FALLECIÓ A LOS 96 AÑOS
Ramón Ayala: el cosechero infinito de la música litoraleña
Tras conocerse la triste noticia del fallecimiento del reconocido artista misionero, Damián Lemes, músico y compositor litoraleño de Gualeguaychú, no tuvo dudas de recordar y homenajear al compositor del Mensú para El Argentino.
Por Lautaro Silvera
“Yerba verde, yerba en tu inmensidad, quisiera perderme para descansar, y en tus hojas frescas encontrar la miel, que mitigue el surco del látigo cruel” así contaba y narraba Ramón Ayala con su canto y su sentir “el mensú”. El artista misionero, un creador original, un referente por excelencia de la música litoraleña, falleció este jueves a los 96 años en la ciudad de Buenos Aires.
Tras conocerse la triste noticia, Damián Lemes, cantante y compositor litoral de la ciudad de Gualeguaychú, no tuvo dudas de tomar la palabra para contar sus experiencias compartidas con el gran artista, y esto fue lo que dijo para EL ARGENTINO: “A Ramón lo conocí hace varios años, entre 2014 o 2015. Me llevó un productor amigo, Diego Vázquez, porque yo siempre canté canciones de él. Me acuerdo que escuché “el mensú” y me voló la cabeza. Me empecé a dar cuenta de las canciones que más me gustaban de los autores del litoral eran de él. Una vez lo vi por la tele en Cosquín y me maravilló su estampa, su figura, pero nunca pensé que lo podía conocer”.
Por esos años mencionados, Damián fue telonero del acordeonista Raúl Barboza en el Teatro de Gualeguaychú, y allí interpretó “El señor de los campos”, y sin saberlo, esa canción lo llevó, tiempo más tarde, a conocer a Ramón Ayala. “Se me ocurrió hacer esa canción, que es una obra maravillosa. Alguien la grabó y este productor amigo me llevó a su casa para mostrarle ese video. Me acuerdo que estábamos juntos en su computadora, tomando unos matecitos ahí, y le mostraron esa versión. Y estaba súper nervioso porque estaba al lado del maestro. Y bueno, parece que le gustó mucho”. Pero esta historia no termino allí, porque a Lemes le toco más tarde abrir escenario junto con Ramón Ayala, y tuvo que atravesar un episodio muy particular: “se cortó la luz y tuve que cantar a oscuras, el maestro lo estaba mirando ahí en la penumbra, ahí con María Teresa, su mujer hermosa, divina, tan gentil siempre con todos nosotros. Y se cortó la luz: canté ahí medio a la oscura, por supuesto sin sonido, y cuándo le tocó el turno a él, empezó a cantar y de repente volvió la luz y todos empezaron a aplaudir. Fue una noche preciosa”.
Ramón Ayala y la particular relación con Ernesto Ché Guevara
En otros momentos artísticos, Damián contó con la participación de Ramón Ayala en la grabación del tema “El Fusilador”, una obra compuesta por Lemes, donde narra la historia de quién tuvo que fusilar a Ernesto Che Guevara, tras ser detenido por las Fuerzas Armadas en la Bolivia. “El grabó la primera versión de El Fusilador, una obra mía, porque él conoció al Che Guevara, es increíble, y el Che Guevara le expresó su admiración. El Che le dijo que lo admiraba a Ramón: él cantaba en la selva obras de Ramón Ayala de Reivindicación al Hombre, a la Peonada”. Y para finalizar, Lemes dejo estas últimas palabras para Ramón: “Muchas personas han dicho que es nuestro Atahualpa Yupanqui del litoral, la misma honduras, y digo “tiene” porque está presente. Una vez le pregunté, vos sos consciente de que ya sos eterno, digamos por la estatura de su obra… Él ya está en todos nosotros, y para siempre, porque lo bueno perdura, lo bueno nos trasciende”.
Un Homenaje en vida
Lo más reciente que pudo hacer Damián Lemes fue componer una canción homenaje a Ramón Ayala, que por suerte Ramón la pudo escuchar. “Me contó su señora que se emocionó, que se sintió halagado y bueno ese recuerdo hermoso que tengo de él, mi música cambió para siempre después de aquellas vivencias; está en mí esa experiencia como un poncho de luz”. La canción, inédita aun, esta titulada A Ramón y su autor quiso compartir aquí su letra:
De bravos kapangas
empina el dolor
y riega rosados
lapachos en flor;
un hombre que tiene
su pequeño amor,
gualambeando en el corazón.
Cada vez que suena “El cosechero”,
éste Ramón se va
pisando roja
la eternidad.
Y a su paso los cachapeceros
buscan el sol, y allá,
verde profundo,
un sapukay
mensú…
Posadas, frontera,
peligros, calor
y sombras que tumban
hachero y sudor.
Y allá en los caudales
de un río marrón,
la hondura de su inspiración.
Canta
El crisol americano toma su voz
y en todo el mundo
resuena un Moncho
parido en Garupá.
Canta
Con la voz del pueblo que es el canto mejor.
Nos da su pluma
y vuela en versos de amor.
(Autor: Damián Lemes)