El Hogar de Ancianos al borde de cerrar sus puertas
A raíz de la tardanza en recibir los subsidios y el descalabro de la seguridad social por la crisis económica, el Hogar está en una situación de quebranto. Es la única institución de la ciudad que acobija a adultos mayores que están por debajo de la línea de pobreza.
La actual Comisión Directiva del Hogar de Ancianos “Cura Jeannot” de Gualeguaychú (compuesta por gente que trabaja ad honorem) decidió hacer público la apremiante situación económica que hoy sufre la institución.
Mediante un comunicado de prensa enviado a EL ARGENTINO, expresan: “Venimos de un proceso en el que la situación se ha transformado en una verdadera bola de nieve y, a pesar de los esfuerzos de muchas personas, en algunos casos denodados, la misma nos golpea cada vez con más fuerza y con mayor presión. De continuar este estado de cosas sin cambios radicales, lamentablemente el Hogar puede cerrar”.
Se trata entonces una posibilidad no lejana que el Hogar desaparezca y que muchos abuelos de nuestra ciudad queden sin la excelente atención que allí se brinda.
Porque si hay algo que caracteriza a la institución a través de su personal, es la calidad del esfuerzo y el amor al abuelo con los que se trabaja.
Aunque la crisis respira con mal aliento cada vez más cerca, el Hogar brega para alcanzar, al menos, algunos salvavidas que lo puedan sostener. ¿Hasta cuándo? Dicen no saberlo. Pero hay varios puntos que es preciso aclarar.
El aporte del PAMI que nunca llegó
Desde hace varios años el Hogar gestiona para ser prestador del PAMI, a fin de que los abuelos afiliados que residen allí reciban la subvención que les corresponde. No como ocurre actualmente, que los propios residentes abonan de su peculio una suma de dinero que no deberían pagar, y aunque la misma es algo inferior al haber mínimo jubilatorio, de todos modos resulta insuficiente para satisfacer los gastos derivados de su estadía.
En suma, los residentes pagan por lo que no debieran y el Hogar no cobra lo necesario para alojarlos y cuidarlos.
Lo cierto es que el trámite ante el PAMI fue discurriendo a través de los canales normales a toda gestión administrativa, cumplimentándose la documentación y superando las inspecciones técnicas por los carrilles respectivos.
Existía un obstáculo formal que el Hogar señaló antes de embarcarse en el burocrático camino de la habilitación para funcionar como prestador de la entidad. Es que se encuentra habilitado por la Provincia como Instituto Gerontológico, no como Geriátrico, como pide la reglamentación. No obstante ello, la promesa de las autoridades del PAMI fue que ese inconveniente se habría de remediar en Buenos Aires, donde al detalle se le daría “el visto bueno”, que terminó siendo “malo”, muy malo.
Y así fue que, a pesar de que en el Hogar el 90% de los abuelos pertenecen al PAMI y desde hace más de 85 años funciona como lugar de estadía, cuidado y atención de ancianos, el PAMI resolvió que sin el carácter de geriátrico no hay prestación posible. Como consecuencia de ello, esos abuelos afiliados tienen que hacer frente con sus propios fondos una prestación que debiera otorgárseles gratuitamente.
Las peripecias provinciales
Frente a la fuerte decepción recibida luego de más de dos años de gestionar ante el PAMI, intentamos la solicitud de cambio en la habilitación para pasar de Instituto Gerontológico a Geriátrico, pero nos chocamos esta vez con la pesada apatía de la burocracia provincial. Hasta hoy no se nos permite ingresar un nuevo trámite –es decir, no se nos permite que le demos inicio- por razones impenetrables y en todo caso arbitrarias. Adviértase que esa mera iniciación del trámite, esa simple constancia, y que el Ministerio de Salud provincial incomprensiblemente nos niega, nos habría de permitir -según el PAMI, aunque no lo sabemos con certeza- obtener una “habilitación provisoria” de prestadores del PAMI, remediando en buena parte nuestro gravísimo presente.
En conclusión: pudiendo ambos hacerlo, ni PAMI ni la Provincia nos han dado una respuesta satisfactoria, una respuesta empática, una demostración mínima de sensibilidad ante una institución destinada al bien común y sin fines de lucro, luego de muchísimo tiempo de trámites, gestiones y ruegos.
El aporte municipal
Como contracara, el Hogar reconoce que la Municipalidad se ha mostrado en los últimos años cercana al Hogar, proporcionando ayuda principalmente en el suministro de atención médica y enfermería y facilitando el arribo de un profesor de Gimnasia, una nutricionista y un músico; y dándoles cabida en el Presupuesto Participativo.
“Esto, si bien no alcanza para revertir el déficit crónico que venimos arrastrando, sirve enormemente para ir paliando situaciones importantes que tienen que ver con el funcionamiento. Contamos, no obstante, con la promesa del intendente local Martín Piaggio y de funcionarios de la Secretaria de Salud y Desarrollo Social, de facilitarnos un “salvavidas financiero”, aunque más no sea por un tiempo, para seguir bregando mientras tanto con la esperanza de que las cosas cambien”. Mientras tanto la gente de Gualeguaychú ayuda y ayuda.
“Hay grupos solidarios que nos acercan su colaboración, siendo insoslayable nombrar a “Vientos de Cambio” y al grupo “Ex Soldados Clase 61” que actualmente y con admirable ahínco se empeñan en brindar su auxilio a los abuelos”.