CORAZÓN ROJO Y NEGRO Y DE CENTRAL
Grego Farina, director de Marí-Marí: “Es un sueño dirigir la comparsa de la cual soy hincha fanático”
Hace más de diez años llegó al Carnaval como un espectador más, sin pensar que el destino lo traería de vuelta para convertirse en el director de la comparsa más ganadora del Carnaval del País. De su fanatismo por los colores rojo y negro, a la confesión de ser un pésimo dibujante. En exclusiva para Diario El Argentino, una charla íntima donde Grego nos cuenta por qué decidió irse de su Carcarañá natal para instalarse en Gualeguaychú.
Por Germán Farabello
-¿Cómo fue tu recorrido para convertirte en Director de Marí-Marí? ¿En qué momento comenzaste a tener ese objetivo?
-El objetivo me lo plantee cuando desde el Club me hicieron una pregunta bastante seria. Fue el año de la pandemia que se había suspendido el Carnaval. Yo me había ofrecido voluntariamente a acomodar el inventario de trajes que tiene el Club. Para que te des una idea hay trajes desde el 2004. Me vine desde mi ciudad (Carcarañá, Santa Fe), ya que trabajaba de manera virtual, así que me instalé en plena pandemia. Cuando llegué no me conocía nadie. Ya se hablaba de un carnaval de reciclaje para el 2022 y a los directivos les interesó que yo les decía: -“Acá tienen para armar varias comparsas con todos los trajes que hay”. Ahí surgió la idea de presentar una carpeta. Jamás se me había cruzado esa opción. Yo había dirigido una comparsa en mi ciudad, y la realidad es que salvando las distancias es lo mismo, porque como Director hago lo mismo que hacía allá. La diferencia es que acá todo es más sofisticado, más complejo, hay más gente, más dinero en lo diario, la inversión es enorme. Sabía que esa parte me la bancaba porque allá trabajaba como Ingeniero de Sistemas, era una especie de director de equipo. En un mes armé la carpeta, y me preguntaban si yo no sabía qué hacer ¿a dónde salía corriendo a armar un equipo? Yo tampoco conocía mucho. El proyecto se llamaba Amanecer Prometido pero era una historia distinta, el objetivo era el mismo pero tenía otros ribetes, que los ajusté después analizando un poco cómo se venía dando el carnaval.
Finalmente ese año no quedé. Aunque les había gustado la carpeta no tenía contacto con toda la comisión directiva, solo con algunas de las personas que la integran, entonces el resto no me conocía y dije “perfecto, mejor”, porque me había animado de una, en un mes preparé todo.
-El argumento de Amanecer Prometido ¿Surgió en el momento o era una idea que ya tenías?
-Yo había revisado todos los trajes que había y armé una idea desde lo que se podía reciclar. Tenía la historia del Sol y demás pero contada de otra forma. Viendo cómo se desarrolló el carnaval del 2022 cuando me llaman de nuevo dije: “Hay que darle una vuelta”. Esa era una carpeta de reciclaje y con Facundo Lucardi (Asistente de Dirección) le dimos una vuelta a la historia. Al principio volamos mucho y después bajamos un poco pero insisto en que la historia siempre fue la misma desde el principio, pero contaba desde otro punto de vista. Facundo fue el primero en sumarse al proyecto sabiendo que él iba a estar conmigo si quedaba.
-Siendo Ingeniero en Sistemas, ¿Cómo fue presentar una carpeta con diseños de trajes, carrozas y demás?
-La presentación de carpeta fue algo que me generaba muchísimas dudas, porque no sabía ni cómo era. Hasta le pregunté a Raúl Vega (periodista de Carnaval) si él tenía idea de cómo se presentaba una carpeta. Y la realidad es que no se presenta una carpeta entera, sino un argumento, una sinopsis con bocetos de las carrozas y un par de trajes. Dibujo muy, muy mal, pero muy mal, son malísimos mis dibujos (risas). Tengo muy en claro lo que quiero hacer, la materialidad, colores y demás, pero soy malísimo dibujando. A esos cuatro trajes que presenté en la carpeta les puse todo mi esfuerzo, y quedaron bastante respetables. Cuando quedé confirmado automáticamente lo busqué a Nico (Collazo) para empezar a trabajar en el vestuario. La realidad es que el laburo fue en conjunto. Yo lo nutro a él de lo que quiero, y él lo entiende a la perfección. Obviamente Nico tiene sus líneas que a mí me encantan, de hecho por eso lo busqué a él. Hay todo un debate con eso de las líneas de diseño y de las bastoneras, pero la realidad es que son las líneas de quien hoy es el Asistente de Vestuario de Marí-Marí. La verdad es que laburamos súper bien y él termina haciendo un montón de los diseños desde cero. A mí eso me parece fantástico y no se me caen los anillos por decirlo. Es un equipo, y es tanto lo que hay que hacer como Director, que me parece genial que cada uno pueda colaborar.
