EL PASO DEL TIEMPO DIFICULTA LA INVESTIGACIÓN Y LA FAMILIA CONFÍA EN LA APARICIÓN CON VIDA
Una placa en la casa de Blanca Sola recuerda su desaparición hace 34 años
Sin dudas que lo sucedido con esta adolescente de 14 años en 1990 es una herida abierta en Gualeguaychú. Este miércoles por la mañana, por iniciativa de sus familiares y con el apoyo de la Municipalidad, se colocó una placa en la puerta donde vivió Blanca Susana Sola.
Sobre la avenida 2 de Abril, frente a Obras Sanitarias, a escasos metros de calle Schachtel, está la vivienda de los Sola. En 1990, el paisaje en esa zona era muy diferente al actual, con amplios descampados y un tránsito vehicular muy escaso. Calles enripiadas y un aroma a barrio, a familias, era lo que abundaba en el lugar.
Pero el 17 de marzo de 1990 sucedió algo que modificó la vida de la familia Sola y de sus vecinos para siempre. Blanca Susana, con apenas 14 años, desapareció entre el trayecto de la casa de su hermana Gloria y la vivienda de la familia. A plena tarde alguien se la llevó y nunca más se supo de ella.
Las investigaciones por aquellos años estaban cargadas de prejuicio, sobre todo si la persona que era denunciada como desaparecida era mujer, y sobre todo si era una adolescente como Blanca. Recaía sobre la víctima la responsabilidad y de “seguro se habrá ido con en el noviecito, ya va a regresar”. “Va a aparecer cuando vuelva”, se detallaba en las crónicas de la época.
Lo cierto es que blanca nunca más volvió. La causa judicial cayó en el olvido. Fue archivada y destruida. Durante casi tres décadas nadie más volvió a hablar de la chica que tenía 14 años y desapareció en Gualeguaychú.
Afortunadamente, y aunque sea complejo iniciar desde cero una nueva investigación, la periodista Paola Robles se hizo eco del caso cuando hace años atrás fueron hallados huesos en el predio de la empresa Nuevo Expreso. Fue en ese momento en que cubría la noticia que escuchó decir a un policía “deben ser los huesos de la chica Sola”. A partir de allí comenzó a investigar de quién hablaba ese uniformado y a pesar de que había transcurrido mucho tiempo, encontró en internet una noticia que hablaba del caso.
Casualmente en esos momentos quien asumía uno de los dos Juzgados de Garantía y Transición de Gualeguaychú era Ignacio Telenta, un funcionario que venía de Gualeguay de ejercer como Fiscal y que había tenido resonancia nacional a partir del caso de Micaela García. Junto a Robles empezaron a indagar sobre ese Legajo judicial y se confirmó que había sido destruido, entonces Telenta decidió iniciar una nueva investigación desde foja cero por dos cuestiones: Todo lo que había anteriormente estaba cargado de cierto prejuicio que nubló la investigación, y segundo (y lo más importante) nada de lo que había existía.
Desde entonces se siguen nuevas pistas. Han aparecido testimonios que han servido para encaminarse a nuevas hipótesis. Lugares a donde pudo haber sido llevada tras haber sido captada. La pista más firme es que fue blanco de una red de trata de mujeres, pero los 34 años perjudican enormemente porque declaraciones de personas que serían fundamentales no se pueden realizar porque han fallecido y esto origina replanteos dentro de la investigación.
Pero la familia de Blanca Susana Sola no ha perdido el optimismo y creen firmemente que la mujer que hoy tendría 48 años se encuentra en algún lugar esperando por ellos. Así lo hizo saber Juan, su hermano mayor, que en el acto por el descubrimiento de la placa que recuerda el caso, mencionó: “Esto es una señal para aquellas personas que no saben del caso de mi hermana, para que lean esto y se enteren de lo que paso en Gualeguaychú, y ojalá que encontremos a Blanca Susana viva”.
“Nunca me imaginé vivir este momento por una hermana que desapareció, de la cual hasta el día de hoy no sabemos nada. Son 34 años de duda, incertidumbre, de tristeza”, mencionó el segundo de los hermanos Sola, que junto a su familia “vamos a seguir haciendo fuerza para ver si la encontramos”.
En el acto también habló la periodista Paola Robles, que hizo un repaso de lo sucedido en aquellos años, de la investigación nublada por prejuicios y preguntándose si eso se terminó en el presente. La presidenta del Colegio de Abogados de Entre Ríos, María Marta Simón, fue consecuente con lo que mencionó anteriormente la periodista y recordó que el caso de Blanca es “un caso emblemático de cómo los organismos que han tenido que investigar una desaparición no han aplicado la perspectiva de género, sino que parten de un estereotipo”.
“Esto era moneda corriente y no puede suceder ni seguir sucediendo, porque es una forma de culpabilizar a la víctima, ‘se fue y va a volver cuando quiera’, cuando en realidad hay toda una familia atrás diciendo que eso no fue lo que sucedió, pero ese estereotipo de esa época, ese preconcepto, ese prejuicio, deja tranquilos a los organismos que tienen que investigar y no lo hacen convencidos de algo de lo que no hay pruebas”, manifestó Simón.
El cierre estuvo a cargo del intendente Mauricio Davico, que en pocas palabras mencionó sobre el ejercicio de empatía que debería haber hecho la sociedad sobre este caso y no se hizo, para aportar a esta situación tan difícil y angustiante para la familia. “Qué pasaría, qué haríamos, cómo se sentiría que desaparezca una hija, un hijo, y ante la impotencia de no saber dónde está y de no tener respuestas inmediatas ante ello”, opinó Davico y se comprometió personalmente y como Intendente a acompañar en este caso a la Justicia y a la familia.