En la Catedral, la Pascua de Resurrección fue celebrada con la Misa Criolla y Opus Cuatro
Por Silvina Esnaola EL ARGENTINO La Misa de este Domingo de Pascua en la Catedral San José fue una celebración que salió del común.
Por tratarse de la fiesta del cristianismo en la que se conmemora la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado, la Catedral estuvo colmada durante esta celebración, que contó con la particularidad de la interpretación de Opus Cuatro de la Misa criolla, la obra trascendente de Ariel Ramírez.
La presentación aquí del cuarteto fue gestionada por Radio Del Pueblo, 89.9 y su titular, Alberto Dorati, dijo a EL ARGENTINO “fue posible por el aporte de comercios, empresas y una gran cantidad de amigos, para que todo el pueblo de Gualeguaychú viva esta Pascua cantando”.
A esto agregó que tras una presentación en Concordia y como “les encanta venir a Gualeguaychú, donde tienen su público, me propusieron hacer aquí la Misa Criolla. Hablamos con Monseñor Lozano y con Raúl Benedetti y los dos estuvieron de acuerdo”.
La relación de Dorati con los Opus Cuatro, “más que nada con Federico Galiana y con Alberto Hassan, que ya no está”, tiene unos cuarenta años, a lo largo de los cuales junto a Meyi Carraza han sido los gestores de las presentaciones de grupo en Gualeguaychú en varias ocasiones.
Como la de ayer, que hizo que mucha gente llegara bastante antes del comienzo de la Misa de las once y también, como dijo después Benedetti, para escucharlos.
Lo cierto es que la Catedral estuvo, como decimos al comienzo, colmada de gente que compartió la celebración tan especial de ayer, con las intervenciones de Opus Cuatro y con todos sus momentos, como el rezo del Padrenuestro con los chicos en torno al altar y el reparto de chupetines al finalizar la ceremonia.
Un pedacito de la historia
Simón Fahley, Andrés Bugallo, Hernando Irahola y Federico Galiana interpretaron ayer la Misa Criolla, la obra musical religiosa y folclórica creada por Ariel Ramírez y dedicada a dos monjas alemanas que ayudaron con alimentos a los prisioneros de un campo de concentración durante el nazismo.
Para realizarla, Ramírez contó con los los sacerdotes Antonio Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade, que adaptaron los textos litúrgicos. Y tras grabarse en 1964, la obra fue lanzada como álbum en 1965, con la interpretación de Los Fronterizos (Eduardo Madeo, Gerardo López, Julio César Isella y Juan Carlos Moreno), Jaime Torres (charango), Chango Farías Gómez (percusión), Raúl Barboza (acordeón), Luis Amaya (guitarra), la Cantoría de la Basílica del Socorro dirigida por el Segade y una orquesta integrada por instrumentos regionales dirigida por el propio Ramírez.
¿Por qué una obra dedicada? La historia de la Misa Criolla cuenta que cuando Ariel Ramírez era un músico desconocido y residía en un convento en Würzburg (Alemania) en los años cincuenta, se relacionó con dos monjas, las hermanas Elizabeth y Regina Brückner, quienes le contaron que una hermosa casona frente al convento había sido un campo de concentración durante el nazismo -apenas unos años antes- y que ellas, a pesar de estar castigado con la muerte, noche a noche llevaban comida a los prisioneros.
“Al finalizar el relato de mis queridas protectoras, sentí que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto del hombre relacionado a Dios, como su Creador”, decía Ramírez, que también insistía en que la obra no debía considerarse un mensaje estrictamente católico, sino como la expresión de un sentimiento universal, vinculado al deseo de paz que existe en todas las culturas humanas.
“Gloria a Dios en las alturas y en la tierra, paz a los hombres...” dice el carnavalito-yaraví.
Y el deseo se comparte allí donde llega la obra de Ariel Ramírez, que ayer le dio su significación al domingo de Pascua.
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