-Sabemos que Marí-Marí es una supercampeona y de repente te toca asumir el rol de Director ¿Eso pesa a la hora de llevar adelante el proyecto?
La realidad es que lo asumí con muchas ganas y conociendo el Club, conociendo el patio como un integrante más. También con una relación espectacular con los Directivos, que salen a resolver los problemas y me bancan a mí y al equipo, así que se me hizo muy fácil en ese sentido. Yo sin el equipo no puedo, no soy ningún superhéroe así que realmente si no es en equipo, por más que pueda coordinar el taller, no quiere decir que pueda hacer todo lo que hacen todos, de ninguna manera. Por ejemplo hoy tener un Meke (Arakaki) en carrozas y es algo que vamos a mostrar con Facu, lo que era nuestro diseño de la carroza de apertura y lo que terminó siendo después de pasar por las manos de Meke. Para mí quedó espectacular y quizás antes no era tan así y el equipo que formamos fue por eso. Si no, buscas a alguien que solo cumpla con sus tareas y haga todo lo que yo quiera, pero a mí no me daba para hacer eso. Además dejé de trabajar en abril como Ingeniero y en mayo ya estaba acá arrancando a hacer moldes.
-¿En qué momento te enamoraste de Marí-Marí y quisiste formar parte de esta comparsa?
-Yo soy muy fanático de mi club en Carcarañá, y como todos los fanáticos los colores son súper importantes y en este caso son los mimos: rojo y negro. Vine a Gualeguaychú en 2011 y vi una comparsa por la cual todos se volvían locos. Sin entender mucho de carnaval veía banderas rojas y negras en todas las tribunas y me volvía loco porque pensaba: “son mis colores “. Cuando vi a Marí-Marí que ese año presentaba Fobo dije: “bueno, listo”. Me encantó todo el espectáculo, ni hablar que ese año fue súper especial para Marí-Marí. Todo eso hizo que diga “quiero estar acá”. Después seguí viniendo, aunque venía poco porque estaba terminando la secundaria y no me daba el mango para venir y quedarme. Muchas veces viajaba y me volvía en la misma noche, pero a partir de eso empecé a venir seguido. Al patio de Central vine por primera vez en 2015, que se presentaba Cuentan que Cuentan, ese año volvía Adrián desde Kamarr para acá. Ahí yo tenía una relación muy buena con Martín Irigoyen (Director musical de Toque de Samba), fue uno de los primeros que conocí y nos hizo música para Carcarañá, entonces a partir de esa relación vine por él y desde ahí no me sacó nadie.
-Te viniste a vivir a Gualeguaychú hace casi un año ¿Qué perdiste y qué ganaste al vivir acá?
-Me vine en febrero apenas terminó el carnaval de Carcarañá. Mis veranos los venía pasando en Gualeguaychú, había estado con el tema de hacer videos para el carnaval y demás. Esta vez me instalé y a fines de febrero surgió esta posibilidad de dirigir entonces me quedé. Recién en mayo me mudé solo porque me había estado quedando en lo de una de mis amigas. Quizás lo que perdí que más me duele es estar lejos de mi familia, soy recontra familiero. También estar lejos de mi club (Club Atlético Carcarañá), de hecho soy dirigente. En este momento estoy de licencia pero sino de lunes a lunes estoy ahí adentro. Igualmente pude darme cuenta que puedo estar lejos. Otra cosa es poder trabajar desde mi casa con comodidad, pero esto tiene algo que aquello no tiene y gané la experiencia, conocer un montón de gente, esto que para mí es un sueño cumplido: dirigir la comparsa de la cual soy hincha fanático y creo que eso engloba un montón de cuestiones, todo eso es ganancia para mí en mi vida.
