LOCALES
La crecida del Río Gualeguaychú no da tregua y hay más de 20 personas evacuadas
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
Ya hay 21 personas fuera de sus hogares, en calidad de evacuados en los Galpones del Puerto.
El agua y el viento del cuadrante sur no dan tregua en Gualeguaychú.
Ya se sabe que el viento del sudeste complica a la ciudad, especialmente cuando por su intensidad cobra características de sudestada, porque impide que las aguas del río Gualeguaychú desagote en el río Uruguay.
La crecida del río en estos días se la esperaba, pero como ocurre siempre, cada vez que llega no hay remedio y hay que actuar de manera preventiva, solidaria y sin generar innecesarias alarmas. En eso, Defensa Civil Municipal tiene mucha experiencia y sabe estar a la altura de las circunstancias, junto a una comunidad que nunca es indiferente al drama de las inundaciones.
Por el momento, el coordinador del Comité de Prevención Local, Cristian Mange, confío a EL ARGENTINO que hay 21 personas evacuadas en el centro habilitado para esos fines en los Galpones del Puerto. También indicó que todas las áreas municipales que son necesarias trabajan en la contención de este grupo, tanto en la asistencia integral como en la necesidad de que no pierdan sus rutinas habituales.
A las 15 de ayer, el río en el puerto local registró una altura de 3,78, pero oscilante de acuerdo a la intensidad del viento que sopla desde el cuadrante Sur.
Respecto de las 21 personas evacuadas, desde la Municipalidad se indicó que se trata de dos familias que viven en inmediaciones del Camino de la Costa y de otras que mora en la zona de Los Espinillos, que es la prolongación de calle Misiones después del bulevar Nicolás Montana.
De esas 21 personas, 6 son adultos y 15 menores de edad. Mange también observó que además hay varias familias autoevacuadas, que se trasladaron por sus propios medios a distintos domicilios, presumiblemente de familiares.
Desde una lectura más técnica, la Municipalidad destacó que el caudal de agua proveniente de Salto Grande tiene su repercusión en la ciudad, tal y como lo ha advertido el área de Defensa Civil, sumado a las inclemencias climáticas.
En virtud a los fuertes vientos del sector Sur no se descara que el río Gualeguaychú llegue a estar por encima de los 3,80 metros (nivel de evacuación) en el puerto local y que luego se experimente una situación inestable entre descenso y crecida.
Todas las miradas están puestas en este comportamiento hidrológico, dado que de ello dependerá retornar cuanto antes a la normalidad.
Por otra parte, el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, a través de la Secretaría de Gestión, trabaja de manera articulada con la Municipalidad de Gualeguaychú para brindar asistencia a familias evacuadas y continúa monitoreando la situación en toda la costa afectada por la crecida del río Gualeguaychú.
La cartera Social envió elementos de primera necesidad para las familias evacuadas de la zona del Camino de la Costa, que se encuentran alojadas en los Galpones del Puerto de la ciudad.
En el contexto de las inundaciones que afectan también a la costa del río Uruguay, la provincia se encuentra en constante comunicación con las autoridades locales para coordinar la ayuda necesaria.
Al igual que en otras jornadas, desde el área de Salud se solicita especial colaboración a toda la población en no ingresar ni permanecer en el agua de inundación a aquellas personas que no se vean afectadas por este fenómeno o que no cumplan función específica en el área afectada. La especial solicitud tiene fundamento en la necesidad de prevenir enfermedades provocadas por el agua de inundación, especialmente las enfermedades de piel, picaduras de insectos y otras graves como la leptospirosis; evitando así sufrir innecesariamente consecuencias sanitarias en la población.
Los canales oficiales por teléfono son los siguientes:
* 103 (Defensa Civil).
* 106 (Prefectura Naval Argentina) y el (3446) 556096.
La crecida del río Gualeguaychú y sus múltiples causas
El gobierno municipal dio a conocer en junio de 2019 un informe en el que dio cuenta sobre las múltiples causas que generan la crecida del río Gualeguaychú y que hoy tienen una actualidad insoslayable.
