Jóvenes de la ciudad se unieron en un grito contra el consumo de drogas
“Juntos podemos detener esa falsa felicidad que destruye nuestro mundo”. “No te mates lenta y progresivamente. Decí NO”, son algunos de las decenas de carteles que ayer fueron desplegados en el gimnasio del club Central Entrerriano. El mensaje fue claro y certero, y apuntó a desarticular la superficial felicidad que otorgan las drogas a quienes las consumen.
Las drogas son una realidad que debe ser debatida en la escuela y en el interior de cada hogar para tratar de mejorar la calidad de vida de todos. Además, son los ámbitos propicios para develar la verdadera felicidad y no aquella que deja un vacío.
El evento que ayer reunió a una multitud de adolescentes se enmarca en las Jornadas de Concientización y Lucha contra las Adicciones, organizadas a través del obispado de Gualeguaychú, y que finalizan hoy con una Misa de la juventud en el atrio de la Catedral San José a partir de las 11.
“Queremos una vida dina y es tarea de todos”, decía otro de los carteles confeccionados por alumnos de los colegios participantes: Villa Malvina, Pio XII, Nuestra Señora de Guadalupe y Nuestra Señora de Fátima.
Fue una verdadera fiesta la que se vivió en el gimnasio José María Bértora de nuestra ciudad. Los jóvenes saltaron, cantaron y vibraron al ritmo de una fiesta limpia, bien alejada de las drogas, del alcohol y el cigarrillo, como señal de una actitud que desafía claramente a la cultura de la muerte.
Y lo más importante es que quien dio el mensaje es la juventud, el principal blanco de los narcotraficantes. Voz que se debe sumar a la de toda la sociedad en “una batalla que es tarea de todos”, según afirmó una vez Juan Pablo II.
Ese es el compromiso que a mediados de este mes intentaron plasmar los especialistas Horacio Reyser y Marcela Ovejero, de la Comisión Nacional Pastoral de Adicciones de la Conferencia Episcopal Argentina. En esa oportunidad y ante un auditorio de jóvenes y adultos, Reyser reveló que el tráfico de drogas moviliza 700 mil millones de dólares anuales.
Para combatir todo ese negocio, es fundamental la educación y la prevención. “Una persona educada sabe lo que pude y debe hacer”, indicó. Como ayer, la idea fue que además de la transmisión de conocimientos, las jornadas apunten a acompañar a los alumnos de todos los colegios de la ciudad en el momento de discernir y tomar consciencia del daño que pueden producir las drogas en sus vidas.
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