veces por la atención que llaman los animales.
Fabián y Eva son dos gualeguaychuenses que semanalmente salen a juntar el peso de cada día en un contexto económico dónde a veces hay que ser creativo para sobrevivir. No se sabe con exactitud cuál va a ser la inflación del próximo mes, aunque haya muchas especulaciones al respecto, pero se puede tener la certeza de que esta familia seguirá recorriendo las frías calles de Gualeguaychú para intentar ganarse la vida lo más dignamente posible. Sin embargo, al igual que la inflación ellos tampoco tienen muchas certezas.