En ese entonces, se indicó que la Municipalidad da cumplimiento a los objetivos de la planificación estratégica enmarcados dentro del Compromiso Ambiental, que luego se convirtió en una de las principales políticas de Estado que se implementaron en la ciudad. Glifosato cero, no al barrio fluvial Amarras y frenar el desmonte fueron algunas de las manifestaciones que se realizaron desde entonces.
Ya en ese entonces, la Municipalidad de Gualeguaychú solicitó al Gobierno provincial la paralización y demolición de las obras del barrio náutico Amarras. La nota destaca que “todas las previsiones que el estudio realizado por los técnicos y científicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, designada por la Secretaría de Ambiente de la provincia han ocurrido, y se han verificado en la inusitada y cruenta inundación que sufre nuestra ciudad desde el día 18 de junio, donde la aguas provenientes del desagüe de los campos producto de las lluvias que han azotado la cuenca, no han podido desagotar naturalmente, potenciado por la grave afectación del valle de inundación que se ha producido por las obras de elevación de una vasta zona costera a raíz de la construcción del barrio náutico Amarras sobre la costa este del Rio Gualeguaychú”.
En tal sentido se solicitó “que en el marco del procedimiento administrativo ordene la paralización de las obras y la demolición de todo el relleno que Altos de Unzué SA ha construido sobre el valle de inundación, obras que se han continuado ejecutando al amparo de ilegítimas autorizaciones administrativas de la Municipalidad de Pueblo General Belgrano, que esta Municipalidad viene denunciando sistemáticamente”.
“Los terraplenes en la zona del loteo se han elevado entre 8 y 9 metros, tan es así, que hoy –se indicó en 2019-, Amarras es el único lugar no inundado de toda la zona, ello en función de que el agua que desplaza el terraplén ingresa profundamente en el casco urbano impactando de pleno en la ribera opuesta afectando zonas densamente pobladas (Barrios Cuchilla, Tiro Federal, entre otros) que se ve hoy aumentado severamente por la inundación de sus viviendas. Tal como lo hemos expuesto en las distintas instancias, la obra nunca fue expuesta a la consulta y a la participación plena de los habitantes de Gualeguaychú quienes debieron ser informados conforme a las pautas de ´comunicación plena´ que debe darse en este tipo de emprendimientos”, se destacó.
La destrucción del monte nativo para dar lugar al monocultivo
En ese informe, Nicolás Bertrám investigador del INTA de Marcos Juárez sostuvo que “el modelo productivo que adoptó la Argentina quiebra la regulación natural, el monocultivo con agrotóxicos le deja lugar a la deforestación y a la ganadería. En la década del ´70 la napa estaba a 14 metros de profundidad, hoy está a medio metro. Es un fenómeno que llegó para quedarse, excepto que tomemos otro camino respecto del consumo de agua. Consumir agua es poner pastura, poner dobles cultivos, forestar ambientes con mayor riesgo. Tenemos que poner especies vegetales que consuman por lo menos lo que está lloviendo en el año. Si no consumimos lo que llueve en el año, con una napa que está a 50 centímetros, esto nos va a traer dolores de cabeza todos los años, inclusive los años en que llueve menos de lo normal”.
La importancia de los humedales para evitar inundaciones
También en ese estudio –al que accedió EL ARGENTINO- se indicó que “los humedales, denominados de esta manera por ser húmedos, son zonas de la superficie terrestre que están temporal o permanentemente inundadas, o saturadas con agua durante un tiempo considerable, que tienen ecosistemas con biodiversidad específica que pueden vivir en ellos. Se incluyen en el concepto lagunas, pastizales, inundables, esteros, zonas costeras de ríos y de mar, entre otras. Todos comparten una característica: el agua juega un rol fundamental determinado por su estructura y su funcionamiento ecológico y donde el agua se junta con la tierra”.
“El atropello más grave que sufren estas áreas que deben ser priorizadas, lo constituyen las urbanizaciones emplazadas en esas superficies, relleno y dragado para construcción de barrios náuticos privados y la agricultura convencional, sin atender las recomendaciones de las opiniones técnicas”, se resaltó.