-¿Cuál es tu visión artística sobre el carnaval y cuál es la estética que proponés?
Lo mejor que tiene el Carnaval es la conjunción de un montón de ramas del arte, algo que está buenísimo y que intentamos hacer bastante este año es empezar a explotar algunas de esas ramas que siempre estuvieron, pero que estaban ahí simplemente para cumplir. Por ejemplo lo que es iluminación siempre fue simplemente poner tachos en las carrozas y alguna vez algo más jugado. Este año apostamos muchísimo, vinimos a darle una estética moderna a una Mari-Marí que tiene su estilo. Obviamente hay un estilo que le dio Adrián (Butteri) durante años y yo vengo a respetar eso, aportando la línea de Nicolás (Collazo) y con nuevas ideas mías. Hasta Facu (Lucardi) hace aportes en lo que son los diseños, así que creo que el resultado está bueno. Ahí está la conjunción de un montón de ramas que estamos tratando de explotar un poco más y también de ideas de un montón de gente. Desde el principio lo concebí así, de que todo el que pueda aportar y forme parte del equipo… por qué no.
-¿Cómo fue la elección de la reina de la comparsa?
-A la reina la elegí yo. El año que estuvo la pandemia Marí-Marí hizo un show en el Esatdio Obras en Buenos Aires, y Tato (itatí Guerra, Reina actual de Marí-Marí) fue la apertura de ese show. En ese momento no sabía quién era, la había visto acá en el patio, pero ese año sentí que se destapó. De hecho, le mandé un mensaje esa noche y le dije: “No te conozco, pero qué fantástico, ojalá tengas tu lugar en la comparsa”. Desde ahí pegamos buena onda. A los dos años vino Cosa de Mujeres y ella salió en el ballet de Batucada. Claramente es una chica que se distingue por lo buena bailarina y por la actitud que tiene, además de que es bellísima. Ahí empecé a ver que como mínimo tenía que ir sola. A mí me gustan las bastoneras que se la bancan, tienen actitud y van al frente. Este año cuando surge lo de ser director y retomo esa carpeta, le doy una vuelta a la historia y resulta que la reina me representa el despertar del Sol, que es cuando Momo con su ejército lo libera, y el Sol se despierta. De ahí viene el Amanecer Prometido, que está representado en la segunda carroza que le hace de fondo a Tato. Tenía que ser una reina con chispa, no podía ser una reina elegante y nada más, sino que vaya al frente con actitud. La propuse y todos me dijeron que sí. La verdad que Tato es genial, es de Marí-Marí, arrancó en 2009 y nunca salió en otro lado. Los años en que la comparsa no desfiló ella viajó con los tours. Me parece que todo en ella da para que hoy tenga este rol, que además ha sorprendido a más de uno.
-Respecto a la elección y trato con los integrantes ¿Participas de la selección y de los lugares que van a ocupar?
-Yo elegí los puestos destacados, los trajes principales que son Reina, Pasista, Embajadores y Bastonera de apertura. Con el resto de los integrantes no tuve mucha incidencia. Me encontré con tanto trabajo acá adentro que cuando llegó el momento de las inscripciones me di cuenta que no iba a poder. Así que quedó un grupo de colaboradores del Club y de Directivos armando esa parte. Por otro lado a las bastoneras de las escuadras sí las elegí yo. Pienso que todas las bastoneras primero tienen que cumplir un rol en particular, no sólo ser una bailarina o ser excelentes en el desfile. Hay chicas que sólo desfilan y hay chicas que son bailarinas y son excelentes, pero no siempre necesito una bailarina o una pasista. Entonces busco armar una comparsa que tenga ese impacto, sobre todo también en el vestuario que le dimos mucha importancia a las bastoneras. De hecho desde la primera noche salieron todas las bastoneras al 100%. Se habla mucho de volver a la mística de Marí-Marí y de volver a los buenos años. No me pareció mal recuperar algunas de las chicas que han sido emblema de la comparsa y que habían dejado de salir.