El sector gastronómico local es uno de los más golpeados por la crisis e intenta sobrevivir hasta la temporada estival
La caída del consumo, la pérdida del poder adquisitivo de la clase media por la inflación, coloca al sector gastronómico de nuestra ciudad y la región como uno de los más afectados por la crisis económica, debido a que es uno de los primeros gastos en resignarse en las economías domésticas. La constante afluencia de uruguayos contribuye a que en la actividad se pueda sostener el empleo. Algunos intentan llegar a la temporada con
Los empresarios gastronómicos locales intentan superar la baja en las ventas de su servicio hasta que la temporada estival revierta la situación y dinamice la actividad. Los grandes salones con mesas perfectamente acondicionadas para recibir a los comensales, cuesta cada vez más llenarlos pese a las promociones y descuentos con tarjetas de créditos.
Para poder subsistir, los empresarios deben hacer recortes y hasta tomar deudas para hacer frente a los gastos corrientes de sus negocios. Deben hacer frente a incrementos de los alquileres, de los insumos y salarios, que inevitablemente se tienen que trasladar al costo de los servicios que brindan, haciendo que cada vez sea más difícil encontrar clientes.
Por estos días, pocos restaurantes toman refuerzos de personal los fines de semana, algunos se atrasaron en el pago de las leyes sociales; son pocos los que abren todos los días y algunos optaron por bajar costos operativos y abrir cuatro días a la semana. Otros lograron sobrevivir los peores meses con sus ahorros, pero ya se están agotando, y también tuvieron que sacar créditos para hacer frente al pago del medio aguinaldo de junio.
Aún no hay despidos, ni suspensiones en el sector, gracias a la constante afluencia de uruguayos, que favorecidos por el cambio, reactivan la gastronomía local los fines de semana.
“En la calle notamos como la gente se cuida más a la hora del gasto y el consumo bajó, lo que termina repercutiendo en las empresas que no pueden sostener la cantidad de empleados”, agregó Julio Roh, secretario general de Gastronómicos seccional de la Costa del Uruguay.
La Seccional, con sede en la ciudad de Concordia, abarca desde el complejo Zárate Brazo Largo, todas las localidades de la Costa del Uruguay hasta, Federal, San Salvador y Villaguay.
En la ciudad de Colón a estar tan solo 10 Km el paso fronterizo la crisis del sector gastronómico no se siente tanto como en Gualeguaychú, Concepción del Uruguay o Concordia.
“A los uruguayos le favorece el cambio y vienen mucho a Colón sobre todo los fines de semana en el que los restaurantes trabajan bastante”, dijo el dirigente sindical.
“En todas las localidades la crisis comienza a sentirse, los empresarios abren un día menos en la semana, otros cierran dos a tres días en la semana, otros dejaron de contratar al empleado que tomaban los fines de semana como refuerzos. La merma en la actividad se está notando, pero no es tan profunda como lo que está pasando en Capital Federal donde se destruyeron 4500 puestos de trabajo”, dijo.
Según la medición de la Dirección de Estadísticas y Censos de Buenos Aires -que hace su relevamiento a partir de las declaraciones juradas del impuesto sobre ingresos brutos, en el primer trimestre del año las ventas de los restaurantes porteños cayeron un 12% en relación con el mismo período de 2013. La caída fue aún más pronunciada si se compara con el último trimestre de 2013, con un descenso del 19,1 por ciento lo que provocó el cierre de 350 restaurantes en el último año en esa provincia.
Gualeguaychú no es ajena al cierre de restaurantes, luego de la temporada los emprendimientos con menos años de antigüedad, no lograron sobrevivir, como sucedió con la parrilla La Criolla ubicada en 25 de Mayo y San Lorenzo; Campo Alto, frente a la Plaza Colón, que tras años de funcionamiento, cerró luego de la temporada o la parrilla ubicada en Av. Parque casi Montevideo, en cuyo local ahora funciona un bar que solo abre los fines de semana. Estos negocios fueron instalados para funcionar todo el año, pero no lograron sobrevivir tras los crecientes costos operativos y una mala temporada estival.
“Los empresarios están tratando de mantener a los empleados, pero eso lo están haciendo echando mano a los ahorros o sacando un crédito para pagar las leyes sociales”, dijo Maira Marín presidenta de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos de la ciudad.
“Por ahora no hay despidos en Gualeguaychú, aunque debemos destacar que al ser una ciudad de frontera nos favorece el hecho de que vengan uruguayos a nuestra ciudad, que es una ayuda muy buena, desde mi punto de vista muchos negocios del sector gastronómico pueden sostenerse gracias a la llegada de uruguayos”.