“Otro de los factores que alteran gravemente los humedales, son los agrotóxicos, que van cambiando las propiedades y componentes de dichos ecosistemas. Las consecuencias de esta urgencia ambiental están a la vista diariamente, ya que Gualeguaychú, al ser una ciudad costera, posee diversos humedales a la vera del rio, los que al no ser reconocidos como tales se encuentran desamparados, sufriendo aumentos atípicos de inundaciones, disminución de la fauna y flora, alteraciones en el paisaje natural, etcétera, lo que obliga a repensar nuestras acciones”, se consignó.
“Los humedales son indispensables por los innumerables beneficios o servicios ecosistémicos que brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático. Tienen la capacidad de brindar beneficios y servicios ambientales para el bienestar humano: poseen la capacidad de mitigar inundaciones debido a la composición de esponja que le permite absorber el agua en momento de exceso y la libera en momento de sequía”, destacó el informe que tiene hoy una vigencia incuestionable.
Preservación de la costa ribereña, una política de Estado
En diciembre de 2016 el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza que determina la prohibición de la habilitación y/o construcción de todo nuevo emprendimiento residencial, turístico o de cualquier otra índole, así como también toda actividad, obra, movimiento de suelo, relleno de terrenos y construcciones que se pretenda realizar en las costas ribereñas del ejido Gualeguaychú, tanto sobre el río Uruguay, el río Gualeguaychú, así como sobre el arroyo Gualeyán y arroyo El Cura, otros arroyos internos y/o cañadas que desagüen en ellos, que impacten definitivamente en forma negativa sobre el suelo, aire, agua, biodiversidad y/o ecosistema a la vera de las mencionadas costas, alteren el medioambiente y/o el cauce natural de las aguas.
Entre sus extensos fundamentos se encuentra considerar la importancia y abundancia de los humedales, y allí detalla que actualmente el 23 por ciento de la superficie de Argentina está ocupada por humedales. “Estos sistemas que ayudan a preservar la calidad y cantidad de agua dulce aprovechable y aunque es coherente pensar que no se puede permitir que se pierdan humedales por motivos ambientales, sociales o económicos”, aclara la norma, y concluye “es probable que ya se haya perdido el 50 por ciento de los humedales presentes en el mundo”.
En este sentido, la ordenanza de Costas ribereñas –se recordó en el informe- se enmarca en el deber del Estado Municipal de salvaguardar el patrimonio natural, a fin de que las futuras generaciones puedan apreciar los espacios naturales, asegurando el bienestar de la población, la protección del medio ambiente, el equilibrio ecológico y la estética paisajista.
Dragado del río Gualeguaychú
En el informe, se aseveró que “es un valor fundamental para nuestra visión de Estado la integración de los pueblos libres, su desarrollo, prosperidad y el respeto a su identidad como tales, su soberanía, su cultura, su hábitat, el cuidado de su ambiente y salud, y sobre todo su libre determinación”.
“En 2017 la Municipalidad, en conjunto con la Prefectura Naval, inició gestiones ante diversos entes provinciales y nacionales para el redragado del canal de acceso al río Gualeguaychú”.
El río tiene una cuenca de 7.000 kilómetros cuadrados al cuerpo receptor que es el río Uruguay, aliviando la recurrente amenaza de inundación por lluvias extraordinarias en la misma, circunstancia incrementada por el cambio climático
“En 2017 el gobierno municipal envió una nota a la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, donde se describe que los caudales erogados por la represa de Salto Grande próximos a los 30.000 metros cúbicos por segundos producen un arrastre de sedimento que, por razones geográficas, terminan sedimentando en los primeros 100 kilómetros del río Uruguay”.
Y se agregó: “Tal situación, llevó a que ya en 1860 se iniciaran los pedidos de canalización lográndose que, a principios del siglo pasado, el canal de acceso al río Gualeguaychú desde el Uruguay fuera protegido mediante la construcción de una escollera con murallón de 1.900 metros por cinco de ancho constituyendo un canal de 50 metros de ancho”.
“La sedimentación permanente natural del río Uruguay enunciada precedentemente y la falta de redragado de mantenimiento ha producido la obstrucción suficiente para que el acceso seguro al río Gualeguaychú sea inviable en condiciones normales de altura del río Uruguay, aún para veleros”, se describió.