INCREMENTO EN BIENES DE PRIMERA NECESIDAD
Combustibles y electricidad: el combo que impacta de lleno en el costo de los alimentos
A pesar que el Gobierno Nacional anunció la postergación por un mes de los incrementos de luz y gas, las estaciones de servicio amanecieron cambiando los carteles de precios. El incremento en combustibles impacta de lleno en la distribución y costo de alimentos, servicios y transporte.
La nafta y el gasoil subieron sus precios un 4% este miércoles. El ajuste se debe a una actualización por la devaluación y por la recomposición de precios. Por otra parte, informaron que se postergó hasta junio la suba del impuesto a los combustibles prevista para mayo.
Las petroleras subieron un 4% los precios de sus combustibles en las primeras horas del miércoles, según confirmaron fuentes del sector. La mitad de la suba se debe a una compensación por la devaluación y la otra mitad a la recomposición de precios producto de la inflación.
Es importante recordar que hasta hace algunas horas se especulaba con que la suba sea cercana al 8%, pero el Gobierno nacional postergó hasta junio la actualización de los impuestos a los combustibles.
El traslado a los alimentos
Desde el camión que traslada el pan, hasta las frutas y verduras que llegan del mercado central, todo, absolutamente implica combustible. El costo y aumento de la nafta y el gasoil se traslada rápidamente a las góndolas y a los mostradores de las almacenes de barrio.
La leche, el pan, los artículos de limpieza, la carne, la fruta, la verdura, todo recibe cada semana el porcentaje de aumento de las naftas o el incremento en la tarifa de energía eléctrica.
De hecho, la Confederación General de Almaceneros, envió una nota dirigida al Presidente de la Cámara de Diputados, Martin Menem,” a los efectos de solicitarles quieran tener a bien, analizar las posibilidades de sancionar una Ley que impida a las empresas prestadoras del servicio de distribución y abastecimiento de energía eléctrica, facturar en la misma, otros conceptos e impuestos, que no sean exclusivamente energía consumida. Motiva esta solicitud el hecho de que los usuarios deben afrontar tarifas cada vez más elevadas dificultando el acceso a un servicio esencial como es la energía para los comercios de alimentos del país. Consideramos que una medida de esta naturaleza sería de vital importancia para nuestros representados, garantizando el acceso a dicha energía como un derecho humano básico, protegiendo a los comerciantes de tarifas excesivas y así mismo a los consumidores ya que los mayores costos de comercialización indefectiblemente van a incrementar precios; se transparentaría la facturación del servicio eléctrico por kw consumido y esto incentivaría a hacer uso racional de la energía. Sin más, aguardando una pronta y positiva respuesta, nos ponemos a vuestra entera disposición”.
Indudablemente, la energía eléctrica y los combustibles son dos factores de importancia a la hora de intentar mantener los precios de los alimentos, y frenar la escalada incesante.
El impacto del impuesto
El Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) estuvo congelado desde mediados de 2021 hasta febrero pasado, cuando comenzó a aplicarse la primera de cuatro cuotas de incremento en base a la inflación trimestral de 2021 y 2022 según lo dispuesto por la Secretaría de Energía. El Ministerio de Economía espera sumar 0,5 puntos del PBI adicionales este año por este concepto para compensar el intento fallido en el Congreso de subir las retenciones con la primera “Ley Bases”. Una especie de atajo que encontraron para ayudar a sostener el superávit fiscal.
El primero de marzo se computó la actualización del impuesto correspondiente al primer y segundo trimestre del 2023. En abril se aplicó la suba correspondiente al tercer trimestre. Los incrementos promedio de los combustibles fueron 7,5% y 4,6%, respectivamente, lo que totalizó un aumento del 110% desde que asumió Javier Milei.
Según lo definió el Gobierno a través del Decreto 107/2024, en mayo debía trasladarse el incremento correspondiente al cuarto trimestre del año pasado, que sería el de mayor impacto por la aceleración inflacionaria que generó la devaluación. Sin embargo, la fecha finalmente será postergada. Nación confirmó que publicará un Decreto en el Boletín Oficial, a través del cual se diferirá la fecha en la que tendrá efecto la actualización “correspondiente al cuarto trimestre de 2023 de los Impuestos sobre los Combustibles y al Dióxido de Carbono para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, al 1° de junio de 2024
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) estimó a través de un informe al que accedió Infobae que el proceso de aumento del ICL implicará, cuando finalmente sea ejecutado, un incremento del impuesto de monto fijo de $70 que eleva el tributo desde $132 por litro a $202, es decir, un salto del 53 por ciento. Teniendo en cuenta los precios vigentes en YPF, proyectaron: “Considerando el valor de un litro de nafta súper, esta actualización del tributo (bajo el supuesto de traslado pleno) implicaría pasar de un valor de $966 a $1.036 en la ciudad de Córdoba, es decir, un incremento del 7,2%. En CABA pasaría de $837 a $907, aumentando un 8,3 por ciento”.