En este sentido, Julio Roh, agregó: “Estamos esperanzados de que la situación se revierta cuando llegue la temporada, pero estos dos meses que faltan para llegar a fin de año, al empresario se le está haciendo muy duro. Pero desde las cámaras empresarias no nos han presentado ninguna situación de crisis, no nos plantearon suspensiones o reducciones horarias, lo que si hay cierra de restaurantes, pero siempre estamos atento a tratar de reubicar a los trabajadores despedidos mediante nuestra bolsa de trabajo”.
En Gualeguaychú, los empresarios tratan de poder sobrevivir con promociones los días de semana donde hay menor venta para que la gente vaya, pero se le hace difícil poder sostener la estructura, porque a la clase media ya no le alcanza para darse esos gustos.
“Nosotros apostamos al verano, que al ser nuestro principal cliente el turista de Capital Federal, opte por vacacionar en lugares cercas y no irse tan lejos a raíz del costo del combustible, y opte por venir a nuestra zona, lo que acarreará beneficios al sector gastronómico y turístico en general,” expresó Roh.
A la caza de uruguayos
Para incentivar el arribo de uruguayos a nuestra ciudad, el Consejo Mixto de Turismo realizó promociones el último invierno en los principales centros urbanos del vecino país. El flujo de familias uruguayas fue constante a lo largo del año, principalmente los fines de semana.
“Desde la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos tratamos de estar presente para apuntalar diferentes acontecimientos deportivos como el básquet sub 19, el canotaje, la gente de Entremate, colaboramos con los chicos de la carrera de gastronomía aportando la mano de obra para bajarle el costo a las instituciones que generan acontecimientos y los uruguayos cruzan a mirar todos estos acontecimientos que llevan dos o tres días y se quedan a comer y a dormir contribuyendo a la actividad gastronómica y hotelera de la ciudad”, manifestó Marín.
La comida en los restaurante hoy es cara, porque el precio de los alimentos se disparó, al igual que el costo del gas natural, la electricidad, el salario y los alquileres.
Hace una década, de cada 100 pesos que ingresaban en un restaurante, 25 se destinaban a la compra de insumos; 25, al pago de sueldos; los alquileres se llevaban 8 pesos, y otros 17 se repartían entre servicios e impuestos, con lo cual, en un negocio que gozaba de buena salud, el dueño tenía una rentabilidad bruta de 25 pesos.
Hoy, el panorama es completamente diferente. Los insumos se llevan 35 pesos y un monto similar se destina a los salarios. La incidencia del alquiler se redujo a 6 pesos y los servicios e impuestos significan otros 14, con lo cual la ganancia del dueño, en el mejor de los casos, llega a los 10 pesos.
Los empresarios gastronómicos se quejan además de que a los problemas que enfrentan en materia de la caída de la demanda y pérdida de rentabilidad se sumó el impacto que tendrá en su negocio el acuerdo salarial que acaban de cerrar con el gremio de los gastronómicos que llegó al 35 por ciento escalonado y ahora lo que corre riesgo es la fuente laboral porque, con este panorama, empleado que se retira es un empleado que no se repone.
El lunes de esta semana el sector gastronómico local tuvo que reacomodar los precios entre un 10 al 20 por ciento en las cartillas del menú, para intentar absorber nuevos costos en los insumos y salarios.
No obstante aún quedará pendiente otro aumento en el servicio de cara a la temporada estival. Para esto los empresarios gastronómicos se reunirán afines de octubre, con el Consejo Mixto de Turismo a fin de analizar costos y cargarlos al menú para dejarlos como los precios definitivos que tendrán los restaurantes durante la temporada.
“La mayoría está diciendo que van a tratar de trabajar con un margen mínimo de ganancias, es por eso que vamos a reunirnos antes de definir los precios con el Consejo Mixto de Turismo para hacer un relevamiento y definir los precios de cara a la temporada estival”, explicó Maira.
“Ahora estamos trabajando con una tarjeta de promoción que llevará el nombre de “Gualeguaychú Dorado” que tendrá entre un 10 por ciento de descuento en restaurantes y el 20 por ciento de descuento en hotelería que regirá desde octubre a diciembre, que son los meses que nos quedamos muy estancados en las ventas. Con esta promoción vamos a estar en la Feria Internacional de Turismo y la vamos a repartir con la revista que hace el Consejo Mixto de Turismo para apuntar sobre todo a matrimonios y familias”, dijo.
Los descuentos también estarán en paseos náuticos y termas con el objetivo de reactivar la actividad turística y sobre todo el sector gastronómico que tantos puestos de trabajo genera todo el año en nuestra ciudad.
POR DIEGO ELGART
EL ARGENTINO
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